Un encuentro inesperado.

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NARRA FEEFY:

Baje las escaleras lentamente, para evitar cualquier tipo de accidente ya que  no es grato pasar vergüenza en un bar lleno de hombres y mucho menos si han das con unos zapatos de 10 cm. y una vestido que con suerte te cubre medio muslo.

Caminé hasta llegar a la barra, que se encontraba en el centro de la habitación. Me apoye en el piso que estaba a mi lado y espere pacientemente - lo cual no es algo normal en mí- a que se acercara un barman para poder pedir un vaso de vodka y largarme de aquí lo antes posible con mis amigas. Mis pies me estaban matando, definitivamente no fue bueno haber venido a pie con esto zapatos, pensé, mientras suspiraba mas que resignada a resistir el dolor hasta llegar a casa.

Hace 10 min. que ya habían tomado mi pedido, pero aun no era posible tenerlo en mi mano; ya que el capullo que me atendió estaba coqueteando con un grupo de chicas que había llego recientemente - HOMBRES - pensé. Le siguieron 5 min. más, cuando decidí pedir a otro barman mi trago, el cual solo se demoro 2 pequeños minutos - eso si que es eficiencia - pensé mientras me ponía en pie dispuesta a marcharme de una puñetera vez. Pero no todo puede ir de maravillas, cierto? porque cuando ya estába en pie pars largarme de aquí, algún imbécil me empujo haciendo que todo el vaso callera en mí - AHORA SÍ, HA ESTE CABRON LO MATO - Pensé, mientras me volteaba hecha una furia, podía sentí el calor en mi rostro, incluso estaba viendo las diferentes formas de hacer pagar al tarado que me voto el trago que con tantas ansias deseaba tomarme.

- lo siento - fué lo primero que salío del chico que estaba en frente mío, con una sonrisa de "lo-lamento-pero-te-ves-graciosa".

- crees  que esto es divertido?? AHH!! - grite, a punto de un colapso mental.

- no, no, solo es que .... -  el muy imbécil no pudo seguir ya que le siguió una risa desquiciada como por tres minutos, lo que solo provocó que mi carácter empeorara hasta los mil demonios - lo siento, de verdad.

- mira, fenómeno de 2 patas, llevaba 15 malditos minutos esperando a que me atendieran y cuando al fin tengo mí trago en la mano, apareces tú para tirarme lo en sima y luego te largas a reír en mí cara??- dije, mientras me acercaba a él como si estuviese acechando a mi presa.

- oooohuu..!! tranquila. Ni siquiera te conozco, no lo he hecho con intensión - respondió, retrodeciendo algunos pasos y poniendo sus manos en frente tratando de poner distancia entre nosotros, aun con la maldita sonrisa en su cara.

- QUITA YAAAA, ESA SONRISA DE TU ROSTRO..! - grite - y ahora ayúdame a limpiarme esto, quieres? - hable, mientras apretaba mis dientes y trataba de calmarme antes de que todos presenciaran un asesinato en este mismo momento.

Guardo silencio, mirándome directamente a los ojos, para luego tomar mi codo y dirigirme al baño que estaba en una esquina de la habitación. Abrió la puerta del baño de hombre y me metió dentro. Saco un paño del bolsillo trasero de su pantalón y lo mojo en el lavamanos, luego se encamino hasta llegar a mi lado y se agacho para poder pasarlo por la tela del vestido, descansando en mi estómago.

- por que no pudo ser en el baño de mujeres? - pregunte, mientras golpeaba su mano de mi estómago y le quitaba el paño, para poder pasármelo por el cuello.

- ohh, bueno, no hubiese podio ayudarte ya que tendría a todas las mujeres en sima de mí - respondió mientras miraba fijamente mi mano que la pasaba por mi pecho.

- ves algo que te guste? - dije, con una ceja alzada.

- sabes que esa es una frase de chicos?- pregunto, mientras se volvía esa idiota sonrisa en su rostro.

- si, bueno, yo no entro en los parámetros de la normalidad de los chicas. Ahora si me disculpas, me voy - respondí mientras me encaminaba a la salida, pero como era de esperar, tomo mi brazo y me giro hacia él -  sabes que esta es la forma mas predecible de detener a una chica? - pregunte, mientras volvía a girarme dándole la espalda.

- si, eso es cierto, pero no todos hacen esto - habló, mientras susurraba en mi oído y me pegaba en la puerta del baño, levanto mi cabello y colocó un beso en la base de mi cuello, para luego volver a mi oído - mi nombre es Matt, cual es el tuyo?

- que gano a cambio? - dije mientras sentía como sus manos bajaban a mi cintura.

- Prometo soltarte y no seguirte, que te parece? - responió con una sonrisa en su rostro.

- hecho - acepte, mientras me giraba quedando uno frente al otro - mi nombre es Fernanda - y sin más bese sus labios, para luego separarme al instante - adiós - dije, tocando con mi dedo índice su nariz, para enseguida escabullirme de sus brazos y salir del baño.

Dios, definitivamente, los hombres van a matarme y si no son ellos serán mejor las locas que tengo como amigas .....  OHH DIABLOS, LAS CHICAS..!!!

Me Perteneces.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora