8.- "Más duro"

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Sentí como la sangre se me fue a las mejillas, volteé a ver a Hasvik y su cara era de "WTF". Cuando volteo con Barca solo está sonriendo descaradamente. Se que Hasvik quería molestarlo demostrando que nos besamos pero resultó peor.

— ¿Que fregados? —dice Hasvik.

— Chat, creo que seguiremos el stream más tarde, problemas técnicos —dice Barca y apaga el stream sin dar más explicaciones, no quiero saber cómo quedó la gente y mucho menos saber si Juan vio esto, como si lo hubiera invocado me llegó un mensaje de el:

¿Que verga? ¿Que está pasando? T/N me debes muchas explicaciones.

Genial, ya genia tres problemas.

— ¿Puedo saber que está pasando aquí? —dice Hasvik

— Que besamos a la misma chica — dice volteando a verme Barca — solo que tú no lo sabías.

— ¿Y tú si? —pregunta Hasvik.

— No, pero aún así no se que necesidad tenías de hacer eso.

— ¿"Eso"? —dice Hasvik con duda y haciendo comillas.

— Si, ¿Que querías probar? — Diego voltea a verme y luego a Hasvik — Que se habían besado, pff que infantil amigo, esas cosas no se dicen y menos enfrente de tantas personas — Diego tenía razón.

—Oigan, yo voy al baño Dije y me levanté de mi silla.

Aún no proceso lo que Hasvik dijo, veo como el sale del cuarto pero se va de la casa. Diego tenía razón ¿Que quería probar? Solo quería exponerme, me lavo la cara con poca agua para pensar que voy a hacer. De repente escucho como tocan la puerta del baño.

— ¿T/N? — es Barca — ¿Estás bien?

Abro la puerta y lo miro — No, no se que voy a hacer con ustedes dos pero definitivamente me voy a mantener alejada —le dije y quise salir del baño para irme a casa de Juan.

— T/N — me agarra del brazo, yo solo volteo a ver su agarre y me suelta.

— ¿Que?

— ¿Porque no te alejaste cuando Hasvik te beso? — Espera, el sabía que nos habíamos besado por el juego, pero como sabía que Hasvik me besó primero y yo correspondi.

— ¿Cómo sabes eso? — le dije

— Los ví — ve un punto muerto en la pared.

— Barca yo... —sentía la necesidad de justificarme pero no sé porqué.

— No digas nada — me miró a los ojos — Después de todo tu y yo no somos nada — Auch, me dolió escuchar eso

—Al menos el si me dijo que me quería — lo miro desafiante, pero se que si lo sigo haciendo mis ojos se llenarán de lágrimas —  No como tú, que solo querías una noche — suelto la oración sin más, el se voltea y me da la espalda.

— JA — se nota su sarcasmo — ¿Cómo te va a querer? —El se voltea y me ve a los ojos — Dios, te conoce hace una semana o menos.

— Te encanta hacerme sentir mal ¿Verdad? —se que lo que dijo tiene razón pero solo quería hacerlo sentir mal, no lo logré.

— ¿Solo por decirte las cosas como son? Tu te engañas sola, por eso no te gusta que te diga la verdad.

— Y que más te da, tu no quieres nada conmigo, ya deja de comportarte como el novio celoso. No quieres nada conmigo pero no quieres que tenga nada con Hasvik, quien te entiende — Barca se hacerca más a mi y pone sus manos a mis costados dejándome encerrada.

—No ocupas entenderme — el se acerco a mi y me besó, sentía como el calor empezaba a esparcirse por mi cuerpo, lo quería alejar pero no encontré la fuerza para hacerlo. Yo tenía la espalda contra la pared y el cada vez se pegaba más a mi.

En un solo movimiento me cargo y yo envolví mis piernas en su cintura mientras el me sostenía de los muslos, sin bajarme me llevo a su cuarto, tras su espalda cerró la puerta con seguro y me dejó en la cama. No tardó tres segundos en quitarse la camiseta, tenía un torso tan definido que no podía aguantar más, el encima de mi se acerco a mi boca para besarme pero no lo hizo, al ver mi cara de descontento comenzó a besarme el cuello, cuando quiso bajar hacia mis pechos le estorbaba mi blusa y me la quite para abrirle camino.
Cuando ya no tenía blusa comenzó a besar lentamente mis pechos y después a dar pequeños mordiscos.

—Diego!! — se me escapaba su nombre junto a un pequeño gemido mientras arqueaba la espalda. El comenzó a bajar lentamente y cuando llegó a mi entrepierna se metió bajo mi falda, con las manos fue bajando mi ropa interior y la lanzo al lado de la cama. Con los labios rozaba la parte interior de mis muslos, el roce de sus labios en mi piel me hacía temblar. Cuando sentí su lengua en mi entrepierna el placer era inmenso, Dios, nunca había sentido eso, quería poner mis manos en su cabello pero mi falda lo cubría, estaba perdiendo la cordura. Cuando se levantó con su pulgar limpio la comisura de sus labios y se puso encima de mi de nuevo.

— Eres mía — Me dijo susurrando en mi oído y el sonido de su voz me hizo temblar, sabía el efecto que su voz tenía en mi.

— Soy tuya — dije, me llamo los labios porque los siento secos, parece que se da cuenta y se une a mis labios, un beso pasional dónde su lengua juega en mi boca pero no de una manera asquerosa, si no placentera.

Se separa de mi y se baja de la cama, rápidamente se quita sus pantalones y su boxer, veo como se coloca un condón.

— Volteate y ponte de rodillas — su voz es intimidante, me gusta que tenga el control, quiero que me haga suya. Obedezco y me pongo de rodillas sobre la cama mirando hacia la pared, el se acerca y me jala de la cintura, quedó en la orilla de la cama y siendo su amigo contra mi cuando me comienza a besar el cuello y con sus manos masajea mis pechos.

Me abraza con su brazo de la cintura y con la otra me empuja de la espalda haciéndome quedar el cuatro, el alza mi falda y trago grueso, quiero que me dé de una vez, el roza su amigo en mi entrada y cuando pienso que ya me va a penetrar me toma de las muñecas con su mano y las mantiene tras mi espalda. Coloca su mano libre en mi cadera y en una estocada todo su amigo está dentro, no puedo evitar el gemido que sale de mi boca, el comienza a moverse y esto me genera un placer impresionante.

— Diego — le digo entre gemidos

— ¿Ujum?

— Más duro por— aún no termino de decirlo y como sus movimientos se vuelven más fuertes causándome aún más placer — Diego... — estaba a punto de terminar, solo mordí mi labio para ahogar mis gemidos. El suelta mis manos y con las suyas hace presión entre mi cuerpo, yo me agarró de las sábanas y la ola de placer se esparce por todo mi cuerpo, el aprieta mis muslos y termina pero no sé mueve, puedo oír su respiración.

Con su mano me abraza y del abdomen haciendo que me levanté quedando mi espalda contra su pecho y me da un beso en el hombro.

— No puedo esperar a que solo estemos a una habitación de distancia — me da un beso en el cuello y yo me volteo, el me abraza y me hace sentir especial.

Nos acostamos en la cama aún desnudos, estamos bajo la sábana y el se acurruca en mi, se acuesta en mi pecho y pasa su brazo por mi cintura.
Estar así con el me da una sensación de paz que me hace quedarme dormida.

Viviendo con BarcagamerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora