Me desperté al sentir que alguien me susurraba en el oído.
— Lu ¿estas despierta? — preguntó mi mamá mientras se sentaba al lado mío.
— Sí, creo — respondí algo adormecida, fregándome los ojos y sentándome en la cama — ¿Sabes algo de Ezequiel?
— Eso venía a decirte — me miró con una sonrisa en el rostro — lo lograron, lo salvaron — celebró con lágrimas de emoción recorriendo sus mejillas.
Yo me limité a no decir nada y abrazar fuertemente a mi mama. Cuando nos separamos, mi amplia sonrisa se fue difuminando con el recuerdo de lo que me había enterado ayer.
— ¿Qué pasa Lu? — cuestionó mi madre algo preocupada.
— Ayer estuve en la habitación de Eze cuando te fuiste —dije en voz baja.
— Y ¿que con eso? — ella seguía sin entender.
— Encontré unos papeles — dije fríamente mirándola a los ojos
— ¿Qué papeles? — preguntó con nerviosismo en su voz.
— Del hospital... ¿cuándo pensaban contármelo? — seguí con esa misma mirada fría y acusadora.
— Tu no debías haber visto esos papeles — dijo levantándose nerviosamente, dándome la espalda y cruzándose de brazos
— ¡¿Por qué no?! ¡Tengo derecho a saber que mi hermano está enfermo! — exclamé levantándome de la cama, algo molesta.
— ¡Por qué no! ¡Por qué esos papeles están mal! Los resultados están mal — ella solo logró mirarme a los ojos. Pude ver como de a poco las lágrimas iban acumulándose en ellos.
— ¿No quieres aceptarlo verdad? — despacio fui acercándome a ella, tratando de abrazarla.
— No hay nada que aceptar —dijo evitando mi agarre — Él no está enfermo, no tiene nada, solo fueron unos simples golpes, nada más.
— Mamá, sé que es duro, pero nuestro Eze está enfermo, y lo que hizo tiene que ver con esto. — realicé un nuevo intento de abrazarla.
— ¡No me trates como si estuviera loca Luciana! — me gritó alejándose de mí.
— No te trato como loca ma, pero acéptalo, Ezequiel está enfermo, y nos necesita — dije abrazándola forzosamente.
— No, no, no. No es verdad — dijo entre sollozos abrazándome fuertemente.
— Tranquila mamá, todo estará bien— traté de animarla. Me dolía tanto verla llorar.
— Bueno, ya listo — dijo apartándose de mí, mientras intentaba secarse las lágrimas — tienes que ir a la escuela, vamos ve a desayunar— me dio unas leves palmadas en la espalda.
— Ya voy, ya voy — respondí desganada.
Fui abajo, desayuné y luego me preparé para asistir a la escuela. Me puse mi uniforme y luego me tomé el tiempo de peinar mi cabello cuidadosamente, dejándolo suelto con la vincha verde de siempre.
Me fije la hora en mi celular. Eran las 6:45 de la mañana. Agarre mi mochila y salí de mi habitación con mis auriculares en la mano. Pasé al lado de la habitación de Ezequiel y me quedé petrificada. Le di una última mirada a su habitación y baje las escaleras, tratando de que las lágrimas no salieran. Debía ser fuerte, por mi mamá, ella no debía saber que esto me afectaba tanto, y menos faltando 10 días para mi cumpleaños.
— Adiós mamá— me despedí antes de salir por la puerta. Al estar afuera me puse mis auriculares y decidí escuchar canciones alegres para ver si me levantaban el ánimo pero parecía que nada servía.
Al llegar a la escuela, entre directamente en el aula con los auriculares puestos todavía. Saqué mi cuaderno de apuntes y comencé a hacer garabatos en este. Hasta que sentí que alguien me tiraba de un tirón mi auricular
— Holi ¡te extrañe! — me saludó mi amiga pelirroja con una sonrisa plasmada en el rostro.
— Hola Meli — respondí tratando de sonar lo más animada posible.
— ¿Qué te pasa Lu? —Me dijo con una mirada de preocupación. Me conocía tan bien esta chica. No por nada era mi mejor amiga desde hace tantos años.
— No nada, solo estoy algo cansada— dije colocando todo el peso de mi cabeza en mi mano derecha, apoyada en la mesa.
— ¿Segura?— se notaba algo incrédula.
— Si obvio — mentí con una sonrisa falsa en el rostro.
— Bueno, te creo. ¿y qué tal el chico nuevo? ¿Es mejor compañero que yo? — bromeó con su típica e imborrable sonrisa.
— Ah si, Ema, no creas, nadie te supera— le dije siguiéndole el juego.
— Ja ja ja, y yo no puedo quejarme— me dijo colocando una mirada de tonta enamorada.
— Creo que te pusieran con Lucas fue bueno para ti ¿no?— Quise intentar hacer una broma para que no pensara que estaba mal.
— Debo admitir que me encanto —ella bromeó.— Bueno, enseguida viene el profe, nos vemos, te quiero.— se despidió dándome un beso en la mejilla y yéndose.
Cuando mi amiga se fue con su novio, me dispuse a colocarme nuevamente los auriculares y seguir garabateando mi cuaderno.
En eso, entró Ema en el curso y vino directamente a sentarse a mi lado, restándole importancia al saludo desesperado de mis compañeras.
— Hola linda— me dijo saludándome
— Hola Ema— le dije con una sonrisa en el rostro.
En eso tocó el timbre y el curso comenzó a llenarse de a poco. La jornada pasó normalmente, o en realidad, yo no le daba mucha importancia a todo lo que pasara. Solo pensaba en Eze y en que no quería que nada le pasase.
Melanie en Multimedia.
Capítulo un poco corto, pero si quieren le subo el siguiente apenas me lo pidan... El próximo es un tanto personal así que espero que les guste♥
Un beso♥
ESTÁS LEYENDO
Guerrera De Cristo. [TERMINADA]
Teen FictionEsta es la historia de Luciana, una joven que decide encaminarse en el camino de Cristo. Un camino lleno de piedras que querrán hacerla tropezar. Un camino difícil y lleno de obstáculos, por el simple hecho de ser el camino correcto y que para segu...