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Ya habían pasado dos semanas desde que Wonwoo hizo presencia en la vida de Mingyu. La convivencia fue mucho mejor de lo que el más mayor esperaba.

Wonwoo insistió en ayudar con las tareas de la casa ya que, de momento, no podía pagarle un alquiler. También cocinaba cuando Mingyu trabajaba hasta tarde o cuando éste se sentía cansado.

—Wonwoo, despierta.— Mingyu movió el cuerpo del más joven por los hombros.

El más bajo abrió lentamente los ojos, acostumbrándose a la claridad de la habitación.

—Vamos, tienes que desayunar.

—Mingyu huung...— Wonwoo se sentó en la cama y se enrolló una manta alrededor, como si fuese un rollito de sushi.

—¿Sí?

—¿Puedo comer en la cama? Estoy un poco mareado...

—¿Eso no es un síntoma del embarazo?— Mingyu levantó la mirada de la mesa para mirar al chico.

—Supongo que sí...

—Está bien.— El más alto cogió una bandeja y puso el desayuno encima para después llevarlo a la cama. Se sentó enfrente de Wonwoo.

—Gracias.— Wonwoo sonrió.

—Wonwoo.

—¿Hum?— Es el único sonido que emitió Wonwoo, ya que tenía la boca llena de un trozo de tostada.

—He estado pensando... podríamos ir a comprarte algo de ropa y otras cosas que necesites. No es que me moleste que uses mi ropa.— Mingyu aclaró rápidamente.— Pero estarías mejor con ropa de tu talla.

—Pero... me gusta que la ropa me quede suelta.— Wonwoo sonrió.

—Ya, pero-

—No quiero salir, Mingyu...

—Lo sé, Wonwoo. Sé que te da miedo que te encuentre ese tipo, pero a lo mejor podríamos intentar esconderte.

—¿Esconderme?

—Camuflarte un poco. Hoy el día está soleado, podrías ponerte mis gafas de sol. Una sudadera, y te pones la capucha; y una mascarilla. Así apenas se te verá la cara.

Mingyu tenía razón. Necesitaba ropa, un cepillo de dientes... cosas básicas.

—Si no, iré yo solo. Dime lo que necesitas y te lo traeré.

—Pero no tengo dinero, hyung.

—Yo te lo pagaré, no te preocupes.

—¿Por qué harías eso?

—Porque quiero.— Mingyu se encogió de hombros. —Entonces, ¿vendrás?

—Está bien.— Wonwoo sonrió ligeramente.

Treinta minutos más tarde, llegaron al centro comercial. Entraron en la primera tienda de ropa que encontraron.

—¿Qué estilo te gusta?— Preguntó Mingyu.

—¿Estilo?

—Sí, estilo. ¿Qué tipo de ropa sueles llevar?

—Pues... ¿sudaderas y camisetas?

—Echa un vistazo.— Mingyu paró en la sección de camisetas y sudaderas.

—Esa.— Wonwoo señaló la primera sudadera que encontró.

Mingyu suspiró.

—Elige una que te guste, Wonwoo. No la primera que veas.

—Pero tú eres el que paga. ¿No deberías elegirlo tú?

—Yo no soy el que va a llevarlo puesto.— Mingyu se cruzó de brazos.

—Entonces... esa.— Señaló a una sudadera negra.

—¿Esa? ¿Solo negro?

Wonwoo sonrió y asintió.

—Me gusta la ropa simple.

Acabaron saliendo de la tienda con dos sudaderas, tres camisetas y dos pantalones.

—Muchas gracias, hyung.— Wonwoo sonrió aunque no se viese por la mascarilla que llevaba puesta.

—No hay de qué, Wonwoo.

—Mingyu hyung.— Volvió a hablar Wonwoo mientras caminaban por los pasillos del centro comercial.

—¿Sí?

—¿Estás casado?

—¿Qué? No. Claro que no.

—¿Y tienes pareja?

Mingyu negó con la cabeza.

—¿Por qué?

—¿Cómo que por qué?

—¿Por qué estás soltero?— Preguntó Wonwoo.

—No sé-

—Quiero decir, eres buena persona. Tienes un trabajo, una casa, un coche... eres un poco soso, pero tienes buen corazón. ¿Cómo es que no tienes pareja?

Mingyu rió.

—Es una buena pregunta, Wonwoo. Supongo que no encontré a la persona adecuada aún.— Se encogió de hombros.

—Eso es triste.

—No te creas, Wonwoo. Estoy bien así.— Mingyu sonrió.

—¿Y si ahora viniese alguien y te confesara su amor? ¿Lo ignorarías?

—Todo dependería de la persona y la situación.

—¿Estás contento conmigo?

¿Estaba contento al tener a Wonwoo en casa? No podía negar que estaba empezando a cogerle cariño.
Ahora tenía a alguien que le esperaba al llegar a casa, alguien a quién contarle cómo le ha ido en el trabajo, alguien que se preocupaba por su estado emocional.
Wonwoo era un chico maravilloso. Un chico que, por desgracia, no tuvo mucha suerte en lo que llevaba de vida.

Aunque solo conocía al chico desde hace poco más de dos semanas, Mingyu llegó a cuestionarse en algún momento si se estaba enamorando de él. Se dio cuenta de que lo único que quería era cuidarle y protegerle.

—Claro que lo estoy.— Mingyu sonrió.

—Mingyu hyung.

—¿Sí?

—¿Podemos pedir algo para comer?— Wonwoo sonrió.

—Claro. Hoy no hice comida, así que, por qué no.

—¿Podemos pedir una pizza? De pepperoni.— Wonwoo sonrió.

—¿Eso no picaba? ¿No deberías evitar la comida picante durante el embarazo?

Wonwoo hizo un puchero.

—Tampoco pica tanto...— El más bajo agachó la mirada.

—Está bien. Solo por hoy.

Kidult • {Meanie}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora