45. My place

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AVRIL:

Otra vez estaba llorando. Me dolía muchísimo verle así. Odiaba verle llorar, odiaba verle sufrir. Y es incapaz de entender que yo sólo tengo ojos para él. Que aunque un modelo de bañadores se presentara frente a mí no sentiría nada, que es el único hombre de mi vida. Duele saber que no puedo hacer nada para hacérselo entender.

—¿Estás... llorando? —Dijo separándose de mí y mirándome con preocupación. Yo me restregué la mano por los ojos y me limpié las lágrimas. —¿Por qué? —Susurró sin entender.

—Zayn... es que ya no sé cómo decirte que te amo y que no te cambiaría por nada. Odio verte llorar. —Dije yo. —Odio verte mal. Me pone mal verte así. —Dije y acaricié su mejilla.

—Lo siento... —Dijo él en voz baja.

—¿Por qué te disculpas? —Dije plantando besos en su mejilla.

—No quería que te sintieras así. —Dijo en voz baja y con los ojos cerrados.

¿Alguna vez me cansaré de verlo disfrutar de mis besos? ¿De mis caricias? No. Nunca.

—Yo tampoco. No pensé que fueras a tomarte a mal la broma. —Dije yo y él abrió los ojos para mirarme. Se quedó en silencio mientras yo seguía acariciando su mejilla. Estaba sumido en sus pensamientos. Aún seguíamos en el vestíbulo. De pie. —Y... ¿cuántos días se queda? —Dije para intentar romper el hielo.

—Tres días. —Dijo volviendo al mundo real. Luego bufó y se le movió el pelo. Parecía un niño al que le habían negado algo. Yo sonreí al verlo así con los mofletes hinchados.

¿Quieres matarme con tanta ternura?

—Cariño, si sigues poniendo esa cara tan adorable voy a matarte a besos. —Dije yo y él deshinchó sus mofletes y se sonrojó. Yo reí y él volvió a hinchar sus mofletes. Negué divertida y le agarré la cara con las manos para empezar a repartir besos por toda su cara. En su frente, su nariz, sus párpados, sus mejillas, sus labios... Le rodeé el cuello con los brazos y sonreí al verlo sonriendo con las mejillas sonrosadas. —Te quiero tanto... —Dije y besé su cuello haciéndole estremecer. Yo sonreí y bajé uno de mis brazos que estaba en su cuello por su abdomen. Acariciándolo.

—Y yo a ti. —Dijo él y yo sonreí.

—¿Te quedas? —Susurré y él sonrió.

—¿No va a molestarle a tu tía? —Me dijo y yo negué.

—No. —Negué y me acerqué a su oído. —Tengo paredes insonorizadas. —Susurré en su oído mientras acariciaba su abdomen.

—¿Ah si? —Susurró él. Podía sentir su pequeño bulto en mi barriga.

—Ajá. —Asentí y me separé de él para empezar a subir las escaleras. Al estar arriba miré hacia Zayn, que seguía parado abajo, mirándome. —¿No vas a venir? —Dije y él se sonrojó y me sonrió pícaramente. Casi se me sale el corazón del pecho al ver eso. Mi chico tímido sonriendo de esa manera. Podía correrme de sólo ver eso. Caminó hasta mí y entramos en mi habitación. Yo cerré con pestillo y lo abracé. Él colocó sus manos en mi trasero y me cogió, haciendo que enredara mis piernas en su cintura. —¿Soy yo o te estás volviendo un pervertido? —Me burlé siendo cargada por él.

—He aprendido de ti. —Dijo sonrojándose y yo sonreí. Me acerqué y mordí su mejilla débilmente.

—Me gusta. —Dije yo en aprovación y él nos dirigió a la cama. Se arrodilló y me dejó sentada en la cama con las piernas abiertas y él entre ellas.

—¿Más que antes? —Dijo pasando sus manos por mis muslos, que aún seguían cubiertos por la tela de los vaqueros.

—Me gustas. Antes, ahora y como sea. —Dije yo agarrando sus manos y jalándolo hacia mí para besarlo. Él se levantó y se quitó la camiseta. Yo lo miraba fíjamente.

Quiero tocar y besar cada poro de su cuerpo.

