Capítulo 49: Ángeles con las alas rotas.

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— Así que... ¿Ema tiene novia? — pregunto Eze mientras comíamos nuestro almuerzo, con nuestra madre presente.

— Si, y es de la Iglesia — dije sin darle mucha importancia, era una simple pregunta en la conversación.

— Buenísimo — dijo Eze con la boca abierta mientras masticaba un pedazo de carne. Hombres.

Luego de eso, al ser el que más rápido comía era siempre el primero en terminar. Se levantó de la mesa en dirección a su habitación, dejándonos a mamá y a mí solas terminando nuestros almuerzos.

— Hija — me llamó mi madre — ¿Ya les mandaste un mensaje a los chicos para hablar del tema de la adopción?

Abrí mis ojos como platos y me atraganté con el jugo que estaba tomando. Después de toser unos cuantos segundos, le respondí a mi mamá.

— Lo olvide ma, pero apenas terminamos el almuerzo les pregunto.— ella solo me otorgo una mirada un tanto seria por haberme olvidado y luego asintió con su cabeza.

*¨*¨*¨*¨*

Ya había enviado el mensaje, y quedaban aproximadamente 10 minutos para que mis hermanastros llegasen a mi casa.

Me senté en mi sofá, mientras jugaba con mis dedos un tanto nerviosa. Trataba de calmarme pero no lo lograba de ninguna manera, así que decidí hablarle un poco a mi Padre Celestial, solo para pedirle uno que otro consejo, y lograr calmarme en la paz que solo él me puede otorgar.

Estaba finalizando mi charla con Él, cuando oí como golpeaban la puerta de entrada.

Sonreí y me dirigí hacia ella para abrirla, y luego de hacerlo, ver tras de ella a ese par de chicos rubios que esperaba que formasen parte de mi familia dentro de muy poco.

— Hola — saludé un poco tímida.

— Hola Lu — dijeron ambos al unísono, antes de fundirnos en un tierno abrazo fraternal.

— Pasen — invité después de separarnos.

Luego de que ellos entraran, nos sentamos en el sofá de la sala y hablamos de cosas sin sentido un tiempo, al fin y al cabo seguíamos siendo adolescentes. Me contaron de cómo fueron los momentos luego de la liberación de Samantha, y de lo feliz que se había vuelto su vida luego de eso, bueno, más bien solo una parte de sus vidas.

— Chicos— los llamé, tomándome el tiempo suficiente para pensar en la pregunta que les iba a hacer — ¿Cómo se sienten viviendo, ya saben, solos?— pude ver como sus expresiones cambiaron instantáneamente, y de repente ambos agacharon sus miradas y se tomaron de las manos. Solo con apreciar aquella escena, pude ver cuán difícil era esa situación para ellos.

— Es — inició Thiago, tomándose su tiempo para hablar.— Es difícil. Crecer prácticamente solos. A mí me hubiese gustado crecer o estar en una familia que por lo menos me quisiera, pero así se dan las cosas, y uno debe aceptarlo — una fina capa cristalina se vio en sus ojos, pero ninguna lágrima se derramó, de seguro porque intentaba ser fuerte ante la situación.

— ¿Y porque nunca pidieron ser adoptados? — sabía el por qué, o por lo menos lo imaginaba, pero quería escucharlo venir de sus labios.

— Creo que lo sabes Luciana — esta vez habló Sam — estábamos mal, ambos. Éramos rebeldes y ninguna familia quería adoptarnos. Nuestra tutora es la dueña del orfanato adonde fuimos, y la casa donde vivimos nos la regalaron por caridad una gente de mucho dinero — su mirada se clavó en el techo, también evitando que las lágrimas corriesen por su rostro.

— Pero... ¿Les gustaría ser adoptados ahora?— los mire a ambos mientras decía la pregunta. Al instante ambos me miraron a los ojos con una mueca de impresión.

— ¿Qué quieres decir Luciana?— pregunto Thiago.

