¿ Persuasión ?

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NARRA KATHIA:

Estábamos en la camioneta de Kyle camino a mi departamento.

Eleve mis piernas por sobre el asiento y las doble, sentándome como indio, coloque mi codo derecho sobre el borde de la puerta con la ventana y apoye mi cabeza sobre mi brazo, mirando a Kyle.

Con sus defectos y virtudes, lo quería.

El realmente intentaba aparentar que era un hombre rudo, pero que me jodiera si no lo conocía mejor.

Sonreí y suspiré, deleitándome en su afilado y firme perfil.

Sonrío.

No se giró hacia mí, pero sabia que lo estaba observando y estaba disfrutando de mi escudriño.

Tensó los brazos sobre el volante, mientras alzaba una de sus cejas y sonreí mostrando los dientes.

- eres tan presumido - gruñí con una pequeña sonrisa, al darme cuenta de que solo tensionaba los brazos para que viera como resaltaban sus músculos.

Se largó a reír, a la vez que posaba su mano derecha sobre mi rodilla.

- solo porque tengo la atención de la chica a la que quiero impresionar - tomó mi mano izquierda y la llevo a sus labios para besar mis dedos, solo para luego dejarla en su muslo.

Sonreí.

Era tan dulce.

Como es que podía a llegar a creer que no era bueno para mí, pensé.

- solo por ti y para ti, nena - susurro sin quitar la vista de la calle y con las mejillas levemente sonrojadas.

- lo dije ... - parpadie - yo no ... - tartamudie sin saber que decir, nunca había hablado lo que pensaba al menos no así.

Volvió a tomar mi mano y a llevársela a los labios, donde en esta oportunidad beso mi palma.

- no importa, siempre he querido saber que pasa por tu cabeza - sonrío - aunque debo admitir que me es raro saber que alguien me encuentre dulce.

- bueno, hasta donde he podido saborearte - dije mientras me encogía de hombros - eres bastante dulce - sonreí mientras lazaba las cejas de forma pervertida.

Soltó una fuerte carcajada, antes de dejar mi mano nuevamente sobre su muslo y negar con la cabeza mientras se estacionaba al lado del edificio.

- quien iba a pensar que detrás de esa cara de ángel, había una pequeña diablilla pervertida - susurro a escasos centímetros de mis labios.

- espero que solo seas tú - conteste mientras apoyaba mi frente sobre la suya y colocaba mi nariz contra la de él.

- por ti y para ti - susurro antes de besarme cortamente sobre los labios - será mejor que subas a cambiarte - dijo mientras se sacaba el cinturón y bajaba de la camioneta rodeándola hasta llegar a mí.

- y que es lo que ha hecho que te apuraras de repente? - pregunte con una leve sospecha del porque.

- querías salir no? - preguntó como que no fuera la cosa, luego de agregar - y jamás me perdería la oportunidad de verte sin ropa - respondió alzando las cejas de la misma forma en la que lo había hecho yo hace tan solo minutos atrás.

Negué con la cabeza, pero le sonreí.
Me encantaba el Kyle juguetón.

Cuando llegamos a la puerta del apartamento, me di cuenta de que no había sacado la llave con anterioridad de mi bolso, como hacia siempre.

Todo haber estado distraída con los labios de Kyle.

Gruñí.

Mientras buscaba entre los distintos bolsillos y cierres en el interior del bolso, Kyle se recostó sobre la pared levemente entretenido por mi pequeña perdía de llaves.

Me estaba entrando la desesperación cuando ya habían pasado unos 5 minutos sin encontrar nada. Y como si fuera poco, con cada minuto que pasaba Kyle mas entretenido se encontraba a mi costa.

Frustrada alce la mirada hacia él, con ganas de borrarle la tonta sonrisa del rostro cuando me percate de lo que tenía enrollado en uno de sus dedos.

Mis llaves.

El muy cabrón ... siempre las había tenido él.

Ya no sabia si era tan bueno que Kyle estuviese tan juguetón.

Al menos no cuando yo iba a ser las víctima de sus ataques.

De un solo golpe, logre quitárselas. Y mientras me giraba hacia la puerta con la puñetera intención de abrirla, se pego a mi espalda y paso sus manos por mi cintura hasta rodarlas a través de mi abdomen.

- que estas haciendo - logré decir después de intentar calmar los latidos de mi corazón, que se aceleraban cada vez que estaba tan cerca de todo mi cuerpo.

- que crees que hago - hablo en mi cuello - o mejor dicho, que es lo que quieras que haga? - mordió y tiro del lóbulo de mi oreja.

- vamos a llegar tarde - dije mientras apoyaba mi cuerpo en el suyo.

- entonces detenme - beso la base de mi cuello - si es lo que quieres.

Tenía mis manos apoyadas en la puerta, mientras que las llaves yacían en la cerradura.

- tu silencio otorga, pequeño algodón de azúcar - sentí como sonreía sobre mi piel luego de que lamiera el costado de mi cuello produciendo me un escalofrío.

- juegas sucio - suspiré.

Una de sus manos fue a parar a la llave.

Abrió la puerta y me empujo dentro. Con una distancia mínima entre nuestros cuerpos, solo para volver apoyarme en ella, pero esta vez mirándolo directamente a la cara.

Colocó ambos brazos al rededor de mi cuerpo, pero no me tocó. Solo se quedo apoyando su peso en la puerta mientras su respiración volvía levemente a la normalidad.

- ve a cambiarte - dijo.

Pero no se corrió para darme paso a ningún movimiento.

- ok - respondí.

Pero tampoco me moví.

Sonrío.
Sonreí.

- chica lista.
- chico persuasivo, bastante persuasivo - susurre mientras colocaba mis brazos al rededor de su cuello - tanto que ni siquiera tuvo que decir que no quería salir hoy.

Pegó su frente a la mía.

- como me contradice que me conozcas - besó mi mejilla - y que dices? - susurro en mi oído.

- que - tire del lóbulo de su oreja - nos - pase mi lengua por el costado de su cuello - quedamos - terminé diciendo mientras mordía su barbilla.

Se separó de mi con una sonrisa radiante, solo para sacar su celular del bolsillo de los jeans.

- le avisaré a Matt - habló - ve a cambiarte, iré en un segundo - terminó diciendo mientras colocaba el celular en su oreja y besaba mi frente.

Asentí.

Caminé en dirección a mi dormitorio, cuando antes de entrar en ella me entró la incertidumbre. Gire sobre mis pies y lo mire hasta que conecto conmigo.

- te quedaras? - pregunte lentamente, tratando de disimular mi ansiedad.

- quieres que me quede?

Una vez más, lo mire.

En el centro de mi living, camiseta blanca, pantalones negros y botas de militar, pelo en punta, pircing en la ceja y tatuajes, muchos tatuajes a la vista.

- si - conteste segura - quiero que te quedes.

- me quedo - sonrío, antes volver a llamar a alguno de los chicos.

Contenta por mi decisión, entre en mi cuarto y me dedique a disfrutar del tiempo que hasta el momento habíamos pasado juntos .... y del que estaríamos a punto de compartir.

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HOLAAAA, Chicas!
Solo espero que disfruten del capítulo y que halla valido la pena su espera, espero no decepcionarlas!

GRACIAS POR LOS VOTOS, POR LEER Y COMENTAR!😘😍

Besos

Me Perteneces.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora