Nos dirigíamos hacia mi casa con Edu. Ya eran las 10 de la noche y debía pasar tiempo con mi mamá y con Eze para lograr explicarles lo sucedido, y de paso hacerles una pregunta muy importante que determinaría el final y el comienzo de una nueva historia.
— ¿Se lo preguntarás amor? —dijo Edu rompiendo el silencio que se había generado mientras daba un suave apretón en nuestras manos entrelazadas.
— Si, lo haré, en una de esas, logro conseguirlo — dije mirándolo a los ojos esperando alguna motivación de su parte.
— Lo lograrás — aseguró mirando al cielo — créeme que lo lograrás — repitió esta vez mirándome directamente a los ojos.
— Gracias — fue la única palabra que pude articular debido a los nervios que me provocaba el tema.
— Quédate tranquila Lu — rió al ver como jugaba con mi cabello nerviosamente. — Todo va a salir bien, no estás sola — sonrió apuntando con su mano libre al cielo.
Eso ya me daba más tranquilidad, saber que él estaba involucrado en cada paso que diese me daba paz. Una paz que ninguna cosa de este mundo me podía otorgar, solo Él.
Pero al pensar en Dios, también recordaba que ni la semana pasada ni esta semana logré que mi familia asistiera a la iglesia por las circunstancias que se presentaron. Me dolía pensar que quizás, ellos ya hayan perdido el interés o simplemente se hayan cansado de esperar.
— ¿Pasa algo Lu? — preguntó al ver que la sonrisa que su comentario me había generado se fue borrando con lentitud.
— Nada —mentí fingiendo una sonrisa muy diferente a la anterior.
— Vamos, te conozco hace más de dos años, a mí no me convence esa sonrisa falsa — dijo golpeando mi nariz tiernamente con su dedo.
Solo solté un largo suspiro tratando de buscar las palabras correctas, y las que no dolieran tanto.
— Solo, me duele un poco que mi familia aún no haya podido asistir a un culto todavia — dije mirando como mis pies se desplazaban por la vereda.
— Hey hey hey — dijo deteniendo el paso y levantando suavemente mi mentón — no te desanimes mi princesa sab...—
— No me digas así — pedí frunciendo mi ceño. No me gustaba ese tonto apodo. Las princesas son chicas que tienen todo lo que desean y que su vida era simple comodidad, y yo no quería ser eso. Yo quería luchar por cada cosa que deseara en mi vida, ya que el valor de aquello aumentaría ante mis ojos luego de batallar por él.
— Bueno — aceptó Edu soltando un suspiro — mi guerrera —sonreí al escuchar esa palabra provenir de sus labios.
— Mucho mejor — sonreí aún más.
— Como decía — dijo retomando lo que iba a decir antes de que lo interrumpiese — No te desanimes, tú más que nadie sabe que cuando algo realmente bueno está por suceder, el enemigo querrá evitar que lo logres, pero no le des el gusto. Esfuérzate y sé valiente y verás como todo tendrá el final que esperas. — Hizo una pequeña pausa para entrelazar ambas manos con las mías, colocándose de frente hacía mi — Imagínate, tú, Luciana, una chica usada por Dios está a punto de lograr que toda su familia logré ser un instrumento mucho más poderoso para el Padre, el enemigo debe estar desesperado. Corriendo de aquí hacia allá buscando una forma de detener a esa pequeña niña que logra alterar sus planes — rio divertido — Lo que quiero decir es que no te rindas, por algo eres mi guerrera ¿no?
Solo sonreí asintiendo. Edu era uno de los mejores consejeros que pudieses hallar. Cada vez que alguien tiene un problema el da consejos y ánimos a aquella persona de una manera que solo un elegido por Dios lograba hacer. Buscaba las palabras exactas y los ejemplos exactos para hacerte sentir capaz de sobrepasar ese obstáculo que te retiene. Era un don, un don el cuál Edu sabía utilizar muy bien para el bien de los demás.
— Gracias, no sabes cuánto amo que cada vez que te necesite digas lo necesario para hacerme sentir mejor — me lancé hacia sus brazos y nos reconfortamos en un abrazo que necesitaba tanto él como yo.
— Siempre lo haré, y siempre estaré para cuando me necesites — dijo acariciando lentamente mi cabello.
— ¿No crees que siempre es mucho tiempo?
— Es la única medida de tiempo que describe cuanto quiero estar junto a ti, Luciana.
*¨*¨*¨
Ya nos encontrábamos con Edu despidiéndonos en el patio delantero de mi casa.
Al ver como él se alejaba, solté un suspiro, di media vuelta y me paré frente la puerta de entrada, sintiendo como los nervios recorrian cada centimetro dentro mio. Solo con pensar que tendría que explicarles lo que había ocurrido el día de hoy y además, debía hacerles esa pregunta tan importante. Recosté mi cabeza contra la puerta, cerrando mis ojos, tratando de adquirir el valor suficiente para hacer lo que debía hacer. Respiré hondo, me alejé de la puerta y di dos golpecitos para luego esperar a que me abran.
— Pase — escuché la voz de Eze gritar desde algún sector de la casa. Reí al notar como prefería que entre cualquiera antes de dejar de hacer lo que sea que esté haciendo.
Abrí la puerta y me adentré en mi hogar. Al ingresar, escuché voces en la sala, así que decidí encaminarme hacía allá.
— ¿No crees que si dices eso cualquiera podría entrar a la cas... — no logre terminar mi pregunta al ver lo que mi familia hacía. En ese momento supe que si yo confiaba en Dios, todo era posible, incluso lo que creías más ilógico. Con fe, todo, absolutamente todo, es posible y esa escena que pensé que mis ojos nunca presenciarían era la prueba más evidente.
Ho-hooola!! ¿Como estan?
Bueno espero que muy bien^-^
Capítulo nuevo! Espero que les guste!
Cada vez falta menos para el final!
SOLO 5 CAPÍTULOS + EPÍLOGO.
Gracias a todos los que leen, votan y comentan!
Son grandiosos!
All The Love. Xx
Un beso❤
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Guerrera De Cristo. [TERMINADA]
Teen FictionEsta es la historia de Luciana, una joven que decide encaminarse en el camino de Cristo. Un camino lleno de piedras que querrán hacerla tropezar. Un camino difícil y lleno de obstáculos, por el simple hecho de ser el camino correcto y que para segu...