Fotografía

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2:

F O T O G R A F Í A

         

E R I C K:

Me di cuenta de lo complicado que es enseñarles a personas de tu edad, pero, más que todo, lo complicado que era retener las ganas de ir y sonsacarle todo a la chiquilla que me robó el papel barato con el que me limpiaba el culo.

Después de que las risas se calmaran, y que yo, de nuevo recuperara mi compostura, empecé la clase desechando la idea de llamar a lista.

¿La razón?

No podía creer que me acosté con una alumna, y más que todo que, esa persona… Esa jodida persona fue capaz de robarme.

Dejo de anotar en el pizarrón y me doy la vuelta, todos los ojos de la clase se posan en mi, sin embargo, los míos están sobre ella, la ladrona con lentes.

—Esto es todo lo que necesitan para resolver el problema 10 de la página 5. —pierdo confianza en mi voz al verla demasiado tiempo. —. Si tienen alguna inquietud sobre este tema, no duden en acercarse a mi —menciono bajo, con timidez.

Me acerco a mi escritorio y tomo asiento con calma, apoyo mis manos a la mesa y centro mi atención en mi computadora portátil. En frente de mi escucho susurros indescifrables y percibo miradas acusadoras. Sabía y sé que, enseñar a personas en el rango de tu edad iba a ser complicado, porque al fin de cuentas, piensan que quizás no tengo los méritos para estar en este lugar. Que soy joven para enseñar o tal vez que no tengo las capacidades para hacerlo.

—Si tienen tiempo para hablar, ¿tal vez les apetezca un test rápido? —dirijo mi mirada hacia ellos pretendiendo intimidarlos, sin embargo, me encuentro de lleno con la mirada de la ladrona con lentes. Aparto la mirada y la llevo de nuevo a la pantalla. —. Resuelvan también el problema 11.

—Se ve irritable… —alcanzo a escuchar. Bajo mis cejas al nivel de mis ojos pero no respondo nada. Lo único que habita mi mente en estos momentos no es precisamente los comentarios molestos.

Llevo una de mis manos a mi bolsillo y alcanzo la foto, disimulando mi acto, coloco el trozo de papel sobre las teclas de la computadora portátil y detallo la imagen : Labios gruesos, piel blanca, cabello largo de un castaño claro, ojos oscuros, cejas delgadas… ¡Es jodidamente igual!, ¡¿Qué puto sentido tiene usar lentes?!

Miro de reojo a la ladrona solo para confirmar mi idea. Lleva su cabello sujetado con una cola de caballo y no está usando maquillaje. Eso, además de los lentes, son las únicas diferencias que noto.

Ella alza la mirada y yo desvío la mía rápidamente.

¿Cómo carajos puede actuar tan natural después de haberle robado hasta el papel higiénico a su maldito profesor? Sé bien que ayer no sabíamos que una situación así se iba a dar, ninguno de los dos pudo haber pensado en una posibilidad tan remota, pero… ¡¿Por qué carajos tenía que pasarme esta mierda a mi?!

—Profesor, ¿Podría aclararme una pequeña duda…? —una voz suave, de un timbre bajo que desplegaba ternura llega hasta mis oídos, desvío la mirada y observo a la chiquilla de los lentes parándose de su asiento. Pega su cuaderno a sus pechos y rodea la mesa para encaminarse hacía mi posición.

Mientras más la veo, más tengo la certeza de que es la persona de la foto, pero… ¿Y si la vieja del motel se equivocó? ¿Si quizás ella salió de otra habitación y no de la mía?

Una situación como esas puede darse, es poco probable, Pero puede darse algo así.

Todo esto puede ser un completo malentendido.

Porque esta es mi primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora