Capitulo 18

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-Queremos ir a la fiesta-ambos dijeron a Madame Pomfrey, mientras ella les ordenaba todas las cajas de golosinas-. Podremos ir, ¿verdad?

-El profesor Dumbledore dice que tienen permiso para ir-dijo con desdén, como si considerada que el profesor Dumbledore no se daba cuenta de lo peligrosas que eran las fiestas-. Y tienen otra visita.

-Oh, bien-menciono Harry-. ¿Quién es?

Mientras hablaba,  entró Hagrid. Como siempre que estaba dentro de un lugar, Hagrid parecía demasiado grande. Se sentó en la silla que se encontraba en medio de las camas de Spica y Harry, poniéndose a llorar.

-¡Todo... fue... por mi culpa!-gimió, con la cara entre las manos-. Yo le dije al malvado cómo pasar ante Fluffy. ¡Se lo dije! ¡Podrían haber muerto! ¡Todo por un huevo de dragón! ¡Nunca volveré a beber! ¡Deberían echarme y obligarme a vivir como un muggle!

-¡Hagrid!-dijo Harry, impresionado al ver la pena y el remordimiento de Hagrid, y las lagrimas que mojaban su barba.

-Hagrid, lo habría descubierto igual, estamos hablando de Voldemort, lo habría sabido igual aunque no le dijeras nada-hablo Spica, con voz más baja.

-¡Podrían haber muerto!-sollozo Hagrid-. ¡Y no digas ese nombre!

-¡VOLDEMORT!/Voldemort-ambos dijeron, Harry lo exclamo mientras que Spica lo decía lo más alto que podía, y Hagrid se impresionó tanto que dejó de llorar.

-Nos encontramos con él y lo llamaremos por su nombre-dijo Harry-. Por favor alégrate, Hagrid, salvamos la Piedra, ya no está, no la podrá usar. Toma una rana de chocolate, tengo muchísimas...

Hagrid se secó la nariz con el dorso de la mano y dijo:

-Eso me hace recordar... te he traído un regalo... bueno en realidad es uno para cada uno.

-No será un bocadillo de comadreja, ¿verdad?-dijo preocupada Spica, y finalmente Hagrid se rió.

-No. Dumbledore me dio libre el día de ayer para hacerlos. Por supuesto tendría que haberme echado... Bueno, aquí tienen... 

Parecía un libro con una hermosa cubierta de cuero. Spica acaricio la cubierta admirándola, para después abrirlo con curiosidad al igual que Harry... estaba lleno de fotos mágicas. Sonriendo y saludando desde cada página, estaba su madre, junto con unos chicos y una mujer de cabellera pelirroja, también salía con chicos de su casa. Hubo una que llamo más su atención, estaba su madre, con un chico más alto que ella de cabellera negra y que le llegaba hasta los hombros, no lo pudo creer era el profesor Snape. Pero lo que le pareció curioso es que en ninguna de las imágenes aparecía su padre, o eso era lo que ella pensaba.

-Envié lechuzas a todos los compañeros de colegio de sus padres, pidiéndoles fotos... fue difícil contactar con los compañeros de casa de tu madre Spica... sabía que ustedes no tenían... ¿Les gusta?

Spica no dijo nada, se bajo con cuidado de su cama y lo abrazo con toda la fuerza que tenía.

(...)

Ambos bajaron a la fiesta de fin de curso de aquella noche. Habían llegado tarde al gran comedor, ya que antes de irse madame Pomfrey los había detenido para checarlos antes de irse. Al entrar vieron que estaba decorado con los colores de Slytherin, verde y plata, para celebrar el triunfo de aquella casa al ganar la copa durante siete años seguidos. Un gran estandarte, que cubría la pared detrás de la Mesa Alta, mostraba la serpiente de Slytherin.

Cuando ambos entraron se produjo un súbito murmullo y todos comenzaron a hablar al mismo tiempo. Harry se sentó en medio de Hermione y Ron, mientras que Spica se sentó al otro lado de Hermione, en la mesa de Gryffindor, y trataron de hacer caso omiso del hecho de que todos se ponían de pie para mirarlos.

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