— Mira, ustedes son mis hermanos — vi cómo una lágrima se deslizaba por el rostro de Samantha, y continué — y aunque hemos tenido nuestras diferencias, los quiero. Y me gustaría intentar — esta vez fue en la mejilla de Thiago donde una lágrima se deslizo rápidamente — Me gustaría saber si les gustaría que mi madre los adoptase.

Ambos abrieron sus ojos de sobremanera y no emitieron palabra alguna. De repente, Samantha se secó su rostro rápidamente, su rostro se puso serio de una manera drástica y me habló.

— Esa es tu opinión Luciana. Pero tu madre es la que debe adoptarnos, y siéndote sincera — pude ver como sus ojos se cristalizaban y su voz temblaba — ¿quién quisiera adoptarnos?

Iba a responder, hasta que sentí como en sofá se hundía al lado mío y un brazo se colocaba encima de mis hombros. Sonreí oliendo el perfume tan conocido para mis sentidos.

— Estuve escuchando toda la conversación, aguardando el momento exacto para intervenir. — explicó mi madre mirándolos a ambos — Desde su saludo hasta la tontería que dijiste mi reina — esta vez, su mirada fue dirigida únicamente hacia Samantha, mientras sostenía su mano. Ellos estaban sentados frente a nosotros, así que era fácil hacerlo.

— Y-yo lo si-sient —intento hablar la rubia, pero mi madre se lo impidió.

— No lo sientas, estás rota mi vida, pero yo quiero repararte... a ambos — miró a Thiago, el cual seguía derramando lágrimas silenciosas. —He visto cómo jugaban y hablaban de cosas sin sentido, viendo su típico comportamiento adolescente. Vi la felicidad en sus rostros al contar como se sienten luego de que sus heridas hubiesen comenzado a ser curadas con esa liberación. Pero también vi el dolor de sus rostros al contar por la soledad que debieron y deben experimentar. Ustedes son mi familia, y no permitiré que alguien de mi familia pasé por esto, nunca más, y menos dos pequeños angelitos con las alas rotas como ustedes. Me encantaría ser esa madre que les hizo falta antes, pero es su decisión ¿quieren que los adopte?

Ambos apretaron sus labios, sin dejar de llorar y asintieron efusivamente. Thiago fue el primero en pararse y darle un gran abrazo a mi madre.

— Gracias... solo, yo solo — balbuceó inicialmente — Gracias.

— ¡Oh Dios! — exclamó Samantha cuando por fin Thiago había soltado a mi madre, y fue su turno de abrazarla — Usted tiene merecido el cielo señora Araya — mi madre solo le acariciaba el cabello, consolándola y sintiéndose llena al hacer el bien hacia esos dos jóvenes.

— Seremos buenos, nos portaremos bien, haremos las cosas de la casa, cocinaremos, limpiaremos, hare...— inició Thiago, sin respirar en ningún momento y largando todo de una vez, para ser interrumpido por mi madre.

— ¡Nada de eso! — dijo abrazando a Sam, mientras ella cerraba sus ojos, tratando de guardar ese momento en su memoria — Ustedes serán mis hijos, no mis sirvientes. Comerán lo que yo cocine, serán vagos, jugaran con sus móviles, dormirán mucho y traerán amigos a casa ¿Entendido?

Todos reímos ante el comentario de mi mamá hasta que...

— ¿Qué ocurre acá?

Thiago y Samantha en Multimedia❤
Buenasss! Como estaan?

Estamos ya en el final, y no puedo estar más agradecida por todo el apoyo que me otorgan día a día!

Cuando inicie esta novela nunca pensé que a la gentw le gustase, ni siquiera pensaba subirla a Wattpad.

Pero luego de todo esto, sé que todo tiene un propósito!

Miren, ahora solo falta un capítulo + epílogo para que esto finalice, y lo único que puedo decir es GRACIAS❤

Gracias por leer! Es muy importante para mi!

Gracias por sus votos y por tomarse el tiempo de comentar!

Son realmente genialeees!

Dios los bendiga muchisimo! Y tengan fe! Ante cualquier cosa, por más dificil o inimaginable que fuere!

All The Love. Xx
Un beso❤

Guerrera De Cristo. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora