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Matthew Le Goff, de 14 años se encontraba en el auto civil de la asistente de su padre, observando por la ventana con algo de miedo el enorme edificio que se elevaba frente a sus ojos, se rascó la cabeza con nerviosismo, despeinando las pequeñas ondas de su negro cabello.

Hacía muy poco tiempo estaba en Australia y la verdad que no le hacía nada de gracia que su padre lo mande a un internado lo más lejos posible de su familia, si, sabía que había ido muy lejos con uno de esos retos que le habían puesto sus seguidores de Instagram, pero tampoco era para tanto.

¿En serio tenía que mandarlo lejos una semana y media antes de su cumpleaños? Tuvo que cancelar toda la fiesta que tenía planeada para sus amigos y algunos de sus seguidores más cercanos, lo cual se traducía en unos 500 invitados.

Porque Matthew en su país natal era un influencer a pesar de su corta edad, era conocido por ser el hijo del embajador de Francia en Australia, por vivir metiéndose en problemas y mostrar sus viajes por el mundo en sus redes sociales, tenía más de 30mil seguidores en estas.

Pero en Australia, y especialmente en esa desconocida ciudad para él, Newcastle, no lo conocía nadie. Soltó un bufido aún sentado dentro del auto con vidrios polarizados.

Lo peor de todo para él era que ya hacía un mes que habían empezado las clases, ósea que además de estar en una ciudad que no conocía, tenía que ser soportar ser el chico nuevo.

Lo que jamás había sido, Matthew había ido a la misma escuela desde que tenía uso de memoria, el instituto Evermore en París, Francia. Nunca había tenido que soportar las miradas por ser nuevo ni nada por el estilo, conocía a sus amigos desde que habían aprendido a leer y a escribir, y era uno de los chicos más populares.

Pero según su padre, sus travesuras habían llegado demasiado lejos y necesitaba que lo enderezaran. Por supuesto eligió el internado más lejano de su hogar natal y dentro del área donde tenía poder para tenerlo vigilado.

— Tu cuenta de Instagram fue suspendida... ahora tienes una nueva. — Soltó Marie, la asistente de su padre, quien lo había ido a buscar al aeropuerto, mientras leía en su Tablet las cosas que tenía que recordarle al chico antes de que ingresara al internado.

— ¿QUÉ? —Exclamó como si acabaran de quitarle una parte de su alma, si bien hablaba bastante bien el idioma, el acento francés estaba allí, luchando para mantenerse firme y no ser olvidado.

— Ahora tienes una nueva, es matty.lacroix—

— ¿Por qué con el apellido de mamá? — [En un principio las palabras que matty pronuncie mal van a estar marcadas con cursiva, no sé un choto d francés así que yo solo estoy mandándole fruta]

— Porque tu padre no quiere que uses su apellido mientras estés aquí, no puede llegar a los medios que tú estás aquí. Por eso tu padre le dijo a todo el mundo que estás viviendo con tus tías al sur de Francia. — El chico rodó los ojos, y la mujer le entregó un teléfono igual al de él, pero estaba seguro que no era el suyo debido a que estaba intacto. — Hay muy pocas probabilidades de que alguien sepa quién eres aquí, pero igual ten cuidado. Tú cuenta está privada, solo acepta a gente de esta ciudad, que estés seguro de que no sepa nada acerca de tu familia. Usa una foto de perfil donde no se te vea la cara, no vaya a ser que alguno de tus fans se ponga a buscarte y te encuentre. — El chico asintió con la cabeza y tomó el celular entre sus manos, para luego guardarlo en el bolsillo de sus jeans negros, ya estaba resignado a su nueva vida.

— ¿Qué hago si me preguntan que hace mi padre? —

— Mientes, seguro algo se te va a ocurrir. Solo la directora sabe realmente quien es tu padre y es por eso que aunque te quejes igual tendrás beneficios. Por empezar, tendrás una habitación para ti solo. —

Good Boys » Matty's VersionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora