Capítulo 29: Llamadas, madres y yernos.

4.5K 235 55
                                    

Narra Luciana:

La luz del sol se filtraba por la ventana, golpeando directamente contra mi rostro. Poco a poco, fui abriendo mis ojos con cierta pereza. De repente, todos los recuerdos de la noche anterior vinieron a mi mente, haciendo que sonriera como una tonta enamorada mientras me refregaba mis ojos con mis manos en forma de puño.

Como imaginaba, Edu ya no estaba a mi lado. Pero... ¿Cómo se habrá ido? ¿Por dónde había salido? Era confuso, pero lo ignoré por el momento.

Me levanté muy lentamente de mi cama y me encamine hacia el baño. Me alisté para un nuevo día.

Estaba saliendo del baño en dirección a la cocina, escaleras abajo, cuándo cambie mi rumbo hacia mi habitación. Busqué por todas partes, hasta que lo encontré en mi mesita de luz: mi celular. Ahora sí, con este en mi mano, descendí por las escaleras dispuesta a prepararme un delicioso desayuno.

Puse algo de música en mi móvil, subiendo el volumen al máximo. Haciendo pasos de bailes tontos, fui preparándome unas tostadas de queso con cappuccino. Estaba feliz esta mañana, y no creo que nada lo cambiase. Me senté algo agotada en la mesa del comedor, comenzando a saborear mi desayuno.

Una melodía repentina hizo que me sobresaltara debido a la sorpresa. No era el típico sonido de un mensaje. Al darme cuenta de que se trataba, abrí mis ojos lo más que pude y salí corriendo en busca de mi celular, chocando con todo lo que se me interponía. Al alcanzarlo, vi en la pantalla "Llamada Entrante...". Solo me hizo falta leer eso para contestar instantáneamente, sin siquiera mirar quién llamaba.

— ¿Hola?

— Hola mi princesa— esa dulce voz lleno mis oídos.

— Hola Edu— sonreí como tonta, agradeciendo que él no pudiese verme.

— ¿Cómo has despertado?

— Muy bien, en realidad, demasiado—  reí — ¿y tú? ¿Cómo has salido de mi casa dejando todo cerrado? — cuestioné mientras le daba otro sorbo a mi cappuccino.

— Salí por tu ventana—  soltó entre risas—  y si preguntas, sí, tengo tobillos todavía—  esta vez nuestras risas se mezclaron.

— Era exactamente lo que estaba pensando— aún no podía parar de reír— por cierto, gracias por lo de ayer—  hasta yo me sorprendí de lo dulce que se escuchó mi voz en ese momento.

— No es nada, linda—  me sonroje bruscamente ante su comentario, agradeciendo nuevamente que no me viera — ¿pudiste dormir bien?

—Si, luego de ese rato que estuvimos orando si, incluso mi miedo se fue esfumando— recosté mi cabeza en mi mano derecha, mientras que con la izquierda mantenía el celular pegado a mi oreja.

—Me alegro, claramente necesitabas fortalecer un poco más tu fe nada más, y recuerda, cada vez que te sientas sola o con miedo, háblale, que Él te está esperando— hasta pude ver a través de la línea como me guiñaba el ojo.

— Si eso supongo yo también, quédate tranquilo que de ahora en más lo tendré en cuenta.

— Josué 1:9

— ¿Cómo?— pregunté confusa.

— Léelo, Josué 1:9, vamos, búscalo yo te espero.

Sin preguntarle más nada, me levanté de la mesa en dirección a la sala. Al encontrarla, tome mi Biblia entre mis manos y busqué el versículo que Edu me había dicho.

"Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas."

Guerrera De Cristo. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora