11:
D I S C U S I O N
ERICK:
Después de un par de minutos, unos golpes en mi puerta se hicieron presentes. Para darles una idea más concreta, es como si tuvieses un familiar pastor... Ya saben, de esos que desean llevarte por el buen camino, más aún si saben que no sueles asistir a la iglesia.
Después de 30 segundos de golpes imparables, me pongo de pie y llevo mis manos a los bolsillos de mi sudadera. Tengo la necesidad de sacar un cigarro, sin embargo, cabe la posibilidad que, al abrir la puerta, sea recibido por un golpe en mi boca. Me abstengo al deseo y decido enfrentar el problema. Comienzo a caminar hacia la salida de mi departamento entre los golpes a la puerta de madera, sitúo mi mano sobre la manija y la giro, dándole paso a la apertura de, quizás, mi muerte apresurada.
No tengo alguna excusa que darle, ¿Qué podría decirle?
Perdón, es que la colilla de mi cigarro voló hasta tu departamento, y no quiero excusarme, pero una cosa llevó a la otra y terminé viéndote el culo.
Si Maia antes me odiaba sin fundamentos, ahora le he dado razones suficientes para hacerlo.
Al abrir la puerta, la observo con un suéter de lana cubriendo su torso, sus brazos cruzados en medio de su pecho y sus piernas al descubierto. Su rostro ruborizado, más de lo esperado, y aunque era de esperarse, su mirada esta vez sí demuestra enojo. La observo por un par de segundos, y al sentir el ambiente pesado, me defiendo.
—Te dije que recogieras la mierda de tu gato —menciono, provocando que ella alce su mano con toda la intención de darme una bofetada.
Bien, es merecida, en realidad. No conozco a la primera persona que le guste ser expiada, sin embargo, tampoco sé de la primera que le agrade ser golpeada. Me echo para atrás y esquivo su golpe, ella avanza, ingresando a mi departamento y provocando mi retroceso.
—¡Lo demandaré! —indica, intentando alcanzar mi rostro con su mano derecha. Yo vuelvo a esquivarla. —. ¡Por acoso, y maltrato!
¿Maltrato...?, ¿en qué maldito momento he hecho algo como eso?
Intento hablar, sin embargo, ella detiene mis palaras empujando mi pecho.
—¡Lo que hizo es ilegal, sin hablar de la moral! —vuelve a empujar mi cuerpo, haciendo que retroceda aún más. —. ¡Le quitaré todo lo que tiene, si es que tiene algo en usted que valga la pena!
Bien, eso sí dolió un poco.
—¡Maldito depravado acosador desgraciado! —mi espalda, siente el cristal de la puerta del balcón, lo que provoca que no pueda retroceder más. —. ¡Enfermo! —vuelve a intentar golpear mi rostro, pero detengo su mano en el aire. Ella alza la otra y yo la detengo con mi mano libre, haciendo un poco de presión en su muñeca.
Debería dejarme golpear, lo merezco, después de todo. Pero, si tenemos consideración con mi caso, ella podría ser la que tiene mi vida vuelta mierda. Ya me queda claro que no es tan introvertida como yo pensaba, y se puede dar el caso de que, bueno... Sea más malvada de lo que se cree. Puede estar mintiéndome en mi maldita cara.
—¡Suélteme!
Miro sus ojos con detenimiento, sin apartar la mirada. A parte de la incontrolable ira que manifiesta, también puedo deducir que está más apenada de lo que creía. Dejo en libertad su mano derecha, y de inmediato, soy golpeado.
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Porque esta es mi primera vez
Romance¿Qué sigue después del primer amor? Erick estaba a punto de casarse hasta que descubrió la infidelidad de su prometida. Maia trabaja como modelo webcam y tiene la necesidad de perder la virginidad para demostrarse que el amor no importa. Ella es un...