6:
E L
S E N T I M I E N T OE S
M U T U O
E R I C K:
Las tres no solo tienen el culo igual, sino que también son las mismas jodidas mentirosas.
¿Qué averigüe quien de ellas fue?
Como si mi jodida paciencia diera para tanto. Tengo a Daniela y a la bruja de su madre a mis espaldas, también el pequeño y casi inexistente remordimiento del reloj del muerto. No me atormenta, claro está, pero aún está presente. Como si fuera un susurro hablándome en la nuca. Más que todo cuando me vi en la obligación de dar la clase en frente de las tres hermanas, intentando disimular que nada había pasado entre nosotros. Ellas se vieron muy tranquilas, la única que se reía cada vez que cruzábamos miradas era la que parece fan del Rock. Fue como tener un hilo en el culo.
No pregunten cómo conozco esa sensación.
Esa persona en estos momentos es la candidata potencial. Fue la única de las hermanas que no se alteró, que, en cambio, se rio en mi puta cara.
¿Cómo no considerarla la culpable después de su actitud?
Claro que, también tiene un poco de razón al decirme que tampoco debería creer en las otras. Se ven más inocentes que ella, sin embargo, ¿Qué garantía poseo de que no estén mintiendo...?
—Erick, ¿te estas cogiendo mentalmente a Daniela? —Harold llama mi atención. —. Se te está enfriando la carne, pendejo.
Estoy en la cafetería de la universidad, almorzando junto a Harold antes de impartir mi última clase del día. Pero es obvio que no me encuentro precisamente en un espacio físico.
Y por supuesto, su comentario me hirió.
—¿En qué tanto piensas? —indaga.
—En donde comeré hoy —miento. —. No me invites a tu casa, por favor... —lo dejo con la boca abierta, sin poder decir nada.
—Bien, muere de hambre —se ofende.
No me arriesgaré a ir a su casa y que exista la posibilidad de que Daniela se encuentre allá, después de todo, presumo que debe estar llenando mi buzón de mensajes.
Eso me recuerda que tengo que comprar un celular.
—Cocinaré, no lo tomes personal —hablo, antes de probar un bocado de comida.
—¿Qué harás qué? —Harold ríe. —. ¿Hablas en serio?
Le respondo guardando silencio. Él amplia más su sonrisa.
—Solo espero que no dañes la estufa que compraste ayer —bufa.
Él tiene motivos para hacer esos comentarios, me ha visto intentándolo. Es verdad que no se me da bien la cocina, de hecho, diría que ella es mi enemiga. Puedo seguir la receta al pie de la letra, pero eso no evitará que todo me quede mal. Siempre me queda cruda, salada o no le echo suficiente agua. Cabe aclarar que hasta he usado un medidor.
Llamémosle: talento oculto.
—Dicen que intentar cosas buenas puede ayudar a superar una relación amorosa —menciono. —. O muero de una intoxicación o muero de amor.
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Porque esta es mi primera vez
Romantizm¿Qué sigue después del primer amor? Erick estaba a punto de casarse hasta que descubrió la infidelidad de su prometida. Maia trabaja como modelo webcam y tiene la necesidad de perder la virginidad para demostrarse que el amor no importa. Ella es un...