Y, justo cuando ya estaba quedándose dormido, unos toques sobre su hombro le obligaron a despertar.
—¿Hum?— Al abrir los ojos, Joshua se encontró con una enfermera. —Oh...— Rápidamente se levantó del colchón e intentó colocarse mejor la ropa. —Buenos días.
—Buenos días.— Sonrió la chica. —¿Era usted el acompañante del señor Kim Mingyu?
—Sí. Era yo.
—Venía a informarle de que el señor Kim se despertó hace un par de horas.
—¿En serio? ¿Cómo está?
—Se encuentra bien. Por el momento evoluciona favorablemente.— Explicó la enfermera. —El médico ha dado permiso para que pueda pasar a verle, no más de 5 minutos.
—Oh...— Joshua giró a mirar a Wonwoo, que seguía profundamente dormido.
¿Debía despertarle o dejarle dormir? Después de debatirlo unos segundos consigo mismo, optó por dejar a Wonwoo descansar un poco más.
—Iré yo.
—Acompáñeme, por favor.
Joshua caminó detrás de la enfermera y entró en la habitación de la UCI. Cuando pasó la puerta, vio a Mingyu tumbado sobre una cama, con varios cables conectados a él y una pierna escayolada.
Se acercó hasta la cama y Mingyu le miró sonriendo.
En ese momento, Joshua empezó a reír y a llorar a la vez. Estaba emocionado por ver que su amigo, dentro de lo que cabía, estaba bien; estaba aliviado por haber soltado toda la angustia que tenía acumulada desde el día anterior.
—Oye, estoy vivo, ¿por qué lloras? ¿A caso querías quitarme del medio?
Joshua se limpió las lágrimas para reír otra vez.
—Déjate de tonterías, Mingyu. Lo he pasado fatal, ¿sabes? Pensé que la palmarías, idiota.
—No te vas a deshacer de mí tan fácilmente. Aún tengo muchas cosas que hacer en el mundo de los vivos.
Joshua sonrió antes de acariciar las mejillas de su amigo.
—¿Cómo te encuentras?
—Bueno... como si un camión me hubiese pasado por encima, pero bien.— Sonrió. —Oye, ¿y Wonwoo? Quiero verle.
—Pues.... Verás...— Joshua se aclaró un poco la garganta.
—¿Le ha pasado algo?— Preguntó Mingyu, claramente preocupado.
—No, no. Wonwoo está en una habitación durmiendo. Verás, ayer se puso muy nervioso y... al final, le dieron un calmante para que descansara un poco.
—¿En serio? Mi rayito de sol...
—Sí... Yo he estado cuidando de él, no te preocupes.
—Muchas gracias por estar pendiente de él, hyung. Eres el mejor.
—Wonwoo te quiere mucho, Mingyu. Muchísimo. Si vieras cómo luchaba ayer para que le dejaran entrar a verte un minuto. Lo que sufría porque no le dejaban estar a tu lado...
—Seguro que lo ha pasado fatal...
—Bueno, la verdad es que sí...
—Tuve suerte de conocerle.
—Totalmente.— Sonrió el mayor. —No le pierdas nunca, Gyu. No encontrarás un amor más puro que el suyo.
Ambos chicos vieron su conversación interrumpida cuando escucharon unos gritos en el pasillo.
—¡Dejadme pasar! ¡Dejadme pasar!
—¿Esa no es la voz de Wonwoo?— Cuestionó Mingyu.
—Oh, oh...— Joshua salió corriendo de la habitación para encontrar a Wonwoo tirado en el suelo, dando patadas y manotazos, con los guardas de seguridad agarrándole por los hombros para retenerle.
—¡Soltadme!— Wonwoo volvió a llorar. Estaba cansado de que todo el mundo pudiera ver a Mingyu y él no. —¡Solo quiero ver a mi novio! ¡Por favor!— Suplicó entre sollozos.
—Dejadle pasar.— Ordenó el médico.
Después de que los hombres de seguridad se alejaran de Wonwoo, Joshua se acercó hasta él para ayudarle a levantarse del suelo.
—¿Cuándo te has despertado?
—Hace 5 minutos. ¿P-puedo pasar ya?
—Claro.— Joshua le limpió las lágrimas antes de acompañarle hasta la puerta.
Mingyu pudo escuchar cómo su propio corazón se rompía en mil pedazos al ver a Wonwoo entrar en la habitación. Se veía cansado, agotado, con los pelos alborotados y los ojos rojos e hinchados de llorar.
—Wonnie...— Sonrió.
Wonwoo se acercó lentamente hasta la cama y se quedó mirando al más mayor en silencio.
—Ven aquí.— Mingyu abrió un poco los brazos, lo que le permitía el dolor, esperando a que Wonwoo se acercara para poder abrazarle.
El menor rompió a llorar una vez más antes de abrazarle, procurando no apoyarse donde no debía. Se quedó abrazado a su cuello, llorando a mares.
—P-pensé q-que te iba perder p-para siempre, hyung.— Titubeó debido al llanto.
Mingyu también lloró.
—Ya está, Wonnie... No voy a abandonarte nunca, ¿me has oído? Nunca.
Wonwoo se limitó a asentir con la cabeza. Las lágrimas y la emoción no le dejaban hablar.
☂️☂️☂️☂️☂️☂️☂️☂️
Y YO TAMBIÉN LLORÉ
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
