NARRA KYLE:
Suspiré tranquilo.
Ya había pasado tres meses en una relación seria.
Sonreí y negué con la cabeza mientras me recostaba en mi cama.
Con Kathia hacíamos lo posible para que funcionara, con su último año de escuela y todas las actividades con la postulación a la universidad y con el ajetreo constante de la tienda, habían semanas en la que solo podíamos vernos uno o dos días.
Incluso la semana pasada, solo pude llamarla. Me había contado que debía estudiar para sus exámenes de final de semestre y que solo así podría ir mañana a la casa de Matt. Esa semana y esta fui un completo idiota con todos, en más de una oportunidad mande a la mierda a un par de clientes, discutí con Pax y Kate y para finalizar volví a recibir una llamada de mi madre, la que nuevamente volví a ignorar.
El no haber podido estar cerca de kathia, me había provocado una sensación de ahogo desde que me contó sus planes el ultimo domingo del mes que pase con ella. Pero la mierda de toda la semana solo me llevo mas al limite, el único momento en el que podía sentir que la carga de mis hombros disminuía era cuando ella me llamaba y que precisamente era cuando estaba a poco de perder el control.
Ella estaba presente cuando mas la necesitaba y el que no se diera cuenta de ello, solo lo hacía más importante para mí.
Estábamos a tres semanas de Navidad y año nuevo, lo que significaban vacaciones de dos semanas en la tienda. Y yo solo pedía poder pasar todo mi tiempo a su lado.
Y eso implicaba invitarla a la casa de Matt para las fiestas.
Era una tradición que siempre se ha cumplido al pie de la letra, al menos desde que tengo uso de razón, desde el momento en el que conocí a Matt y Gabe, Karen su madre nos considero como a un hijo más. Lo qué conllevaba retos y regalos, casi tomados de la mano.
Mañana hablaría con Karen. Sabía que ella aceptaría a mi chica sin poner ningún problema, solo esperaba que Kathia aceptara.
Coloque mis brazos detrás de mi cabeza y trate de aguantarme las ganas de salir corriendo hacía su departamento. Queriendo despejarme salte de la cama y camine al baño para tomar una ducha, eso al menos me haría reconsiderar mis impulsos.
Tire mi ropa y abrí la llave a la espera del agua caliente. Últimamente el frío estaba de puta madre.
Una vez listo, cerré la llave y me estire por agarrar cualquier cosa para secarme, pero para cuando tome una toalla, escuche la televisión del living encendida. Confundido, pase la toalla por mi cabello en un movimiento rápido y la coloque alrededor de mi cintura.
Salí con el ceño fruncido dispuesto a putear a cualquiera de lo chicos que se colorados a robar mis cereales. Pero cuando llegue al living no pude ver a nadie o eso creí hasta que me fije en uno de los bordes del sofá, por donde sobresalían unos pies con calcetines rosas. La televisión estaba en un canal de moda irlandesa y cerca de la puerta había un bolso rosado del que colgaban mucho peluches en ganchos de llaveros.
Aún mas confundido, me incline por sobre el sofá. Pero lo único que hice luego fue llevarme una mano a la frente donde recibí un golpe.
- pero que coño? - pregunté mientras abría los ojos.
Para mi sorpresa una sonriente Kathia se encontraba con la cabeza apoyada en el reposa brazos con la palma contra su frente.
- Hey - dije mientras me inclinaba para besarla sin darle tiempo de reaccionar.
- Hey - contestó luego de separarse un poco - alguien está contento de verme - sonrío.
- siempre estoy contento de verte - dije mientras rodeaba el sofá y me sentaba sobre la mesa de centro.
