Con la promesa de que Lupin les daría clases antidementores, la esperanza volvió a Spica, ya no se sentía mal podría estar más tranquila cuando saliera de los muros del castillo, además de que el saber que Ravenclaw había derrotado a Hufflepuff en el partido de quidditch de finales de noviembre, su estado de ánimo mejor, aunque tuvo que animar a Cedric cuando esto ultimo paso ya que se sentía culpable de que su equipo hubiera perdido contra la otra casa. Gracias a esa derrota Gryffindor no había perdido todas las posibilidades de ganar la copa, aunque tampoco podían permitirse otra derrota. Wood recuperó su energía obsesiva y entrenó al equipo con la dureza de costumbre bajo la fría llovizna que persistió durante todo el mes de diciembre. Ninguno noto o vio la menor señal de algún dementor dentro del recinto del colegio. La ira de Dumbledore parecía mantenerlos en sus puestos, en las entradas.
Con cada entrenamiento que el equipo de quidditch realizaba, Spica se planteaba el regresar a su torre, ya que siempre terminaba haciendo que Cedric se mantuviera despierto durante más tiempo del necesario por esperar a que ella terminara de entrenar; aunque este pensamiento se esfumaba apenas y el chico le recordaba que no había problema, además de llevarla cargando hasta la habitación del muchacho que ambos compartían, la otra era que sir Cadogan seguía siendo el guardián de la torre de Gryffindor. La única regla que tenían ambos, era que no hablarían de lo que pasaba en sus entrenamientos de quidditch, por el simple hecho de que eran rivales en el campo de juego.
La relación que ambos mantenían, era muy cómoda ambos siempre paseaban en sus tiempos libres, la verdad era que tanto Spica como Cedric solo conviven con sus amigos en las horas de desayuno, comida y cena, aunque la hora de la comida se había hecho costumbre que un día se sentarán ambos en Hufflepuff y otra en Gryffindor, y ya ningún estudiante se le hacía extraño el verlos hacer aquello. Ni siquiera los profesores les decían algo.
Fred Weasley siempre miraba a Spica, aquella niña que había conocido cuando él iba en su tercer año y que le había llamado tanto la atención por su forma de ser, su forma en la que actuaba haciendo que los comentarios que decían acerca de ella por ser la única Slytherin viva y que no pertenecía a la casa con su nombre. Sabía que ella solo lo veía como un amigo más, con el cual compartía el gusto por las bromas, él decidió que ese amor que sentía por la chica de trece años, que era una de las mejores amigas de su hermano menor tendría que ser ocultado, ya que no sabía si podría alguna vez olvidarla pero si Spica era feliz, él también lo sería. "Era mejor ser su amigo a no ser nada de ella" ese pensamiento le quedó más claro cuando a dos semanas antes de que terminara el trimestre, los vio juntos en el Gran Comedor a la hora del desayuno en la mesa de Gryffindor, ambos tomados de la mano todo el tiempo, mientras que el Hufflepuff le daba de vez en cuando un beso en la nariz a la menor, todo bajo la atenta mirada de todos.
(...)
Dos semanas antes de que terminara el trimestre, el cielo se aclaró de repente, volviéndose de un deslumbrante blanco opalino, y los terrenos embarrados aparecieron una mañana cubiertos de escarcha. Esa mañana en específico Cedric había levantado más temprano de lo normal a Spica, la chica no quería levantarse porque el día anterior Wood los había hecho entrenar hasta tarde y ella estaba completamente agotada, al final el chico le convenció a que lo acompañara, a cambio de una caja completa de ranas de chocolate, que ella había prometido a su padre no comer.
Cuando ambos chicos estuvieron listos salieron de la sala común de Hufflepuff, apenas eran las 6:25 am por lo que apenas el sol empezaba a salir. Ambos caminaron por los pasillos del castillo hasta salir al patio de este para cruzarlo, Cedric la guio hasta llegar al lado del lago negro. Al estar el pasto con escarcha por la tormenta invernal que callo mientras todos dormían, la vista era espectacular.
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SPICA
Fanfiction"Quien diría que una oveja podría ser una serpiente y un león" El olor de su sangre lo llama, no sabe a quien pertenece. Solo sabe que en el único momento donde le llega ese exquisito olor es en verano. La buscaba pero nunca encontraba la fuente, ha...