Ya es hora

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Y A     E S     H O R A


ERICK:

Una tos incontrolable me ataca en medio de la primera clase, lo que provoca que apoye mi mano izquierda al pizarrón y golpee mi pecho con la mano derecha.

El baño al aire libre del sábado me está pasando factura, y una factura un poco predecible, ya que, ¿Qué se espera si la lluvia te baña y permaneces húmedo por un par de horas?

Me doy la vuelta, ya un poco más calmado y visualizo los rostros de mis estudiantes. La mayor parte de ellos expresa burla, otros desconcierto, y solo un par, preocupación.

—¿Se encuentra bien? —indaga una mujer de cabello corto.

—No es nada de otro mundo —aclaro, con voz ronca. —. Por favor pasen a exponer, en el mismo orden de... —toso, cubriendo mi boca con el antebrazo. —. En el mismo orden en el que repartí el trabajo la anterior clase ...

Mi garganta raspa, mi nariz no me permite respirar con libertad y a excepción de Marco, el resto de mi cuerpo está jodidamente adolorido. Imagino que fue buena idea traer un tapabocas el día de hoy.

Me dirijo a mi escritorio y tomo asiento. Sobre la mesa se encuentra la planilla de asistencia, la tomo junto a un bolígrafo y empiezo a calificar a los estudiantes a medida que van pasando al frente.

Hoy solo le dicto clases a una trilliza, y esa es Maia, la que está inquieta, lo sé porque cada vez que intento cruzar miradas con ella, ella solo la desvía. Puede ser que quizás sea por aquel incidente del fin de semana, en el que trató de besarme, aunque, si tenemos en cuenta lo ocurrido el domingo, cuando le solicite que cocinara por mí se vio más que segura al hablar conmigo.

Esto solo me deja claro que, intentar descifrarla es mucho más difícil que intentar conocerla.

—El grupo 3, pase adelante —ordeno, con la poca capacidad vocal que me resta.

El grupo 3 está conformado por Maia y una mujer llamada: Catalina. Fueron las únicas personas que decidieron hacer el trabajo por parejas, cuando yo di toda la libertad de que podían ser grupos de hasta 5 personas. Imaginé que así sería más fácil repartirse las responsabilidades.

Pero, dejando eso de lado, sus apariencias dan a suponer que parecen las dos típicas personas que no se llevarían bien. Es como si miráramos dos partes del cielo, en la cual una está nublada y la otra acapara con luz solar. Se que, Maia se ve tímida, pero me ha quedado claro que es atrevida, directa y que su voz no tiembla para decir lo que piensa.

En cambio, Catalina me da cierto aire a todo lo que mencioné anteriormente, sin embargo, ¿su personalidad será lo que Maia aparenta ser?

—Ya pueden empezar —otorgo, fijando mi atención en el perfil de Maia. Ella se acomoda su cabello y empieza a exponer.

Hay algo que me confunde aún más acerca de esta mujer, y eso es debido a que no he dejado de pensar en lo que casi ocurre el sábado. ¿Qué hubiera pasado si nos hubiéramos besado?

Mas relevante que eso, ¿Por qué iba a besarme? Se supone que, debido a su comportamiento, me ha dejado más de una vez en claro que no quiere tener algún contacto conmigo. Me ha llamado de mil maneras, y en ninguna de esas, hay una palabra que pueda representar agrado, o simplemente simpatía. "Escoria humana" seria el significado perfecto de mi existencia en su mente. Yo no siento hacia ella más que una curiosidad inquebrantable por saber si ella es la hurtadora, sin embargo, ¿Qué siente ella acerca de mí?

Porque esta es mi primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora