22:
H A L L E G A D O L A H O R A
MAIA:
Logré detener el encuentro entre Bruno y el docente Erick, sin embargo, por haberme dejado llevar de mi ira, lo dejé completamente a solas junto a Maite...
¡Dios! ¿Por qué hice algo así?
Maite le puede estar hablando en este preciso momento acerca de mí.
¿Debería volver?
No... si vuelvo le estaría dando la razón a Maite. Razón que no tiene, por supuesto. Pese a la declaración del docente Erick nada ha cambiado. Ayer estaba conmocionada por la situación, eso es todo.
No fue mi primera declaración, cabe aclarar. Pero si fue la primera desde hace mucho tiempo... Me había cerrado a todo tipo de relación con el sexo opuesto después de lo sucedido con mis padres, que había olvidado lo que era una confesión por parte de los hombres.
Hombres...
—Maya, deja de comerte las uñas, es asqueroso —Catalina golpea mi cabeza, llamando mi atención. Aparto mis dedos de mi boca y la observo.
¿Cómo no estar desesperada? Ya han pasado 5 minutos desde que llegué al aula, y tanto como Maite como el docente Erick no se han dignado en aparecer.
—No llegan —hablo.
—Si no me lo dices, no me doy cuenta —ironiza. —. Cálmate, conociendo a tu hermana... —guarda silencio por un instante. —. Bueno, te librará de lo peor.
¡No ayudas!
—Ve a echar un vistazo —le solicito, con voz desesperada.
—¿A que le temes? —pregunta ella. —. Lo peor que puede suceder es que te pida el reloj de vuelta. Ya sé que no lo tienes, pero eso es todo. No te va a asesinar.
¿A que le temo? Me aterra que él sepa la verdad. ¿Qué hará si se entera?
Puede devolverme el favor diciendo lo que sabe de mí... ¡¿Por qué demonios no puse cortinas ese maldito día?!
—Ahí vas de nuevo —comenta Catalina. —. Las maldiciones son malas. Pueden devolverse.
¿Cómo sabe ella eso?
—Te he querido preguntar esto desde hace un tiempo —comunico desconcertada. —. ¿Cómo sabes cuando estoy maldiciendo?
—Soy bruja, es todo —bromea ella. —... Te conozco. Esa es la única respuesta que necesitas.
Catalina me sonríe, y yo le devuelvo la sonrisa.
—Mira, ahí llegaron —señala con su boca la puerta. Giro mi cuello con velocidad, y visualizo a el docente Erick ingresar primero. Él no observa hacia donde está su clase, de hecho, hace lo mismo que siempre, deja su maletín encima del escritorio, toma la tiza y empieza a escribir.
En realidad, si hay algo diferente... No ha saludado a la clase. ¿Eso es importante?
—Primero llega tarde y después no saluda —comentan a mis espaldas. —. ¿Quién se cree?
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Porque esta es mi primera vez
Romance¿Qué sigue después del primer amor? Erick estaba a punto de casarse hasta que descubrió la infidelidad de su prometida. Maia trabaja como modelo webcam y tiene la necesidad de perder la virginidad para demostrarse que el amor no importa. Ella es un...