Solange
- ¡ALEX! - Grité.
Diablos, todo iba de mal en peor. Primero Em y ahora Alex.
¿Por qué estaba ocurriendo todo esto? ¿Qué hicimos mal?
Con la mirada busqué a Adrián, quien se encontraba golpeando a dos estúpidos simios que apenas y podían defenderse de los ataques de mi amigo.
- ¡Adrián! - Lo llamé y este se me acercó y quedamos espalda con espalda defendiéndonos.
–¿Qué ocurre, señorita? - Preguntó burlándose, le di un suave codazo mirándolo mal.
–Se llevaron a Alex- Dije directamente, provocando que este se girara bruscamente, con los ojos muy abiertos y con el rostro pálido.
- ¿Cómo...? - No podía continuar la oración, se encontraba shockeado, estático.
- ¿No estaba contigo? ¿Qué demonios ocurrió? - Preguntó pálido, y el miedo reflejado en sus ojos.
No pude responderle.
En los ojos de Adrián brilló la ira, su rostro se deformó dándole un toque terrorífico, que como oponente te producía un temblor en las piernas y considerarías dos veces si valía la pena morir en aquel lugar.
Se alejó de mí golpeando a un chico provocando que le sangre la nariz, luego saltó sobre otro y ambos en el suelo, el tipo abajo y Adrián arriba, este último comenzó a propinarle puñetazos, deformando el rostro al tipo contrario, llenándose de sangre los puños, luego se levantó y me miró.
- ¿Por dónde demonios se fueron y cuántos se lo llevaron? - Preguntó con un tono de ultratumba, el temor pasó por mi cuerpo.
NUNCA, ni Luca, ni mi padre, ni mi hermano, ni ningún otro hombre me causó el temor que sentí al ver a Adrián con ese destello y rostro asesino en su rostro.
Señalé por donde se lo habían llevado diciéndole que solo uno era el enemigo, viendo que quedaban pocos oponentes contra los cuales luchar ya que Luca y su amigo los habían destrozado.
Entre los que quedaban se escabulló el jefe de aquella banda de locos, junto con dos hombres más.
Adrián intentó ir por la dirección a la cual le señalé.
- Es muy arriesgado, puede ser una emboscada- Le dije tomando su brazo, era muy imprudente, me tragué el temor que me provocaba su mirada y pensé de manera fría, certera.
Cualquiera en mi situación lo hubiera dejado ir, pero no era lo mejor.
-No es lo mejor, y lo sabes, que tu juicio no se vea afectado por lo que sientes, no seas estúpido Adrián- No estaba convencido, cerré los ojos y suspiré.
-Él es fuerte, puede defenderse, estoy segura que no le ocurrirá nada, ¡confía en mí! - Su rostro se ablandó, y la preocupación ocupó su expresión.
-Está herido Sol, ¡aún está herido! - Su voz tembló.
-No puedo dejarlo solo, no puedo permitírmelo, no puedo- Murmuraba en un intento de convencerse a sí mismo de que era lo mejor.
Suspiré, realmente me estaba volviendo débil.
-Vete- dije soltándolo.
-Ve, él te necesita y tú lo necesitas. Anda, corre- Finalice viéndolo sorprendido y sin esperarlo más se fue, al parecer yo también dejé de pensar con una mente fría.
Espero que todo vaya bien.
Vi a Luca, el Peli azul e Iván aun peleando con un par y me acerqué a pelear con ellos.
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Te haré sonreír
RomanceAlex, un chico común en una época complicada, confía el secreto de ser gay a su mejor amiga, Micaela, tras eso ella lo difunde en su escuela y se burla de él. Desesperado y decepcionado ante la multitud que lo acosa, sus amigos en quienes no confió...