Oliver.
Creí que reaccionaría como aquella vez que la llevé al campo de girasoles, pero no sucedió así. Ésta vez, luce nerviosa y casi puedo descifrar una pizca de terror ante lo que está frente a ella.
Niebla fue la primera en bajar del vehículo al abrir la puerta, y no se molestó en esperarnos.
Me posiciono frente a Allie, quien parpadea un par de veces para retirar su vista del lugar y enfocarla en mí. Estiro mi mano y se la ofrezco para comenzar a caminar juntos.
—Solo somos tú y yo.
La mira un momento y accede a tomarla mientras entrelaza nuestros dedos.
El ruido blanco del mar es completamente relajante en éste punto. No hay personas, no hay sol ni calor, solo hay lo que ella dijo que quería hacer.
Estar en la playa de noche.
Percibo sus intenciones de adelantarse y tocar el agua, pero aunque mi agarre es un poco flojo para que ella tenga la libertad de ir, no lo hace. Una ligera sonrisa adorna su rostro al ver a Niebla jugando con el mar y la arena.
Planeo caminar por toda la orilla, pero Allie me hace una seña para indicarme de deberíamos acercarnos a unas grandes rocas. Recarga su espalda en una y comienza a quitarse los zapatos para dejarlos a un lado. Sin esperar mucho, la imito y avanzo a la orilla de nuevo para esperarla.
La luz de luna es la única iluminación que hay ahora, pero basta como para observar a todo lo qué hay a los alrededores. El horizonte está repleto de estrellas y constelaciones y el aire fresco me envuelve, hasta que el calor que emana de Allie llega de mi costado.
—Es como un sueño —comenta jugueteando con sus dedos.
Sus descalzos pies se entierran en la arena.
Tomo su mano y nuestros ojos se cruzan. A pesar de que son oscuros, puedo notar su pupila agrandada tratando de adaptarse a la oscuridad. Doy algunos pasos adentrándome al océano cuando veo que Allie no protesta, sino que se mantiene a mi lado y avanza a la misma velocidad que yo. La temperatura fría del agua nos golpea, ya que por mi parte doy una gran respiración y Allie ríe ante la sensación.
Niebla llega y juega con la arena al lado de nosotros, a lo que Allie ensancha aún más su sonrisa y le hace una seña para que se acerque, claro no le pone atención, ya que parece estar más entretenida jugando.
Nuestros pies apenas llegan a tocar el mar y a Allie no parece molestarle, así que opto por hacer algo mejor. No venimos hasta éste lugar solo para observar todo desde lejos.
—Adentrémonos, ¿quieres? —la invito.
Mueve sus ojos para observar el horizonte y después mirar los míos. Toma una respiración profunda y asiente varias veces con la cabeza.
—Claro —su agarre en mi mano se torna más fuerte y entiendo que es mi señal para avanzar unos pasos sin soltar su mano.
Mientras el agua sube en nuestras piernas, no puedo evitar mirar a Allie. Algunos mechones de su cabello caen sobre sus hombros y cara, ya que la coleta sobre su cabeza se desordenó con el viento.
Caminar se hace cada vez más pesado conforme nos adentramos a la profundidad, pero en ningún momento dejo su mano. Cuando el agua llega a nuestras rodillas considero que debo dejar de avanzar.
La luna se refleja en la calma del mar y en Allie al mismo tiempo. Frente a nosotros se encuentran unas rocas gigantes, hasta luce como una pequeña isla, y la castaña no quita su vista de ese punto. Con mi pulgar trazo círculos en su mano y bajo mi mirada para observar el gesto que hace ella: pasa sus dedos por mis nudillos.
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De aquí a Saturno
Romance-No me sueltes. -No planeaba hacerlo. ADVERTENCIA Contiene temas fuertes y sensibles para algunas personas (TCA). Si eres delicado en ese aspecto, estará bajo tu responsabilidad leerlo o no. Gracias :))