En un rápido movimiento, el padrastro de Edu se había acercado a nosotros para atacar a su hijastro. En ese momento, Edu cayó al suelo, mientras el sujeto intentaba ahorcarlo con sus manos ignorando las lágrimas de dolor que recorrían las mejillas de mi novio.
— ¡EDU! — grité desesperada intentando acercarme, pero luego el señor fijó su mirada en la mía y noté como me amenazaba con ella. Sus ojos eran completamente negros, y su piel era pálida. No podía moverme de donde estaba, había quedado completamente paralizada al sentir la profundidad que transmitían aquellos ojos negros.
Pude ver a mi lado como David corría para socorrer a Edu mientras yo caía de rodillas al suelo. Agaché mi cabeza y comencé a suplicar por nuevas fuerzas y por el bienestar de Edu. Solo escuchaba gritos de parte del señor y algunas palabras provenientes de David, pero le restaba importancia ya que estaba sumergida en mis plegarias.
Debía hacerlo rápido, ya que tenía presente que los chicos me necesitaban. Al finalizar, alcé mi vista y pude ver como Edu sostenía a su padre en el suelo mientras David ejercía la liberación en un callejón cercano.
Pero había algo que aún me incomodaba, esos gritos. Parecían los de una niña pequeña. Hasta que por fin entendí de quien era, Darcy. Me levanté de donde estaba y me encamine guiándome por la voz de la hermanita de Edu.
Llegué frente a una casa, que deduje era de la abuela de mi novio, donde los gritos se escuchaban más altos.
Golpee la puerta repetidas veces, hasta que una señora mayor la comenzó a abrir lentamente.
— ¿Quién eres? — preguntó claramente aterrada por todo lo sucedido.
— Mi nombre es Luciana y soy...— intenté presentarme pero alguien me interrumpió.
— ¡LU! Entra por favor — era la de mi suegra. Con la madre de Edu nos habíamos visto unas cuantas veces en la iglesia, pero nunca había podido conocer a Darcy más allá de lo que Edu y ella me contaban.
Obedecí a la orden que me dio, y sin darme ninguna explicación comenzó a jalonearme escaleras arriba.
— Tu eres la única que puede ayudarme Lu.
— Pero ¿qué necesita señora? — debido a que aún no tenía mucha confianza hacia ella, debía tratarla de usted, por respeto.
— Es Darcy — dijo ella mirándome como si fuera yo su última esperanza — esta aterrada y tú eres unas de las pocas personas que conozco con un don especial hacia los niños Luciana.
— No lo sé, solo amo los niños, pero no significa que tenga un don especial hacia ellos señora — dije siendo lo más sincera. Participaba en la escuela dominical y yo era una de las encargadas del culto de los más pequeños, pero nunca pensé tener un don en eso, solo me agradaba tratar con los más pequeños.
— Quizás tú no veas lo valioso que es eso que tienes allí adentro, pero yo sí, y sé que eres la única persona que logrará ayudarla.
— Okay — dije tratando de creer las palabras que me había dicho.
Llegamos al frente de un cuarto en donde los gritos se escuchaban tan altos al punto de no poder soportar escucharlos por mucho tiempo sin taparte los oídos. Ella me invitó a que entrara. Asentí y, lentamente, comencé a abrir la puerta de la habitación. Al ingresar, lo primero que divisé fue a una pequeña niña de cabellos rubios gritando. Me acerqué y la acuné en mis brazos. Ella se desesperó y quizo escapar pero al ver mi rostro, sus gritos cesaron y sus ojos comenzaron a verme llenos de curiosidad.
— ¿Quién edes? — me causó extrema ternura ver como aún le costaba modular algunas palabras.
— Mi nombre es Luciana, y ¿el tuyo? — obviamente sabía su nombre pero quería establecer una conversación con ella, así lograba distraerse del tema de su padre.
— Darcy — dijo con cierta dificultad en la letra R.
— Lindo nombre Dar — dije acariciando su cabeza.
— ¿Mi papá va a pegadme como a Edu?— me pregunto con sus ojitos azules brillando por las lágrimas acumuladas en ellos. Su comentario me había dolido en lo más profundo de mí. ¿Qué habrá sentido una niña de 3 años al ver que su padre golpea a su hermano hasta el punto de casi matarlo? ¿Qué habrá sentido cuando su padre estuvo a punto de golpearla con una vara de metal? ¿Qué habrá sentido al ver como su padre intentaba entrar a la casa de su abuela a la fuerza? Pero lo más conmovedor ¿Qué habrá sentido ella al ver esos mismo ojos negros que me paralizaron a mí, teniendo solo 3 años y tratándose de su padre?
— No mi amor — dije intentando que mi voz no se cortara debido a las lágrimas de compasión que querían escapar de mis ojos — Yo estoy aquí cuidándote, y Dios también — la consolé colocando uno de sus rubios mechones tras de su oreja.
— ¿Papá me está cuidando? — dijo sorprendida. Al parecer ella le decía Papá a Dios, al igual que Edu.
— Si siempre, si tú le hablas Él te estará cuidando.
— Él es genial — me dijo con una pequeña risita. Era simplemente preciosa.
La pequeña Darcy en Multimedia❤
Buenas buenas buenas:3 Capítulo corto, lo sé, pero no habían más detalles que agregar al respecto ya que simplemente no lo supe escribir bien y no me gustaba como quedaba.
Espero que les haya gustado este capítulo!!!
Y NO ME MATEN! YO LOS AMO❤
Falta cada vez menos para terminar y me pongo sentimental:') Gracias por todo ! Por leer, por votar, por comentar, POR TODO❤
SON GENIALES MIS GUERREROS❤
Nos vemos hasta el otro capítulo!
All The Love.Xx
Un beso❤
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Guerrera De Cristo. [TERMINADA]
Teen FictionEsta es la historia de Luciana, una joven que decide encaminarse en el camino de Cristo. Un camino lleno de piedras que querrán hacerla tropezar. Un camino difícil y lleno de obstáculos, por el simple hecho de ser el camino correcto y que para segu...