25:
P R I M E R A M O R
E r i c k:
La visita de mi familia me tomó por sorpresa. Era de esperarse que ellos actuaran si yo no lo hacía. Conociendo la insistencia de Fernanda, no me hubiese sorprendido que hubiera traído a los compañeros que ya ni siquiera recuerdo de la universidad.
Pero todo esto me dejó un mal sabor de boca, y eso es que Maia fue testigo de los traumas que pretendía mantener ocultos. No fui capaz de verle la cara el día de ayer después del acto de mi madre, y me temo que hoy, eso no va a poder ser evitado. Aunque he estado evadiendo pedirle el dinero todo lo que va del día, ya me es imposible seguir haciéndolo si quiero contar con esa suma.
Como lo mencioné el día de ayer, hoy me encontraré con Fernanda. La contacté a través de las redes sociales por la madrugada. Si, por la madrugada. Ella no me respondió de inmediato, lo que es obvio. Su respuesta, en realidad, me llegó hace un par de horas, confirmando nuestra reunión con un: De acuerdo. Sin ninguna pregunta del por qué he estado evitándola, sin mencionar nada del reloj, solo aceptando mi proposición.
Si les hablo con sinceridad, me encuentro un poco nervioso por enfrentarla. Hubiera sido mejor darle la cara al principio, cuando fui por mis cosas al que era nuestro departamento. Aunque estuviera aterrado por aceptar que lo nuestro no iba más, esa hubiera sido una mejor opción.
Aunque la conozca, no sé cómo va a reaccionar con esto. Quizás me muestre la faceta de ella que pocas veces vi: la de la ira. Tal vez golpee mi cara o me eche su auto encima.
Lo que sería perfecto para acabar con este jodido sufrimiento de continuar viviendo así.
Siendo las 6:30 de la tarde, salgo de mi departamento vistiendo un suéter de mangas largas. De nada me servirá ir formal. Aseguro mi puerta con doble llave y me detengo en frente de la puerta de Maia.
¿Qué habrá pasado por su mente el día de ayer? Seguramente se habrá asustado, o en el peor de los casos, aquello la habrá ahuyentado por completo.
Es verdad que me gustaría iniciar algo con ella. Pero también es cierto que no podemos obligar a nadie a algo así. No si quisiera volver a terminar como lo hice con Daniela.
Tomo aire, despejando mi mente, y de tres golpes, hago sonar la puerta. Acomodo mis hombros y enfoco mi vista en la mirilla. Espero un par de segundos y ella no aparece ante mí. Acerco mi cuerpo a la mirilla y acto seguido, me doy cuenta de lo estúpido que soy.
Es obvio que no puedo ver hacia allá.
La puerta se abre, haciéndome perder el equilibrio. Tambaleo, casi tocando el suelo. Afirmo mis pies y logro mantenerme en una posición de reverencia. Alzo mi cabeza y observo a Maia con sus brazos cruzados al nivel de sus pechos.
—¿Qué hace? —investiga.
Compongo mi postura con un poco de pena, y la observo a los ojos. Los ojos que cada vez que veo, me recuerdan que vivo en este mundo de papel.
—Disculpa lo de ayer —menciono. —. Eso no tenía que pasar.
—¿Su madre ya está mejor? —su pregunta me sorprende.
—Si... Gracias por preguntar.
Desearía saber, aunque fuese un poco, lo que ella piensa en realidad sobre mí. Solo puedo aparentar ser decidido.
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Porque esta es mi primera vez
Romance¿Qué sigue después del primer amor? Erick estaba a punto de casarse hasta que descubrió la infidelidad de su prometida. Maia trabaja como modelo webcam y tiene la necesidad de perder la virginidad para demostrarse que el amor no importa. Ella es un...