¿Malentendido...?

22 7 0
                                    

3:

¿M A L E N T E N D I D O...?

E r i c k:

Es, en realidad, la primera vez que estoy en frente de un castigo divino. Y no me refiero precisamente al castigo por mi, sino a los padres de estas tres mujeres. Los hijos son un regalo divino…

Divino es cuando la prueba de embarazo sale negativa.

—El pantalón me queda estrecho —me defendí. —. Por eso da la sensación de que tengo una erección.

Llevo mis manos a mi entrepierna y la cubro.

—¡Santo Dios! Por favor profesor… no tenía que responder a eso —menciona apenada la chica de la falda hasta los tobillos. —. Discúlpela de nuevo, su cerebro no alcanzó a desarrollarse tanto como el de nosotras…

—¿Cuál es su nombre? —indaga la que, hasta ahora, ha sido la más extrovertida. —. El mío es Maite, pero puede llamarme a la madrugada —sonríe.

—¿Y si nos vamos? —después de mucho tiempo, habla Maia. —. Maite, Margot, estamos molestando al profesor…

Se da la vuelta y empieza a empujar a sus hermanas hasta la salida.

—Espera, espera. Aún no sé su nombre —se queja la del cabello corto, alzando su vista y haciendo contacto visual conmigo.

—¡Perdón por todo el acto bochornoso! —se vuelve a disculpar la mujer de falda larga.

Al alcanzar la salida, Maia se da la vuelta y antes de cerrar la puerta, observo su rostro avergonzado. Baja la mirada y cierra la puerta dejándome como ultima imagen, el rostro de las tres hermanas.

Tres hermanas…

¿Cuáles eran sus jodidos nombres?

Maia… ¿Manuela y Mariela…?

Me doy la vuelta y tomo asiento sobre mi escritorio percibiendo la fragancia de un perfume femenino. De repente, una risa se escabulle desde mi estómago hasta mi pecho, provocando que empiece a reír como un desquiciado. Quizás ya perdí  mi juicio, o tal vez estoy mas atónito de lo que creía. El hecho de que, fuera posible que me hubiese acostado con una de ellas es muy probable. Si tan solo pudiera recordar el día de ayer sería otra historia diferente…

Calmo mi risa y enfoco la vista sobre el piso.

—¿La mujer de ayer tenía el pelo corto…? —me pregunto en voz baja.

Y si quizás fue de esa manera, ya sabría con quien fue: La que me estaba viendo el pene. Parece la mas extrovertida y atrevida de todas.

¿Y si no fue ella…?

Sólo restaría Maia y la que parece hippie…

Aunque también cabe la posibilidad de que la del cabello corto se lo haya cortado recientemente… ¿Y si fue esta mañana…?

¡A la mierda con esta porquería!

¡¿Y qué si me robó la jodida billetera y el papel higiénico?!

Ahora mismo no estoy para jugar a ''encuentra a la loca''. Es mejor dejar las cosas de este modo. Solo necesito mi jodida tarjeta de identificación y nada más.

Llevo la mano a mi entrepierna y me acomodo el pene.

—Tienes que bajarte antes de que llegue la otra clase, Marco.

Si, le tengo un jodido nombre de persona a mi pene. ¿Y qué?, es más normal de lo que creen.

Tomo asiento en la silla y, queriendo pensar en otra cosa para que Marco baje su calentura, reviso mis redes sociales en la computadora. Aunque quizás fue una mala idea, la primera cosa que veo es una foto de Daniela con otro tipo.

Porque esta es mi primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora