Alex
Al salir de la escuela fuimos directo al gimnasio antiguo que se encontraba atrás de la escuela. Ese era el típico gimnasio abandonado que nadie usa, que está sucio y polvoriento, pero bueno nosotros lo utilizamos para entrenar y practicar.
Esta vez me sentía enojado.
Me encontraba liberando toda mi furia contra mi oponente, el que ahora se encontraba aturdido tratando de relajarme por mis golpes. Me estaba volviendo cada vez más rápido y golpeaba tan fuerte que me sorprendí a mí mismo.
Estaba sudando mares, no podía detenerme. Me encontraba hecho una furia, realmente estaba soltando todo mi dolor y el peso en el pecho producto de todo lo ocurrido.
Estaba aturdido por tanto odio hasta que salí de mi burbuja, me detuve en seco, y causándome un tirón en la espalda.
"¿Qué estaba haciendo?", reflexioné en ese milisegundo en el que todo mi cuerpo se congeló, hasta darme cuenta que había lágrimas en mis mejillas.
Caí de rodillas, dolía mucho.
Alguien se puso frente a mí a lo que levanté la vista, pero las lágrimas distorsionaba la imagen en la que con esfuerzo pude identificar a Adrián allí frente a mí con notoria preocupación.
-A-A-Adri- Sollocé, este se arrodilló frente a mí y me abrazó como aquella vez hace mucho tiempo, cuando nos conocimos, y como tantas veces felices como tristes.
Siempre estuvimos apoyándonos "como amigos" en todos los momentos.
Luego de un pequeño rato sentí otros brazos detrás mío dándome el calor que necesitaba.
Era Emily, quien también había comenzado a llorar al sentir empatía conmigo.
Nuevamente me sorprendieron otros brazos, pertenecientes a Solange. Iván, víctima con la que estaba descargando toda mi furia, puso su mano en mi cabeza intentando darme apoyo.
Que idiota soy, estaba realmente preocupando a las personas que quería.
***
- ¿Y me dirán que pasó? - Preguntó serio Adrián.
Estábamos todos más tranquilos, en especial yo, sentados en el suelo del gimnasio formando una ronda.
Yo me encontraba mirando hacia abajo, suspiré y tras segundos en silencio subí la vista nuevamente. Emily me sonrió expresándome que todo estaba bien, asentí y comencé a contar todo lentamente.
Él escuchó cada palabra que salía de mi boca, el cómo había llegado a la escuela y que todos me miraban raro, para finalizar diciendo el cómo la castaña me había burlado e insultado por el tema de mi sexualidad.
Al terminar la explicación solamente hubo silencio hasta que Adrián se levantó de golpe haciéndome sobresaltar.
-Ya verá esa hija de perra- Murmuró el chico tras varios insultos que apenas se oyeron, mientras todos lo mirábamos ir y venir dando vueltas.
-Alto ahí, vaquero- Advirtió Sol, aunque parecía más un chiste, -Ya le di su merecido- Concluyó orgullosa.
Adrián suspiró y asintió sentándose nuevamente, confiando completamente en ella, para terminar, frotando su lindo pelo y mirándome preocupado, a lo que sonreí, mientras él me devolvió la sonrisa.
-Vamos te acompaño a casa- Rompió el silencio de forma seca y fría, sin mirarme nuevamente, sin objetar nada me levanté con la cabeza gacha.
"¿Me odias? ¿Se había molestado conmigo?" Pensaba esas y más preguntas que me venían a la mente.
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Te haré sonreír
RomanceAlex, un chico común en una época complicada, confía el secreto de ser gay a su mejor amiga, Micaela, tras eso ella lo difunde en su escuela y se burla de él. Desesperado y decepcionado ante la multitud que lo acosa, sus amigos en quienes no confió...