21:
M E G U S T A S
E R I CK:
Por la declaración del día de ayer, me quedé sin cenar y la hierba de gato durmió en mi apartamento. Ahora que lo pienso, solo fueron palabras torpes intentando hacer una oración. Son pocas cosas las que me dicen que Maia me gusta, así que... ¿Lo que hice estuvo bien?
Para serles franco, ni siquiera sé que hubiese hecho si ella hubiera dicho que sentía lo mismo que yo. ¿Habríamos empezado a salir? ¿me hubiera sentido feliz?
¿Qué carajos es el gusto por una persona?
Todo esto es una completa mierda.
Me dirijo a la universidad en metro por la mañana. El olor a sudor y axilas atrapadas es muy fuerte para ser las primeras horas del día, y como si no fuese poco, voy tarde. Y si a eso le sumamos que, es probable que hoy sea el peor día de la semana, las ganas de trabajar no son muchas. Es viernes, y, por ende, hoy le veré las caras a Maia y Maite... Carajo. Esas dos mujeres parecen ser como el agua y el aceite. Y lo más desesperado de todo esto, es que probablemente yo sea el envase que las mantiene a ellas.
Una es probable que me guste y a la otro le gusto. Parece ser el jodido Karma escupiéndome en la cara mientras me dice: Pendejo, son trillizas. ¿no es lo mismo estar con una que con la otra?
En realidad, si me tomo el tiempo de notar, puedo ver que son dos personas completamente diferentes. Tienen la misma jodida cara, eso sí, pero sus modos de actuar se contradicen una a la otra.
Incluso Margaret tiene esa aura de hippie.
Algo me dice que, después de lo sucedido el día de ayer, algo malo podría ocurrir el día de hoy. Tal vez, en el peor de los casos, la carta de despido ya esté en mi locker.
Bajo del metro con el olor de decenas de personas. Salgo de la estación y me encamino en dirección a la universidad, mientras enciendo un cigarro. Si no fumo, es probable que caiga en desesperación. Es mejor evitar eso, ¿no? Ahora entiendo lo que mi madre me decía... Es más fácil dejar ir un buen amor, que un mal vicio. Pero, en mi defensa, ¿Cómo saber si un amor también es tu vicio?
El humo inunda mis pulmones, al igual que enrojece mis ojos. Tomo dos caladas profundas a cercanías de la universidad, y dejo caer el cigarro para después aplastarlo con la planta de mi pie. Saco un chicle de mis bolsillos y lo llevo a mi boca, pretendiendo camuflar el olor en mi boca. Visualizo a un par de personas ingresando y eso me recuerda sacar el carnet de mis bolsillos, lo cual hago. Espero que los autos terminen de transitar por la calle, y después, con calma, empiezo a cruzar hacia el otro costado.
—¿Qué hay? Erick —al mismo tiempo que escucho la voz, siento el impacto de una mano en mi espalda. Antes de girarme y soltar un golpe de puro impulso a mitad de la calle, noto que, aunque quiera golpearlo, no puedo. Es un maldito estudiante. Giro mi cuello y termino de cruzar la calle. —. ¿Llegando tarde?
—Deseo saber, ¿en qué jodido momento te di la confianza para que me trataras así? —escupo, antes de que Bruno deje salir una pequeña risa.
—Es inusual escuchar a un profesor hablar así —expresa. —. Y déjese de formalidades. Una relación entre estudiante y profesor no tiene que ser siempre seria.
Guardo silencio, enfocándome en el camino hacia la entrada. Ambos mostramos nuestros carnets e ingresamos a la universidad, sin embargo, el portero me detiene.
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Porque esta es mi primera vez
Romance¿Qué sigue después del primer amor? Erick estaba a punto de casarse hasta que descubrió la infidelidad de su prometida. Maia trabaja como modelo webcam y tiene la necesidad de perder la virginidad para demostrarse que el amor no importa. Ella es un...