Me levanté y me acerqué a él para lanzarme a sus labios mientras acariciaba su abdomen con mis manos. Nos separamos por falta de oxígeno y él empezó a quitarme la camiseta. Me la quitó del todo y seguía mirándome a los ojos. En ningún momento bajó su mirada. Sonreí y deslicé el tirante de mi sujetador hacia abajo. Lo mismo hice con el otro tirante. Y él seguía mirándome a los ojos. Finalmente coloqué las manos en mi espalda y lo desabroché haciendo que callera al suelo. Él se acercó a mí y me besó de nuevo. Con amor y pasión. Mis manos fueron bajando y llegaron al cierre de sus pantalones. Abrí rápidamente su bragueta y desabroché el botón con ayuda de mis dos manos. Bajé sus pantalones y sus boxers lo suficiente para liberar su miembro y sonreí. Con mi mano empecé a masturbarlo. Mirando su cara. Con los ojos cerrados, la boca entreabierta y respirando agitádamente. Lo empujé hasta la cama y cayó encima de ésta, tumbado y con las piernas colgando, los pies en el suelo. Yo entre sus piernas y relamiéndome los labios. Me acerqué a su miembro y lo lamí de arriba a abajo haciendo que Zayn gimiera. Empecé a dar vueltas con mi lengua sobre su punta, mientras Zayn empezaba a desesperarse y a empujar sus caderas hacia delante. Haciéndome sonreír.

—¿Impaciente? —Me burlé y él gruñó. —Uh... me gusta que me gruñas. —Dije plantando un beso en la punta de su pene. —Es sexy. —Dije volviendo a lamer su punta.

—Avril. —Gruñó y yo reí. Me gustaba verlo así de ansioso. Esto era nuevo.

—¿Qué? —Dije inocentemente y él bufó. Empecé a acariciar su erección con mi mano, lentamente. —¿Qué quieres? —Pregunté. Ya sabía la respuesta. Pero quería que Zayn me lo dijera. ¿Sería la ansiedad capaz de hacerle decir algo tan pervertido? Daría mi vida por escucharle decir eso.

—Ya lo sabes. —Dijo entre dientes. Estaba intentando no gemir. Pero yo quería escucharlo. Apreté mi mano en su miembro y él gimió fuerte. Excitándome. —Oh, vamos. —Susurró. Le daba vergüenza decirlo. Pero no pararía hasta escucharlo.

—¿Qué quieres? —Repetí suprimiendo una risa. Volví a lamer su pene de nuevo. Quería meterlo en mi boca. Entero. Pero también quería escucharlo pedir lo que quería.

—Oh... joder. —Gimió. —Que te la metas en la boca. —Dijo con ansiedad.

Oh Dios. Había valido la pena la espera. Haber escuchado esas palabras salir de sus labios habían sido mi perdición. Me la metí en la boca. Entera. De golpe. Haciéndole gemir en voz alta. Seguro que hasta con las paredes insonorizadas mi tía había escuchado eso. Empecé a sacarla y a meterla rápidamente de mi boca. Y finalmente, se corrió. Como siempre, derramando su líquido que tanto me enloquecía. Me lo tragué y subí mi vista para encontrarme con un Zayn con las mejillas teñidas completamente de rojo y la frente empapada de sudor. Me tumbé a su lado y deslicé las yemas de los dedo por su abdomen.

—Estabas ansioso, eh. —Dije y él errojeció más. Si es que era posible.

'Que te la metas en la boca' —Aún podía escuchar sus palabras resonando en mi mente. Haciéndome sonreír.

—No puedo creerme que haya dicho eso en voz alta. —Dijo él negando con la cabeza. Yo reí.

—¿En voz alta? —Dije riendo. —Apuesto a que querías gritar. —Dije sonriendo pícaramente.

—Tú ya sabías lo que quería. —Dijo girando su cabeza para mirarme.

—Lo sé. Pero moría por escucharte decir eso. —Dije y él negó divertido pero a la vez algo molesto.

Escuchar esas palabras salir de sus labios con tanta ansiedad... me hizo volverme loca.

—No quería decirlo. —Dijo él. —Yo nunca he dicho algo tan pervertido. —Dijo frunciendo el cejo.

Oh... vas a decir cosas más pervertidas que esas estando conmigo.

—No creo que sea la última vez que digas algo pervertido. —Dije yo riendo y él alzó una ceja.

BAD Girl | Zayn MalikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora