Alex
-Así es, Julián- Dijo Luca seriamente a la persona frente a nosotros.
Pudimos apreciar a un chico con cabello azul y ojos marrones oscuros, su sonrisa socarrona reluciendo con el brillo de la luna llamaba completamente la atención.
Era alto, muy alto, aproximadamente más alto que Luca, quien medía metro ochenta y tantos.
- ¿Y qué te trajo de vuelta a mi acogedora morada? - Dijo burlón, no había notado a primera vista, pero sostenía un bate de béisbol sobre su hombro izquierdo, este lleno de alambres de púa.
-Dudo que hayas regresado buscando mi dulce amistad, o quizás... ¿Me equivoco? - Preguntó riéndose entre dientes.
Un suspiro de parte de Luca agrandó la sonrisa del chico frente a nosotros, ese tal Julián.
–Necesito tu ayuda- Una carcajada por parte del joven me sobresaltó, este notó mi movimiento e inclinó la cabeza, para mirarme.
–Oh pero qué chico más adorable, ¿Ahora cuidas niños? - Dijo sin quitarme el ojo de encima. Fruncí el ceño, pero desvié la mirada.
–Chiste, es broma- rió y miró hacia el cielo.
-supongo que es muuuuuy importante para venir aquí, con el orgullo que tienes- Paró de hablar mirando a Luca, quien había agachado la cabeza.
-Pero que modales tengo, oh discúlpenme, pasen por favor- Se hizo a un lado examinando cada movimiento realizado por nosotros.
Luca sin girar a vernos avanzó y nosotros sin dudar mucho lo seguimos, Sol se encontraba tensa e Iván junto a Adrián estaban nerviosos.
Uno a uno entramos a la oscuridad, pasando de lado a Julián, quien no nos quitaba el ojo.
Su sonrisa era impasible, no se movía ni un centímetro, mucho menos desaparecía.
Finalmente, todos dentro, se cerró la puerta tras nuestro impidiendo que la luz de la luna entrara, un sonido de un fósforo y una luz de una vela apareció, tan tenue que en cualquier momento podría desaparecer.
-Siéntense chicos, no sean tímidos- Su voz había bajado de tono notablemente, sin esperarlo nos sentamos en el frío suelo de madera, y por último Julián, quien dejó la vela frente a nosotros.
–Te oigo, Saltamontes- Dijo refiriéndose a Luca, quien abrió los ojos enormemente.
–No tienes todo el tiempo del mundo, por lo que tu rostro muestra- Comentó el chico riendo suavemente.
–Siempre tan fácil de leer ¿eh? - Susurró Julián casi inaudible mientras un brillo de tristeza pasaba por sus ojos, para luego desaparecer completamente.
El silencio duró muy poco.
–Los Kematian, tienen a uno de los míos- Dijo directamente. La expresión del chico cambió repentinamente, dejó de sonreír, esta vez su rostro fue neutro, examinando la situación.
–Y quieres mi apoyo para recuperar a tu amiguito, o ¿me equivoco? - Luca negó.
-Bien, y ¿por qué se supone que debería ayudarte? - Preguntó inclinando la cabeza hacia un lado sin quitarle los ojos de Luca, quien lo miró sin decir nada, sus ojos chocaban, marrón contra verde.
-Por favor, Julián- Agachó la cabeza Luca.
- ¿Cuál es su nombre señorita? -Preguntó mirando hacía Sol, esta miró a Luca quien asintió.
-Solange Angelica Brown- Contestó con la frente en alto, haciendo sonreír nuevamente al chico peli azul, obviamente teñido.
-Lo supuse, esos ojos, ese dorado maldito no los tiene cualquiera- La confusión se presentó en el rostro de Solange, quien lo miró con el entrecejo fruncido.
–Bien, los ayudaré- Dijo para levantarse sosteniendo su bate de béisbol con la mano izquierda en su hombro izquierdo y con la derecha echando su cabello hacia atrás.
- ¿Hay trampa? - Murmuró suavemente Luca entre el silencio del lugar.
–No hay trampa, debo saldar una deuda y no tiene que ver contigo, saltamontes- Dijo firmemente, acabando con la conversación.
La situación no era difícil de entender.
Sin saber nada me hacía una idea de quién era Julián y qué relación tenía con Luca, quien ahora su rostro estaba afligido, teniendo una mueca en el rostro cada vez que escuchaba ese extraño apodo "Saltamontes" que mencionaba Julián con tanta familiaridad.
Intercambiamos miradas con Adrián.
El peliazul abrió la puerta de un golpe y entre la oscuridad de afuera se pudo ver la silueta de tres personas y en un susurro apenas entendible el chico les indicó que hacer para apoyarnos. Este nuevamente se giró acercándose a Luca riéndose de su expresión.
-Debemos apurarnos- Murmuró Luca apartando la mirada del chico con sonrisa burlona
- ¿Y qué estamos esperando? - Contestó Julián mostrándole una mano a Luca, esperando que este la tomara.
-Vamos allá, saltamontes-
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Te haré sonreír
RomanceAlex, un chico común en una época complicada, confía el secreto de ser gay a su mejor amiga, Micaela, tras eso ella lo difunde en su escuela y se burla de él. Desesperado y decepcionado ante la multitud que lo acosa, sus amigos en quienes no confió...