Capítulo 30

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Alex

Me encontraba frente a la puerta del apartamento donde vivíamos Adri y yo.

Ciertamente mi cuerpo completo se había vuelto una gelatina. Realmente estaba temblando y no había hecho nada aún.

¿Dónde demonios se había ido la valentía que hace segundos tenía? Ah sí, en el piso 3 mientras subía las escaleras porque se había averiado el ascensor.

Sinceramente era muy mediocre, dios mío.

-Okey, tú puedes- Susurré y tomé la perilla poniendo las llaves.

Si, podría, pero podría hacerlo mañana, si, así es.

Rápidamente me giré para irme.

Espera, no, debía hacerlo ahora.

-Vamos Alex, ¿Eres un niño o un hombre? - Pregunté mirando al techo, suspiré.

Bien lo había decidido, era un niño.

Comencé a alejarme de la puerta hasta que choqué contra algo, demonios era el día en el que me salía todo mal, ¿No es así?

-ALEX- Escuché gritar a la persona delante de mí y me estremecí.

Bueno, debía ser un hombre si mi suerte me lo estaba implorando.

Levanté la vista para quedar embobado con el chico frente a mí, que se encontraba agitado y con el cabello alborotado.

Uff era un papucho, su cara fue tallada por los mismísimos ángeles.

- ¿DÓNDE DEMONIOS ESTABAS? - Gritó zarandeándome de los hombros quitándome de mi ensueño.

Lo miré sorprendido, oh dios.

Sin esperar mi respuesta me tomó de los hombros y me metió en el apartamento, la oscuridad nos rodeaba, realmente debía hacerlo. Suspiré, debía relajarme un poco.

- ¿Tienes idea de lo preocupado que estaba? - Preguntó sin soltarme, encontrándose a centímetros de mi rostro.

Lentamente mis mejillas fueron tomando un tono colorado, y en la oscuridad del lugar solo con la luz de la luna y mis nervios a flor de piel lo hice, lo besé.

Mis labios se encontraban sobre los suyos y realmente sentía que estaba en el cielo.

Comencé a moverlos lentamente y noté como él no hacía nada, no respiraba ni se movía.

Decidí separarme finalmente, y al abrir los ojos vi su rostro sorprendido, en blanco y sonreí tímidamente, demonios, iba a odiarme.

¿No es así?

Suspiré otra vez.

-Me gustas- Su boca se abrió de la sorpresa, pero ya no me contuve.

-Estoy enamorado de ti. Sin dudarlo amo cada cosa de ti, realmente no sé cómo pude estar todos estos años sin besarte- Reí apartando la mirada de él, mis mejillas ardían y mi corazón iba a mil.

-Te quiero como jamás quise a nadie, eres mi luz y mi apoyo para seguir, me haces feliz con tu sonrisa y me enloqueces de una forma que no puedo describir, eres brillante, y muy lindo conmigo, y cada día me haces mejor persona. Estoy completa y absolutamente enamorado de ti, Adri- Dije suspirando por enésima vez.

Diablos. El silencio era tan ensordecedor que mis oídos se aturdieron, estaba asustado y recién me había dado cuenta de que lo más probable fuera que él me veía solamente como un amigo, quizás como un hermano.

Diablos.

Mi boca se sintió seca como si no hubiera tomado un trago desde hacía días, tenía miedo y no podía verlo, demonios.

Abrí nuevamente la boca para disculparme cuando sus labios me callaron.

Oh dios mío, me estaba besando.

La sorpresa me abandonó al sentir sus brazos rodeando mi cuerpo y me dejé besar. Sentí como su cuerpo se complementaba con el mío, diablos eso se sentía malditamente bien.

Mi rostro ardía, pero no se notaba en la oscuridad del lugar.

Su boca contra la mía me daba una sensación que jamás había sentido, mi cuerpo se estremecía ante su tacto.

Rápidamente se separó mirándome a los ojos y sentí que moriría.

Diablos, qué chico tan increíblemente sensual tenía enfrente.

Suspiré. Nuestras bocas se encontraban a muy cortos centímetros, que sin duda acorté besándolo nuevamente.

¿Dónde diablos se había ido mi timidez? Ah sí, al drenaje.

Él continuó el beso que comencé, noté cómo él sonrió entre el beso, oh por dios.

Nos separamos nuevamente y nos miramos a los ojos, su frente estaba contra la mía, ya podía morir en paz.

-Te amo- Susurró Adrián, mirándome a los ojos y sentí como mis piernas perdieron su fuerza provocando que él me sostenga.

-Oh, no te me vayas a ir justo cuando es mi turno de decirte que siento- Dijo riéndose suavemente.

¿Estoy soñando? Si es así no quiero despertar.

-Te amo, te amo como no tienes idea y te he amado desde hace mucho tiempo, pequeño. Al comienzo creí que seríamos grandes amigos, pero con el paso del tiempo me di cuenta que no te veía como amigo, eras más que eso, eras sin duda el chico que me desvelaba- Murmuró mirándome con todo el amor del mundo.

- Me desvivo por ti, a cada momento que te tengo cerca me muero por tenerte en mis brazos, te amo, Alex- Lo abracé enterrando mi cabeza en su cuello.

-E-Espera un segundo así ¿S-Sí? N-No puedo pararme p-por mí mismo- Murmuré tartamudeando y él se rió.

-Te esperare toda la vida si así lo quieres, pequeño- Dios, este chico iba a matarme. 

Te haré sonreírDonde viven las historias. Descúbrelo ahora