Capítulo 5: Mi princesita

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Luego de llegar del entrenamiento, abrí la puerta de mi casa y me recosté en el sofá, o más bien, me desplome en él. Sinceramente, estaba exhausta.

Estuve así aproximadamente 15 minutos hasta que tome la decisión de darme un baño y después preparar mis útiles para mañana. Caí en cuenta de que mañana ya era miércoles. La semana a veces pasa tan rápido que no nos da tiempo de siquiera disfrutar cada momento.

Seguía bastante cansada, así que me dirigí hacia mi habitación, y me tumbe en la cama. Me fije en la hora y vi que eran las 8 de la noche. No tenía tarea y ya estaba todo listo para mañana, así que solo me quede ahí pensando en todo lo ocurrido ese día.
Edu.

Era tan amable. Además de ser bastante lindo, esos ojos verde claro y ese cabello negro rizado le favorecían demasiado. Su sonrisa, esa sonrisa tan contagiosa.

NAH! En que estoy pensando, solo es mi amigo. Fuera pensamientos tontos.

Al despabilarme un poco, me metí entre las sabanas de mi cama ya que no aguantaba el frío de la noche.

Ya faltaba menos para mi cumpleaños N° 14. Pero también, faltaba menos para que se cumplieran los 5 años de que mi "papa" había fallecido.

Es difícil que una fecha tan emocionante y linda como tu cumpleaños, sea el aniversario del día más triste de tu vida a la vez.

Con estos pensamientos, las lágrimas no tardaron mucho en cubrir mi rostro.

-¿Por qué? ¿Por qué no estás conmigo? ¿Por qué nos abandonaste? ¿Por qué nos dejaste solos? PORQUE?! - La almohada se encargó de encubrir mis sollozos.

En eso, mi hermano tocó la puerta.

- ¿Puedo pasar Lu? - me preguntó tiernamente.

-Si, pasa - permití con una voz quebrada y tratando de secar mis lágrimas.

- Oye tú no has vis... ¿qué te pasa? - me miró preocupado olvidándose de lo que vino a pedirme.

- Nada, estoy bien- dije acomodándome el cabello y otorgándole una sonrisa obviamente falsa.

- Te conozco, a mí no me convences con esa sonrisa, ¿estas mal por Octavio cierto? - desde que Eze se enteró de todo nunca pudo volver a llamarlo papá.

- Soy muy obvia verdad- bromeé sentándome en la cama con una sonrisa en medio de lágrimas nuevamente.

- Si, bastante - me contestó sentándose al lado mío, y abrazándome con dulzura. - Ya no llores, sé que es duro, pero salimos adelante, y quizás él nos esté mirando en este momento...- lo interrumpí frustrada con lo que me dijo.

- ¡NO QUIERO QUE ME MIRE! ¡Quiero que me explique porque se fue! - grité nerviosa - ¡Quiero saber porque hizo lo que hizo! - Mis manos temblaban y las lágrimas ya salían a borbotones.

- Quizás nunca lo sepamos, pero no es culpa de nadie que haya salido algo mal en el viaje o que... - lo interrumpí nuevamente.

-¡SI ES CULPA DE ALGUIEN! ¡ES SU CULPA! ¡EL SABIA LO QUE HACIA! ¡PUDO PERFECTAMENTE HABERSE QUEDADO CON NOSOTROS! ¡Y EVITAR IR EN ESE AVIÓN! ¡PERO NO! ¡NO LO HIZO! - gritaba desconsoladamente mientras lágrimas y más lágrimas cubrían mi rostro.

Eze me agarro firmemente de los hombros y me dijo...

-¡Cálmate! Mírame a los ojos - no le hice caso- ¡Mírame Luciana! - Esta vez lo hice ya un poco más calmada - Quizás tengas razón, él tiene algo de culpa, pero las cosas pasan por algo, solo debemos ser fuertes princesita- dijo con una sonrisa

- No me digas así - exigí fríamente, fijando mi mirada en el piso aún teniendo las manos de Eze en mis hombros.

- ¿Por qué? - preguntó entre confundido y triste

- A veces en la vida dejamos de ser princesitas para convertirnos en guerreras - dije mirándolo a los ojos.

Esa frase era mi marca personal. Desde el día en que aquel oficial me la dijo, quedó grabada en mí. Esta frase a veces era mi soporte, para no decaer.

-Tienes razón Lu - cedió mi hermano sacando sus manos de mis hombros para abrazarme. - Pero aunque seas una Guerrera siempre vas a ser mi princesita. Pase lo que pase, sé que eres fuerte, tan fuerte como la guerrera que dices ser -hizo una pausa para acomodar un mechón de mi cabello tras mi oreja- pero a la vez eres tan frágil como una princesa de cuento, la cual necesita de ese príncipe que sea su sustento de vez en cuando, y siempre ten presente, que yo seré tu príncipe, y siempre tu serás mi princesita.- finalizó acunandome en sus brazos.

- Te quiero bobo - dije correspondiéndole el abrazo

-Yo también, mucho - me dijo abrazándome aún más fuerte.

Foto de Ezequiel en Multimedia.♥ Dejen sus votos y comentarios acerca de la novela :) Un beso.

Guerrera De Cristo. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora