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Después de estar una hora reflexionando, al final Wonwoo decidió vestirse para salir de casa. Se puso unos pantalones grises, una camiseta morada pastel, que en verdad era de Mingyu; y unas zapatillas blancas.

Antes de salir, cogió el teléfono antiguo que solía utilizar Mingyu y que el más mayor le dejó por si lo necesitaba algún día. Marcó el número del más alto y esperó por una respuesta.

—¿Wonwoo?

—Hyung...

—¿Pasó algo?

—Hum, no. Era solo.... ¿En qué parque estáis?

—¿Hum? Pues... el que está cerca del centro comercial del centro. ¿Por qué?

—Voy a ir.

—¿Vas a venir? Oh, entonces. ¿Quieres que pase a recogerte? Está un poco lejos.

—Hum, no. Iré andando.

—¿Seguro?

—Seguro.

—Vale... entonces, ten cuidado. Te esperaré aquí.

—Vale.— Fue lo último que dijo Wonwoo antes de finalizar la llamada. Cogió las copias de las llaves que le dio Mingyu y se puso en marcha.

Tras media hora andando, llegó al parque. Cuando se acercó a la zona de juegos, vio a Mingyu jugando con Jeonghan en el tobogán.

El más alto ayudaba al pequeño a subir las escaleras y le sujetaba al deslizarse por el tobogán para que no cayera.

—OTA VES, OTA VES.— Gritó Jeonghan emocionado mientras corría de nuevo para subir las escaleras.

Mingyu, una vez más, sujetó a su hijo para ayudarle a subir las escaleras y le sujetó de las manos una vez el pequeño ya se había sentado sobre el tobogán. Cuando Jeonghan se deslizó hasta el final del tobogán, se encontró con Wonwoo esperando delante de él.

—Hola.— Sonrió levemente el de pelos rizados.

—¡Onu, Onu!— Jeonghan dio palmaditas con sus manos y abrazó las piernas del contrario.

Una hora más tarde, llegaron al centro comercial. Antes de eso, tuvieron que lidiar con el llanto desconsolado de Jeonghan porque no quería irse del parque.

—Oye, Won.

—¿Hum?

—¿Quieres comprarte algo de ropa?

—Ya tengo ropa.— Se encogió de hombros.

—¿No necesitas nada?

—Hum, nop.

—Y... ¿no quieres nada?

—¿Por qué insistes tanto?— Wonwoo frunció el ceño. A veces le ponía nervioso que la gente fuera tan insistente.

—Lo decía porque la semana que viene es tu cumpleaños. ¿No quieres nada?

—Oh...— Wonwoo había olvidado por completo su cumpleaños. Últimamente no tenía noción del tiempo y ni siquiera era consciente del día en el que estaba viviendo. —Pues... no. No quiero nada.

—Está bien...

Un rato después de echar un ojo por varias tiendas y alguna juguetería, se sentaron en una heladería para merendar.

Jeonghan, que estaba sentado sobre las piernas de su padre, comía felizmente un helado de chocolate mientras se manchaba todas las manos y la cara.

—¡Rico!

—Está rico, ¿a que sí?.— Sonrió Mingyu mientras le limpiaba las manos y la cara con una toallita húmeda.

—¡Más, más!

—Ya no hay más, cariño. Te has comido todo el helado ya.

—¡Más!— Insistió el niño.

—¿Quieres del mío?— Intervino Wonwoo mientras le tendía una cucharilla con helado de vainilla.

—¡Shiiií!

Al final Jeonghan fue el que se comió casi todo lo que le quedaba a Wonwoo de su helado.

—Won, ¿quieres que te compre otro?

—No, no hace falta. Estoy bien.— Sonrió.

Antes de volver a casa, entraron en una tienda de ropa, a petición de Wonwoo.

Wonwoo miraba por un lado de la tienda, mientras Mingyu echaba un ojo por otro lado con Jeonghan en brazos.

Cuando el más mayor fue al encuentro de Wonwoo, le vio muy concentrado mirando una fila de sudaderas para el invierno.

—Won, ¿has encontrado algo que te guste?

—¿Hum? No.— Contestó Wonwoo mientras desviaba la mirada a otro lado. —¿Nos vamos ya?

—Sí...

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POR CIERTO, casi todos los títulos de mis fics tienen un por qué y están relacionado con la historia. ¿Adivinan alguno? 👀

Kidult • {Meanie}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora