Part. 2 Capitulo 10

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Los días siguieron pasando y con ellos, ala clase de Defensa Contra las Artes Oscuras se convirtió en la favorita de la mayoría. Sólo Draco Malfoy y su banda de Slytherin criticaban al profesor Lupin:

-Mira cómo lleva la túnica-solía decir Malfoy murmurando alto cuando pasaba el profesor-. Viste como nuestro antiguo elfo doméstico.

Estos comentarios no siempre los hacía porque si bien quería que el profesor los escuchara, no quería que fueran oídos por Spica. Ella se hizo muy cercana a ese profesor, no sabía el porque, pero confiaba en él, todos lo sabían y si alguien se metía con él Spica era capaz de meterles un susto de muerte.

Además de que se gano el respeto de la mayoría de los alumnos, ya que sus siguientes clases fueron tan interesantes como la primera. Esto hizo que a nadie le interesara que la túnica del profesor estuviera remendada y raída. Después de los boggarts estudiaron a los gorros rojos, unas criaturas pequeñas y desagradables, parecidas a los duendes, que se escondían en cualquier sitio en el que hubiera habido derramamiento de sangre, en las mazmorras de los castillos, en los agujeros de las bombas de los campos de batalla, para dar una paliza a los que se extraviaban. De los gorros rojos pasaron a los kappas, unos repugnantes morados del agua que parecían monos con escamas y con dedos palmeados, y que disfrutaban estrangulando a los que ignorantes que cruzaban sus estanques.

Mientras que Spica disfrutaba de la mayoría de sus clases, cuando creía que su día era bueno este siempre se arruinaba por culpa de las clases de Pociones. Snape estaba aquellos días especialmente propenso a la revancha y todos sabían por qué. La historia del boggart que había adoptado la forma de Snape y el modo en que lo había dejado Neville, con el atuendo de su abuela, se había extendido por todo el colegio. Snape no lo encontraba divertido. A la primera mención del profesor Lupin, aparecía en sus ojos una expresión amenazadora. A Neville lo acosaba más que nunca.

La clase favorita de Spica era Estudios de Demonios Necrófagos, su profesor aunque era una criatura de la noche, más específicamente ser un vampiro, era un excelente profesor. Cuando salía de sus clases e iba a la torre de Gryffindor, pasaba el tiempo junto con sus amigos, así evitaba que acosaran a Harry, con tontearías sobre profecías, visiones y todo lo que les enseñaban en las clases de adivinación.

Con Cedric pasaba mucho tiempo, todos los días se juntaban para estudiar en la biblioteca, y junto con los gemelos Weasley había comenzado a hacer bromas o simplemente pasaba el tiempo con Fred. Había veces en las que acompañaba a sus amigos a las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas, aunque estas no eran divertidas como habían dicho que fue la primera.

-¿Por qué alguien se preocuparía de cuidarlos?-preguntó Ron traspasar otra hora embutiendo las viscosas gargantas de los gusarajos con lechuga cortada en tiras.

A comienzos de octubre, sin embargo, hubo otra cosa que mantuvo ocupado a Spica y Harry, algo tan divertido que compensaba la insatisfacción de algunas clases. Se aproximaba la temporada de quidditch y Oliver Wood, capitán del equipo de Gryffindor; convocó una reunión un jueves por la tarde para discutir las tácticas de la nueva temporada.

En un equipo de quidditch había siete personas: tres cazadores, cuya función era marcar goles metiendo el quaffle (un balón como el de fútbol, rojo) por uno de los aros que había en cada lado del campo, a una altura de quince metros; dos golpeadores equipados con fuertes bates para repeler las bludgers(dos pesadas pelotas negras que circulaban muy aprisa, zumbando de un lado para otro, intentando derribar a los jugadores); un guardián que defendía los postes sobre los que estaban los aros; y el buscador; que tenía el trabajo más difícil de todos, atrapar la dorada snitch, una pelota pequeña con alas, del tamaño de una nuez, cuya captura daba por finalizado el juego y otorgaba ciento cincuenta puntos al equipo del buscador que la hubiera atrapado.

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