Capítulo 11

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Adrián

Después de lo ocurrido en el baño Alex no me miraba y estaba muy sonrojado.

Bueno como no, yo también estaría así, maldigo mi memoria por ser tan Dori y el champú por estar tan lleno, pero ya que, es mi don y mi maldición. En fin, ya comencé a divagar.

Noté como Alex me miraba raro mientras yo seguía frotándome la frente para aliviar el dolor.

- ¿Qué pasa? - Pregunté a lo que él me miró con cara de "¿Es enserio?". En respuesta elevé los hombros en señal de no entender, mi cerebro ya no funcionaba después de esta mañana, él suspiró y se levantó de su lugar.

-Que debo ir a la escuela y que te quedaste mirando la nada, riendo como idiota y rarito- Dijo para poner una sonrisa burlona en su bello rostro... diablos otra vez estoy divagando.

¿Qué había pasado con ese Alex que tartamudeaba y se sonrojaba con cada palabra que yo decía?

Agité mi cabeza para quitar todo pensamiento sin sentido, realmente estaba exagerando.

- ¿Quieres que te acompañe? no está lejos- Pregunté, yo hacía un tiempo había dejado la escuela para trabajar y salir de la odiosa casa de quien era mi tía al haberse casado con mi difunto tío de sangre, ella quedándose con sus cosas.

Aunque él no aceptara lo acompañaría. No quería que se perdiera o le pasara algo.

-Si no es molestia- Sonrió, por lo que me levanté de mi silla para terminar negando.

-Claro que no es molestia, pequeño- Dije para así irnos a arreglar y salir hacia su colegio.

El camino a su escuela fue al principio por un silencio cómodo para luego pasar a una charla y de allí a chistes junto a risas.

Minutos después nos cruzamos con Iván por el camino. Si, ese pelirrojo estúpido que el único significado de su existencia era para molestar y comprar pan, no pregunten.

Como siempre y con su única función inservible, comenzó a molestarnos mientras yo ignoraba sus comentarios mientras Alex se sonrojaba por estos, no era que me caía mal Iván, es más, él es mi mejor amigo, pero había veces que daban ganas de callarlo con una patada tan fuerte que lo haga volar a la China.

Al darme cuenta que me habían llamado me di vuelta y mis dos acompañantes me estaban mirando con cara de "¿enserio?" sonreí de manera estúpida pidiendo disculpas internamente para que ambos suspiraran negando lentamente la cabeza y todo lo que restó del camino se la pasaron regañándome con que debía prestar más atención.

Alex

-Buenos aquí nos bajamos nosotros- Comentó Iván al vernos en la puerta de la escuela, este le dio un suave golpe en el brazo a mi crush para irse alejando hacia donde se encontraba el grupo, dejándome solo con Adrián.

-Bien, luego pasaré por aquí, aproximadamente en el recreo- Dijo Adri sonriéndome y naturalmente volví a sonrojarme, ya era normal en mí.

Asentí tranquilamente, para terminar de despedirnos, yo dándole un beso en la mejilla para salir corriendo, dejándolo atrás dirigiéndome a donde se encontraban los chicos.

Pude ver a Emily pelear como loca con Iván, quien se reía de ella, mientras Luca sonreía sin entender mucho aquella discusión.

Cuando ella me vio comenzó a acercarse saltando para terminar acercándose a mí con un aura de curiosidad que daba miedo.

- ¡¿Y?!- Chilló, llamando la atención de las personas que pasaban. La miré acusatoriamente y ella solo sonrió con falsa inocencia.

Me quedé pensado, pero instantáneamente recordé lo de su absurdo plan que en un retorcido modo si dio resultado, pero no de una forma que considerara la mejor.

En medio de quejas y regaños de que nunca volvería a pasar me obligó a aceptar y firmar en un papel que ella sería la madrina de nuestra boda.

Tras una larga charla termine contándole lo que pasó y ella en momentos fangirleaba y esas cosas raras.

De vez en cuando terminaba quedándose pensando seriamente, hasta que tuvimos que entrar a clases dejándole la duda de algunas cosas, y otras que nunca le diría por el bien de mi orgullo como hombre.

***

Ya habían pasado dos horas en las que tuvimos matemática e inglés, y el timbre anunciaba que era momento de ir al recreo.

Emily salió corriendo junto a una chica morena de otro curso, a la cual había visto anteriormente en muy pocas ocasiones mientras ella le decía maestra de la iluminación, era algo realmente extraño.

Por esa razón terminé solo, un suspiro escapó de mis labios e intenté pasar desapercibido entre todo el mar de gente que había de otros cursos, lo cual sería fácil.

Oh bueno, lo sería si no fuera porque era yo de quien hablamos y por qué la mayoría sentía repugnancia de mí.

Sin querer, choqué con dos chicos que conocía muy bien, quienes estaban acompañados de otros tres que me miraban entre con asco y burla.

Después de todo, no todo estaba bien. 

Te haré sonreírDonde viven las historias. Descúbrelo ahora