Capítulo 31

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Adrián

En mi cuerpo no cabía tanta emoción. Mi pequeño, mi chico, me correspondía.

Mierda.

Sin poder controlarlo, una sonrisa boba se posó en mis labios.

Impulsivamente tomé a Alex en mis brazos y lo alcé sobre mí, la felicidad no cabía en mi pecho.

-Te amo, Pequeño- Susurré tan cerca de su rostro como nunca había estado antes.

Él, en la oscuridad de la habitación me miraba, con esos hermosos ojos color miel, brillantes por el brillo de la luna.

Vi como pequeñas lágrimas caían de su rostro y lo bajé, sentándolo en el suelo conmigo arrodillado frente a él.

- ¿Alex? ¿Qué ocurre? - Pregunté asustado de haberlo dañado, diablos que bruto que soy.

Lentamente acaricié sus mejillas quitando las lágrimas que caían en éstas y él negó.

-N-Nada A-Adri- Dijo tartamudeando y mi corazón se apretó, era ciertamente hermoso, mi pequeño.

-E-Estoy m-muy feliz- Dijo riendo y quitándose las lágrimas.

-Realmente nunca creí que podríamos estar así, tenía miedo... Tengo miedo- Murmuró poniendo sus manos sobre las mías.

-Estoy tan asustado de que solamente sea un sueño- Rió tontamente.

Suspiré, no podía tener a un chico más lindo frente a mí.

Le sonreí, sabía cómo se sentía él, me sentía completamente igual, tenía miedo, pero ahora lo tenía aquí, frente a mí y no pensaba dejarlo ir.

-No hay que temer, Alex, estoy aquí, contigo- Sus ojos brillaban y sentí el calor de sus mejillas, notando lo colorado que se encontraba.

-No me iré, así que sonríe para mi ¿Okey? - Pregunté con mi frente contra la de él.

-Okey- Asintió, pasando sus brazos por mis hombros mientras lentamente acercaba mi rostro al suyo, dándole un suave beso.

Cuando nos separamos la curiosidad me invadió.

- ¿Por qué habías escapado? - Pregunté y él me miró con los ojos bien abiertos.

-Creí que no lo recordarías- Murmuró mirando hacia otro lado. Moví mi cabeza para que nuestros ojos se encontraran y, al hacerlo, él sonrió tímidamente.

-La chica con la que estabas, yo sentí... celos- Murmuró avergonzado y sentí como mi corazón saltaba.

Este chico sin duda alguna era un ángel.

Intenté contener la risa y Alex al notarlo me miró feo, no pude evitar soltar una carcajada. Que absurdo malentendido.

-Sabes, ella no es lo que crees- Dije recordando las palabras que ella había utilizado.

- "Soy su amiga", amiga y tres cuartos- Murmuré molesto por los problemas causados por aquella molesta chica.

-No entiendo- Dijo, haciendo un puchero con los labios, reí pensando en ella como novia, diablos no.

-Es mi prima- Dije viendo su cara en blanco. No pude contener más la risa al verlo avergonzado, tan lindo.

-Deja de reírte- Chilló tapando su rostro, y no pude evitar acariciarle el cabello dulcemente.

Amaba a este chico de una forma en la que nunca había querido a nadie.

-Oye pequeño- Lo llamé provocando que él me mirara enfadado.

Te haré sonreírDonde viven las historias. Descúbrelo ahora