Alex
- ¿Ali? ¿Cariño? - Era mi madre, dios mío, qué susto me había pegado y como veía Adri también ya que se le notaba pálido y con los ojos bien abiertos.
Un suspiro salió de su boca al notar quien realmente era.
Chistosamente mi madre era como Emily y al vernos en esa posición, tan... ¿comprometedora?, su reacción fue abrir los ojos y gritar:
-¡¡QUIETECITOS AHÍ!! ¡¡YA TRAIGO LA CAMARA!!- Para salir corriendo escaleras arriba.
Comencé a reírme demasiado, entre los nervios de quien sería el que había aparecido y que tenía a Adri encima.
-Emm... ¿estás bien? - Preguntó Adrián, preocupado por mi excesiva risa que me quitaba el aire.
- Si, estoy bien, yo solo no se si reír o llorar- Murmuré secándome las lágrimas por la risa, él no dijo nada y me quedó mirando con una sonrisa dulce.
Habían pasado unos segundos y su sonrisa cambió a una coqueta.
-Y... ¿en que estábamos? - Se acercó gateando hacia mí, porque cuando me empecé a reír exageradamente se separó un poco.
El sonrojo volvió a mi rostro, él ahora se encontraba frente a mí...
¡Sobre mí!
Ahí estábamos él y yo, él con una sonrisa coqueta y yo con el pulso a punto de explotar.
Un flash nos sacó de nuestra burbuja, mi madre estaba fangirleando al lado del sillón, si creía no poder estar más rojo, pues...
¡PUM!, averigüé que me equivocaba.
Ahora el que reía era Adrián junto a mi madre que tenía un brillo de emoción en los ojos.
-Queda más que claro que me tiene que pasar la foto ¿no es así, Melanie? - Dijo gracioso Adrián refiriéndose a mi madre.
Porque si, a mi mamá le había caído tan bien que le obligó a que la llamara por su nombre y siempre gritaba que él era mi seme quien sabe que dice, la quería y todo, pero había veces que no le entendía.
Ella al notar la herida en mi cabeza solo suspiró, mirándome tristemente. Cerró los ojos y no dijo nada.
***
Habían pasado un par de horas desde que habíamos llegado a casa.
Mamá me dijo que había llegado temprano ya que su trabajo de tantas horas durante dos años le dieron unas vacaciones pagas, así que ella solamente no pudo hacer otra cosa más que aceptar.
Realmente se merecía esas vacaciones.
Volviendo a lo que hacíamos, mi madre le dijo a Adri que se quede y como no había otro cuarto mi cama tendría que dormir conmigo, no me quejaba, anteriormente se había quedado así que no sería algo nuevo, aunque me seguía poniendo nervioso.
Estábamos en la cocina ahora comiendo pizza que mi madre había hecho con ayuda de nosotros y sencillamente estaba exquisito.
-Mmm que deliciosa quedó Melanie, cocinas muy bien- Halagaba, comiendo Adrián a lo que nos empezamos a reír.
-Oh eres todo un adulador- Dijo mi mamá, burlándose.
-Oigan tengo algo que mostrarles luego de que terminen de comer- Murmuró con la boca llena mi madre a lo que la miré feo.
Después de escuchar sus palabras, nosotros dos nos miramos con curiosidad y empezamos a comer más rápido a punto de atragantarnos.
- ¡Oigan! Tranquilos, bestias, que no quiero acabar en un hospital con alguno de los dos por atragantarse- Comentó burlona aquella mujer, y reímos, esas risas que hace mucho no compartimos con ella.
Tras un rato de comer y comer terminamos. Lavamos los platos usados, para finalmente, sentarnos en el sillón.
Ella subió para buscar algo. Nosotros dos nos miramos fijamente, no entendíamos que ocurría.
Tras su vuelta apareció con una caja mediana de cartón decorada con etiquetas de animalitos y ella muy sonriente.
La dejó frente a nosotros sobre una mesita, la abrió dejando ver fotos de nosotros dos, desde hace 5 años hasta ahora.
Mis ojos se iluminaron y las empezamos a ver, todas tomadas por ella, cada una era muy especial. La primera vez que vino a casa, la primera vez que se quedó a dormir, y tantas otras, con nuestros amigos o solos nosotros, me traen tantos recuerdos un par de lágrimas cayeron por mis mejillas sin borrar mi sonrisa
Si, lo acepto, soy muy sensible. Mamá siempre había tenido como hobby la fotografía y había muchísimos álbumes míos desde que era un bebé.
-Oye Adrián, debo hablar contigo- Dijo mi madre levantándose a lo que él asintió y se fue junto a ella hacia la cocina.
Me pareció muy raro verla tan seria, ignoré mis pensamientos y seguí viendo las fotos que estaban frente a mí. Ella hacía las cosas por algo, no iba a juzgarla.
Adrián
-Siéntate, es algo muy importante- Dijo seria a lo que fruncí el ceño, ella nunca era seria salvo que fuera muy importante. Supongo que lo era.
Le hice caso y me senté en una silla, quedando Melanie parada.
-Tienes que llevarte a Alex de aquí- Directa como siempre. Fue lo único que dijo, me atraganté con mi saliva para que mis ojos se abrieran rápidamente.
- ¿Cómo? - No podía salir de mi estupor.
¿Conmigo? ¿Qué pasaba? tantas preguntas pasaban por mi cabeza, ella suspiró y continuó:
-Ocurre que hay algunos problemas con su...padre y debo arreglarlos, pero lo mejor es que no esté aquí para eso, y como se tú lo quieres mucho, así que estoy segura que lo cuidaras bien hasta que todo se arregle- No podía creer que estaba ocurriendo.
Procesaba todo de una manera tan rápida que me sorprendí a mí mismo, conocía los problemas que tenían, y no iba a dejar que algo le ocurriera a Alex.
-Bien, lo llevare a mi casa- Dije afirmando muy seguro de mí mismo, ella sonrió y me abrazó.
- Cuida bien a mi niño ¿Sí? - Parecía una despedida, esto no me gustaba para nada, asentí aun no convencido.
-Pero... ¿Qué pasará contigo? - Pregunté curioso, a lo que respondió con un muy tranquilo:
-No importa, yo soy yo, soy fuerte y estaré bien, sé que mi hijo también lo estará a tu lado-
-Su hijo también es muy fuerte- Murmuré
Y volvió a sonreír, no, no estaría bien. Sabía que con la bestia de persona que era su marido no lo estaría, había tenido un encuentro con él y diablos, pero no podía detenerla.
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Te haré sonreír
RomanceAlex, un chico común en una época complicada, confía el secreto de ser gay a su mejor amiga, Micaela, tras eso ella lo difunde en su escuela y se burla de él. Desesperado y decepcionado ante la multitud que lo acosa, sus amigos en quienes no confió...