16. Disheartened

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AVRIL:

Medesperté con un dolor de cabeza terrible.

¿Pero qué cojoneshe bebido?

Intenté levantarme del sofá, pero lo único queconseguí fue caerme al suelo.

—Maldita sea. —dije para mímisma.

No recordaba nada de lo que pasó ayer... Excepto...Que Zayn ya no me recordaba.

Al recordar eso, decidí quedarmeen el suelo. Por un momento no quise levantarme del suelo, era comosi mi cuerpo pesara tanto que en cualquier momento podría hundirseen el suelo y caer hacia abajo.

Era curioso como una personaque apenas conocía de hace tres días había llegado a cambiarme porcompleto. Y había llegado a mi vida para darle un giro de 180°, yluego simplemente destruirme por completo con su ida, y no era unaida literal, porque él seguía allí, pero su memoria no.

Notenía hambre, no tenía frío, ni tampoco calor. No tenía ganas dehacer nada. Y normalmente, cuando estaba así, solía estar bien,pero en ese caso no. En este momento era como si un tsunami hubierapasado sobre mí y me hubiera muerto en vida. Pero no. Yo seguíaallí. Sufriendo. Sufriendo... ¿Por qué? No lo sabía. Sólo sabíaque cuando Zayn llegó a mi vida todo se coloreó de rosa, pero si yoodiaba el rosa. Y ahora que no me recuerda no ha vuelto todo a lanormalidad, no se ha borrado el rosa. Simplemente mi vida se hallenado de negro.

—¿Por qué me siento así? —pregunté ala nada. —¿Te diviertes viéndome así, seas quien seas quienestás ahí arriba? ¿Eres tú, tía Gertrud?, porque no tienegracia. —dije burlándome de mi misma. Me sentía patética, vacía,muerta... Como si me hubieran arrancado el corazón.

Como sime hubieran arrancado el corazón. Había llegado la hora de volver aser la de antes. La chica mala y sin sentimientos. Sin nada que medetuviera. Sin sentir lástima... Por nadie. Porque cuando era así,jamás me sentía vacía como lo estaba ahora.

Me levanté. Nosupe cómo pero lo hice. Fui a la cocina y me tomé unas pastillaspara el dolor de cabeza. Mi teléfono sonó, fui hasta él, lo cogíy respondí.

—¿Si? —dije al teléfono.

—Hola,Avril, soy Liam. —dijo Liam, y yo automáticamente sonreí.

—Hola,Liam. —saludé.

—¿Teapetece quedar hoy? Ya sabes, como te dije. Siento mucho lo quepasó... De verdad... Zayn tiene amnesia. Pero seguro que terecordará. —dijo él.

—Tranquilo. Estoy bien. —dije delo más normal.

—Ayer no parecías estarlo. —dijoLiam.

—Cierto. Pero... Sólo era por pena, Liam. Zayn nuncaha tenido amigos. Sólo me daba pena. —dije yo.

—¿Y poreso saliste corriendo mientras llorabas? —a eso ya no sabía queresponder.

Mierda.

—Verás, la familia Maliktambién... Me da algo de pena... Digo... Pobre de su hijo... Sepensaban que... Bueno... Tenía una amiga que se preocupaba por él...Soy buena actriz.
Sí, lo eres. —remarcó misubsconciente.

—Oh... Pues... Sí que de te da bien... Y...Yo... Te entiendo. —dijo él. —Yo también estaba con Zayn porpena. —yo abrí mi boca en sorpresa y apreté el teléfono en mimano. Tenía ganas de estrangular a Liam por haber dicho eso. Perotenía que dejar de estar de parte de Zayn. Y tal vez estar con Liamme ayudaría. Tenía una corazonada.

—¿En serio? —fue loúnico que dije.

—Sí. Pero no sabía que Zayn estuviera poraquí. Bueno, ¿qué te parece si vamos a ver una peli o algo?—propuso.

—Claro. ¿También sabes dónde vivo? —preguntéburlándome.

—No, eso no. Pero si lo supiera sería un tantoextraño, ¿no? —reí. —¿Quedamos en el parque?

—Vale,te veo allí. —y colgué.

Fui arriba, me duché y me vestícon unos vaqueros ajustados, unas Vans rosas y una camisetadeportiva con el número "56" en el medio del mismo color de loszapatos. Me maquillé, cogí el móvil, la cartera y las llaves y mefui. Y al no ver la moto me golpeé con la palma de la mano en lafrente.

Mierda. Ayer salí corriendo y dejé la moto. Aúnestaba en el hospital. Bufé y empecé a andar hacia el parque, dondeestaba Liam sentado en un banco.

—Por fin. —dijo éllevantándose. —Pensé que habías decidido quedarte en casa.

—No,pero ayer dejé la moto en el hospital. —dije yo, y él rió.

—Siquieres vamos en mi coche a recogerla. —dijo él.

—Sí,por favor. —dije, y él rió.

—Vamos.—dijo, y empezamos a andar.

Llegamos a su coche, que era unDacia de color negro.

—Señorita. —dijo abriéndomela puerta de copiloto como un chófer.

—Señor. —dijesiguiéndole la corriente mientras entraba.

Él rodeó elcoche y entró.

Arrancó y fuimos hacia elhospital.

—Entonces, ¿Zayn también sufre bullying aquí?—preguntó para iniciar conversación.

—Sí. —asentí yocomo si no me importara. Claro que me importaba.

—No creoque Zayn llegue a adaptarse nunca. —dijo Liam, y yo me aguantépara no meterle un puñetazo. Al fin y al cabo, tenía que olvidar aZayn.

—Sí. Es... Algo rarito. —dije yo.

¡MEEC!Tenía ganas de abofetearme a mi misma.

—Sí. Oh, ¿sabesque dio su primer beso a los dieciséis? —dijo, y soltó una risa.—Y sólo lo dio porque la chica perdió una apuesta y tenía quebesarlo. —dijo él. —Y no creo que haya besado a nadie más. Dehecho, lo más probable es que siga siendo virgen. —tuve que cogeraire y soltarlo lentamente para tranquilizarme. Pero no sirvió denada, me había sacado de mis casillas.

—Para tuinformación, sí, ha besado a alguien más. Y sí, sigue siendovirgen. Pero es el mejor chico que he conocido y tú no eres más queun idiota. —dije alzando la voz, y abrí la puerta para cerrarla deun portazo. Ya habíamos llegado. Caminé a marcha rápida hasta mimoto y me subí.

—¡Avril, espera! —gritó Liam.

—Déjameen paz. —dije yo poniéndome el casco.

—Pensaba que no teimportaba. —se excusó él.

Reí sin gracia. —Pretendíaque no lo hiciera, pero aquí como me ves, me importa. —dije, yarranqué.

Llegué a mi casa y aparqué.

EstúpidoLiam.

Entré y me tiré en el sofá.

¿Por qué mepasaba esto a mí? ¿Por qué Zayn no me recordaba? ¿Por qué mesentía como una mierda? ¿Por qué quería romper... Todo lo queestaba a mi alrededor?

Suspiré y con un cojín me cubrí lacara, grité y después lo tiré con fuerza. Rompió un jarrón y elruido se escuchó rompiendo el silencio de la casa. Suspiré, tendríaque barrerlo luego.

Ojalá pudiera dejar de sentir esto porZayn...

¿Cómo alguienque vino a mi vida a hacerme sonreír y cambiarla para bien podíahacer esto en mí? ¿Cómo pudo destrozarme así? Y aún así...¿Seguía preocupándome por él?

No. No más. A partir deahora voy a odiarte, Zayn Malik.

BAD Girl | Zayn MalikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora