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—¿Por qué lo preguntas?

—¿Para quién es, hyung?— Volvió a preguntar Wonwoo.

—Es... una cama para invitados.— Mingyu sabía que no tenía ningún sentido mentir porque tendría que contar la verdad tarde o temprano, pero no encontraba la manera ideal para decirle a Wonwoo.

—¿Cuántos años tienen los invitados que entran a tu casa, normalmente? ¿Cinco?— Wonwoo frunció el ceño. —Solo dime para quién es, Mingyu.

El más alto suspiró antes de levantarse del suelo.

—Tengo que hablar contigo.— Tendió su mano para ayudar al contrario a levantarse y ambos fueron a sentarse en el sofá.

—¿Me quieres echar?— Cuestionó Wonwoo cuando vio que Mingyu tardaba mucho en empezar a hablar.

—¡No!— Respondió Mingyu rápidamente. —¡Por supuesto que no! Pensé que ya habíamos dejado este tema zanjado, Won.

—Entonces habla de una vez.

—Verás... me han dado la custodia de Jeonghan.— Mingyu sonrió levemente. Claro que estaba contento por poder tener a su hijo con él, pero tenía miedo de la reacción de Wonwoo. —El próximo lunes ya podré traerle a casa...

Wonwoo se quedó en silencio por más de dos minutos. Dos eternos minutos para Mingyu.

—¿Wonwoo? ¿E-estás bien?

—¿Se quedará aquí?

—Sí, claro. Para él es la cama...

—¿No deberíamos terminar de montarla entonces?

—Bueno... pensé que íbamos a comer primero.

—Vamos a montarla ahora.

🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸

—¿Seguro que no quieres venir?

—Seguro.

—Wonwoo, sé que estás nervioso.— Mingyu se sentó a los pies de la cama. —Pero ya verás como te vas a llevar bien con él. Jeonghan es un niño muy amigable, se lleva bien con todo el mundo.

El esperado lunes ya había llegado y Mingyu estaba a punto de ir a recoger a su hijo para traerle a casa.

—Vale.— Contestó Wonwoo.

—También es algo complicado para él.— Dijo Mingyu. —Tendrá que adaptarse a muchos cambios ahora...

—Lo sé... vete ya. Vas a llegar tarde.

Cerca de una hora más tarde, el corazón de Wonwoo empezó a latir a mil por hora cuando escuchó el sonido de las llaves y una voz infantil al otro lado de la puerta.

—¡Tachán! ¡Magia!— Dijo Mingyu al abrir la puerta. En sus brazos cargaba al pequeño Jeonghan, que ahora daba palmaditas por haber visto a su padre abriendo la puerta por arte de magia, y una maleta colgada al hombro.

—¡Maga, maga!— Decía Jeonghan alegremente sin dejar de aplaudir.

Mingyu le quitó las pequeñas zapatillas que llevaba puestas antes de bajarle al suelo y dejar la maleta a un lado.

Jeonghan estaba dispuesto a explorar la casa, pero decidió volver al lado de su padre en cuanto vio a un chico de pie frente a ellos.

—Hannie, no tienes que tenerle miedo.— Mingyu se puso de cuclillas en el suelo para abrazar a su pequeño por la cintura. —Mira, se llama Wonwoo y también va a vivir con nosotros.— Sonrió.

—Onu.— Dijo Jeonghan.

—Y Wonwoo, este es Jeonghan.

—Ya...— Fue lo único que salió de la boca del de pelos rizados.

—Onu.— Volvió a repetir Jeonghan.

—Es Wonwoo.— Corrigió el nombrado.

—Onu.

Kidult • {Meanie}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora