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Un par de semanas después, Wonwoo tomó su decisión final. Iba a tener al bebé. A lo mejor no sería un camino fácil, pero lo haría.

Ahora el menor se encontraba en la cocina, cortando unas verduras, mientras Mingyu hacía algo de carne.

—¡Ay!— Exclamó Wonwoo de repente.

—¿Qué ha pasado?— Mingyu se acercó al más bajo, dejando la carne de lado.

—M-me corté.— Wonwoo hizo un puchero con sus labios mientras mostraba su dedo índice al mayor.

Mingyu suspiró.

—No tienes nada, Wonwoo.

—¿Cómo que no? Hay sangre. Mira.— El más joven señaló una pequeña mota de sangre que era casi inexistente.

—No es nada-

—Hyuuuuuuung.— Wonwoo profundizó, más aún, el puchero en sus labios.

—Está bien, está bien.— Mingyu fue al baño para volver con una pequeña caja en sus manos. Sacó una tirita de ésta y la enrolló alrededor del dedo herido. —Listo.

Wonwoo no pudo evitar reír levemente.

—¿Por qué tienes tiritas de Bob Esponja?

—Oh, eran de mi hijo.

—¿Cómo?— Wonwoo abrió los ojos en demasía debido a la sorpresa. ¿Mingyu tenía un hijo?

—Lo que has oído.

—Pero-

—Te lo explicaré.— Mingyu se sentó en el sofá y esperó a que Wonwoo hiciera lo mismo para empezar a hablar. —Sí, tengo un hijo. De casi dos años y medio. No te lo dije antes porque no lo consideré necesario.

—¿Y dónde está el niño? Y, ¿por qué no parece que tengas un hijo? Quiero decir, no tienes juguetes por la casa, ni fotos, ni ropa, ni siquiera tienes una habitación con una cuna o una cama, tampoco tienes pañales, ni biberones... no tienes nada relacionado con un niño.

—El niño está con su madre.— Respondió Mingyu.

—¿Y cuándo está contigo? ¿Se queda una semana con cada uno?

—Nunca está conmigo. Su madre se fue con él.

—¿Cómo que se fue con él?— Wonwoo frunció el ceño. —¡Eso es un delito! ¿¡No lo denunciaste a la policía?!

—Lo hice. La encontraron semanas después. Y aún así, yo soy el malo.— Mingyu se frotó el entrecejo, debido al agotamiento emocional al que le llevaba ese tema. —Me denunció inventando cosas que no eran ciertas solo para alejarme de mi hijo. Usó esas mentiras como excusa para huir.

—¿Y no puedes hacer nada para poder volver a estar con tu hijo y acabar con esa asquerosa?

—Estoy en ello, Wonwoo. Aún tengo varios juicios por delante. Por eso ha habido veces que he llegado más tarde a casa. Necesitaba hablar cosas con mi abogado.

—¿Tienes alguna foto?— Preguntó Wonwoo, curioso.

—Claro.— Mingyu cogió su teléfono para mostrarle una foto de un niño sentado en una cuna con un chupete en la boca y un peluche en sus manos.

Wonwoo sonrió. La verdad que el niño era muy lindo.

—¿Cómo se llama?

—Jeonghan.— Sonrió Mingyu.

—Yo te ayudaré a luchar por él, hyung. Haremos que se quede contigo cueste lo que cueste.— Wonwoo se cruzó de brazos, para dar más seriedad a sus palabras.

—Estoy seguro de eso, Wonwoo.

—Hyung.— El más joven se recostó sobre el respaldo del sofá. Mingyu le imitó.

—¿Sí?

—¿Estás seguro de que quieres ayudarme? No hace falta que lo hagas. Solo dime que no quieres y me iré. No te recriminaré nada. Solo me iré y te dejaré tranquilo-

—Wonwoo.— Interrumpió el más mayor.— Pensé que ya habíamos aclarado este tema.

—Lo sé, pero...— El de pelos rizados volvió a hacer un puchero con sus labios.

—No te preocupes, Wonwoo. Esto lo estoy haciendo porque yo quiero.

—Lo sé...

—Todo saldrá bien, Wonwoo.— Mingyu entrelazó su mano con la del más bajo.— Tienes las manos heladas. ¿Tienes frío?

Wonwoo negó.

—Suelo tenerlas frías.— Se encogió de hombros, sin darle gran importancia.

—Bueno, terminemos de hacer la comida.

—Oye, hyung.

—¿Sí?

—¿Estuviste saliendo con una mujer?

—Sí.

—Yo pensé que eras gay.— Dijo Wonwoo.

Mingyu empezó a reír.

—¿Qué es tan gracioso?— El de pelos rizados frunció el ceño.

—Nada, nada. Solo me hizo gracia la forma tan directa en la que lo dijiste. No hay nada malo en ello.— Mingyu sonrió.— Pero, digamos que soy bisexual.

—Yo soy gay.— Respondió Wonwoo, sin más.

—Eso está bien, Wonwoo.

Kidult • {Meanie}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora