Capítulo 29

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Alex

Adrián se veía increíblemente sensual con esa sonrisa en sus labios y su mano no se había alejado de mi mejilla.

El calor subió haciéndome sonrojar, la distancia entre él y yo se fue acortando, mi corazón latió con fuerza.

Dios mío no podía estar pasando esto. Un chillido casi escapa de mis labios al tenerlo tan cerca y mi pecho golpeaba tan fuerte que creí que se escucharía.

-Alex yo...- Murmuró Adri cerca de mi rostro, oh dios mío, en este momento podría morir.

Atención cerebro, código rojo.

¡Evacuación!

*Inserte gritos internos de perra loca*

Estábamos tan cerca que podía ver la pequeña cicatriz que tenía sobre la ceja derecha, ay dios mío.

-Yo...- balbuceé incoherentemente por los nervios.

Estábamos a nada de que nuestros labios se tocaran. Mi mente quedó en blanco completamente mientras mis ojos bajaron a ver sus labios de igual forma que él con los míos.

- ¿Adri? - Se escuchó la delicada voz de una chica y diablos que inoportuno está el mundo hoy en día.

Suspiré y me sorprendí al notar que Adrián también lo hizo.

-Otra vez- Dijo y lentamente se alejó de mi revolviendo mi cabello, girándose a ver a quien lo llamó.

¿Otra vez?

-Oh lo siento, ¿Interrumpo algo? - Preguntó la chica de la última vez en el parque, Lara si mal no recordaba.

-No- Dije y el chico a mi lado gruñó un "Si".

Adrián se acercó a ella y le susurró algo, causándome una punzada en el pecho.

¿Qué era lo que estaba por hacer? ¿Qué quería decirme?

Demonios, creí que me besaría. Sin pensarlo mucho empecé a murmurar maldiciones y comencé a caminar dejándolos atrás, realmente no quería verlos juntos.

Mucho menos después de haber pensado que me besaría. Que idiota soy.

- ¿Alex? - Escuché preguntar a Adrián.

Oh no, no me detendría.

De repente recordé que no éramos nada, solo amigos, no tenía el derecho a celarlo y ahora mismo estaba armando una escenita en medio de la calle.

Que grandísimo idiota era.

Lágrimas comenzaron a amontonarse en mis ojos, que sensible estaba últimamente.

Sentí como un brazo me detuvo y me estiré para soltarme, alejándome del agarre que me había detenido como si fuera fuego.

No miré atrás y comencé a correr hacia el departamento, estúpido que era.

Sin darme cuenta choque contra alguien y un "discúlpame" escapó de mis labios en un susurro.

-Oye ¿Cuál es la prisa, Ali? - Preguntó la víctima de mi choque por mi arrebato de celos y me estremecí al darme cuenta que se trataba de Micaela. El mundo era realmente pequeño, maldita sea.

Me alejé lo más rápido que pude de ella con la intención de volver a correr hasta que vi su rostro y me detuve en bruto, palideciendo.

- ¿Qué te...? - No pude terminar la frase, me sentí horrorizado.

-Oh, ¿Esto? No es nada- Rio señalando su rostro, más específicos, señalo sus horribles moretones violeta que eran tapados por su cabello y una capucha.

Te haré sonreírDonde viven las historias. Descúbrelo ahora