El entrenamiento estuvo fantástico. El básquet se estaba convirtiendo en algo muy especial e importante para mí. Era hermoso el sentimiento que me abarcaba al ver que cada técnica que me proponía realizar, me estaba saliendo bien. Esto servía como una distracción de mi realidad, por lo menos durante una hora.
Al sonar el silbato que informaba que la clase había finalizado, busqué mi mochila y mi botella de agua y me dispuse a ir a casa.
Estaba ya afuera del gimnasio, cuando repentinamente siento que alguien me agarra de la mano, colocándose al lado mío.
— Hola — me dijo Edu con nuestras manos aún agarradas — no pensabas en escaparte de mí ¿o sí? — dijo haciendo un pucherito con sus labios.
Reí al ver su rostro. Era una rara mezcla entre ternura y locura que solo Edu lograba que se viera bien.
— Claro que no — dije aún entre risas — solo que no sabía que vivieras por acá, de este lado de la ciudad— dije un tanto nerviosa, viendo de reojo nuestras manos.
— Muy bien, ahora lo sabes— dijo sonriente— ¿te molesta?— preguntó mientras apuntaba con sus ojos a nuestro "amistoso" agarre.
"¿Me molesta? Oh, claro que no me molesta."
—No, claro que no, solo me tomo por sorpresa— admiti con la cabeza agachada, sintiendo como mis mejillas comenzaban a ruborizarse.
- Pues a mí me encanta- dijo antes de besar tiernamente mi mejilla.
Decir que sentí las típicas "mariposas" era poco, muy poco. Quedaría mejor expresado decir que sentí una manada de elefantes salvajes recorrer todos los rincones de mi estómago. Si, así se entiende mejor.
Después de ese tierno momento, solo me quede callada, sintiendo que de mis mejillas pronto saldría vapor debido al calor de estas. Una sonrisa de tonta enamorada se instaló en mi rostro sin darme cuenta.
- Bueno, ¿en dónde vives? - dijo meciendo nuestras manos como niños pequeños.
- A unas 5 cuadras de acá, en el barrio Natch- dije mientras que con mi mano desocupada, apuntaba las calles que debía caminar.
- Entonces te acompaño- más que una pregunta, eso era una afirmación.
- Okey - contesté tiernamente como una niña de 5 años- y ¿qué días y a qué hora puedo ir a tu iglesia?- pregunté curiosa.
La verdad el tema de asistir a una iglesia me fascinaba. Y aún más debido a que habían jóvenes como nosotros.
- Te recomiendo ir los sábados a la 9 de la noche, ahí voy yo y es una reunión exclusivamente para jóvenes... ¿Podés? - me preguntó
- Claro que sí, el único problema es que no tengo idea de dónde queda- dije soltando una leve risita.
- Tranquila, me muestras donde es tu casa, te paso a buscar y nos vamos juntos ¿sí? - me propuso.
- Gracias- conteste sonriente.
Ya faltaba menos de una cuadra para llegar a mi casa, cuando de repente sentí que Edu se paró en seco.
- ¿Qué ocurre? - pregunté preocupada.
- ¿Tienes 5 minutos? Debo... hablarte de algo - dijo serio, apuntando a un banco que se encontraba en la vereda.
- ¡Obvio! ¿Pero de qué quieres hablar? - dije al mismo tiempo en que ambos tomábamos asiento.
- Muéstrame tus... heridas- me dijo en voz baja.
Solté un suspiro. Comencé lentamente a quitar las vendas, generándome el menor dolor que sea posible. Edu solo me miraba expectante y ansioso.
Por fin había terminado, hay estaban, todos y cada uno de los cortes que me había hecho solo un par de horas atrás.
Los ojos de él se abrieron, pensé que en cualquier momento saldría corriendo del espanto, pero no lo hizo, en cambio, su expresión se tornó apenada con una leve sonrisa en su rostro.
- ¿Puedo? - preguntó mientras uno de sus dedos se acercaba sigilosamente hacia mi brazo.
Asentí con mi cabeza, aún sin comprender. No entendía como aún no gritaba, se espantaba o se asqueaba.
Sentí como lenta y cuidadosamente, acariciaba cada uno de mis cortes. Su contacto me ardía, pero traté de no quejarme. A medida que fue acariciando mis heridas, pude notar que fue cerrando sus ojos.
- Dame tu mano- me pidió con los ojos aún cerrados.
- ¿Cómo? - pregunté confundida.
- Tu mano- dijo sin rodeos.
Se la tendí aún sin entender. Vi como agachaba su cabeza y movía ligeramente sus labios. Con una mano acariciaba mis cortes, y con la otra sostenía mi mano con fuerza. Sus caricias comenzaron a arder más y más, hasta el punto de llegar a ser insoportables. El dolor era mucho, y comenzó a incrementar al mismo tiempo en que las palabras silenciadas de Edu tomaban más fuerza. Lágrimas de dolor recorrieron mi rostro, mientras Edu seguía, sus palabras tomaron más y más poder. En un punto, Edu dejo de acariciar mis heridas para agarrar mi brazo en su totalidad. Casi al instante el dolor se fue extinguiendo y el ardor disminuyó considerablemente. Sus labios volvieron a sus movimientos ligeros, antes de inmovilizarse completamente. Su agarre desapareció para dar comienzo nuevamente a las suaves caricias. Pude notar como su cabeza fue levantándose y sus ojos comenzaron a abrirse.
Él solo me otorgó una sonrisa alentadora, mientras que, con un rápido movimiento de ojos, me invitaba a ver mis cortes.
No pude creer lo que veía. La sangre acumulada prácticamente había desaparecido y mis moretones se habían achicado. Los cortes seguían ahí pero no era una imagen tan espantosa de ver como antes. Además, no sentía más dolor de ningún tipo. Estaba completamente asombrada.
- Esta es una muy pequeña demostración de que Dios te ama y quiere verte bien- dijo guiñándome un ojo.
- ¿Cómo? Esto no puede ser. Es... - fui interrumpida.
- ¿Imposible?- terminó la frase por mí, con una sonrisa que me decía todo. Nada era imposible.
Edu se paró y me tendió la mano para que lo acompañara. Y así lo hice.
Seguimos caminando hasta llegar a mi casa, acordamos el horario en el que Edu vendría el sábado y nos despedimos.
Al ver como él se iba, me adentre en mi casa cerrando la puerta atrás de mí. Me encaminé directamente a mi habitación y me tumbé en la cama.
Solo cerré mis ojos, sonreí y dije:
- Gracias - y diciéndole esto al único que siempre estuvo conmigo pero yo nunca me había dado cuenta de su compañía, me sumergí en un profundo sueño.
Foto de Edu en Multimedia.
Holii❤ Gracias por todos sus votos y comentarios hasta ahora, son grandiosos ^-^
Espero que este capítulo les haya gustado!
Van a ir apareciendo más personajes con el transcurrir del tiempo. A algunos los amaran y a otros no ja. Esten atentos:3
Bueno, estoy pensando en subir capítulos diariamente, pero depende de ustedes! Diganme si quieren que lo haga o no jaja
Un beso!
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Guerrera De Cristo. [TERMINADA]
Fiksi RemajaEsta es la historia de Luciana, una joven que decide encaminarse en el camino de Cristo. Un camino lleno de piedras que querrán hacerla tropezar. Un camino difícil y lleno de obstáculos, por el simple hecho de ser el camino correcto y que para segu...