Primera pelea.

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NARRA KYLE:

Todos seguimos con los preparativos para el sábado,bueno, todos menos yo.

Sabia que por la forma en que Kathia se había alejado, era porque habían cosas que marcan la vida de las personas. Y en realidad, cuando la observé, fue como si me estuviese viendo a mismo. Atascado y hundido en mis problemas y en mi propio mundo.

La acerque aún mas a mí, casi cubriéndola con mi cuerpo, tratando de transmitirle que nada le pasaría conmigo a su lado. Y por su reacción, deduje que mi apoyo fue bien recibido porque se presionó tanto en mí que casi parecíamos una misma persona; besé su cuello e hice mi recorrido con la nariz sobre su cuello, ida y vuelta, una y otra vez. Asegurándome que me sintiera, que fuera consiente de que estaba con ella.

Después de un par de minutos se relajo en mis brazos y me beso la mejilla con una genuina sonrisa en su rostro.

- estás cansada? - pregunté, después de ver que bostezaba.

- no, es solo que tenemos harto que ver para este sábado - sonrió y luego frunció el ceño - aún no creó, que todo halla sido coincidencia Anderson - gruñó, sacándome algunas carcajadas - se que hiciste trampa.

- lo que tu digas, pequeño algodón de azúcar - respondí mientras acariciaba sus brazos, frotando de arriba hacía abajo - tengo mi mente tranquila Allen, simplemente fue el destino quien decidió que fuéramos todos juntos a la playa - dije con un encogimiento de hombros y una sonrisa. Negó con la cabeza y se volvió hacia los chicos. Aproveche ese momento para guiñarles un ojo a los chicos, quienes respondieron con sonrisas y carcajadas.

- creo que ya es hora de irnos, chicas - habló la Feña mientras tomaba sus cosas de la camilla.

- si, se está haciendo tarde y tenemos tarea que hacer - le siguió la Feefy.

- esta bien - respondió Kathia, mientras salía de mis brazos - voy por mis cosas.

Entrelace nuestros dedos y tire de ella mas cerca - VAMOS, por tus cosas - agregué.

- puedo ir sola Kyle, no voy a perderme.

- y una mierda - gruñí. Mientras la sacaba de la cabina de Matt, en dirección a la mía.

Una vez a dentro, descolgué sus cosas del gancho que había detrás de la puerta e hice que se girara para poder ayudarla con la chaqueta, luego le colgué el bolso sobre su hombro y le besé la frente mientras me fruncía el ceño.

- no me mires así - dije a la vez que pasaba mis dedos por su frente hasta llegar a la punta de su nariz tratando de eliminar cualquier seña de fruncido en su hermosa cara.

- no era necesario, que me acompañases o me vistieses - respondió con un encogimiento de hombros.

- no, pero que yo quería hacerlo.

- puedo hacerlo sola, Kyle - gruñó de vuelta.

Entrecerre mis ojos y fruncí el ceño por la forma en que había respondido - se que puedes hacerlo sola, Kathia. Pero yo quería hacerlo por ti. ¿Cuál es el puto problema? - gruñí.

Abrió los ojos de golpe, luego me miró de la misma forma en la que yo la estaba mirando, y no dijo nada.

Ninguno volvió a decir nada, pero nos observamos tratando de querer mandarle una advertencia al otro, sobre nuestros propios limites.

- no me presiones, Kyle - gruñó.

- y tu no me toques las pelotas. Porque no soy un hombre paciente y mucho menos ante una pataleta, Kathia - le devolví mucho mas serio de lo que pretendía - estaba tratando de ayudar.

- pero yo no necesito de tu ayuda - contestó de vuelta, con las manos sobre sus caderas.

Apreté la mandíbula y levante el rostro al techo de la cabina, mientras pasaba una mano por mi cabello tratando de calmarme.

- Joder, esto es increíble - gruñí - te das cuenta por la mierda que estas discutiendo? - le pregunté mientras volvía la mirada hacía ella.

- si, y para mi es importante - gruñó - no necesito de tu ayuda - dijo mientras golpeaba mi pecho con su dedo índice - que te quede claro dese ya, porque o si no esta mierda no va a llegar a ningún lado.

- Joder!! Te dije que no maldigas - respondí de golpe - y que mierda es esta?. Solo fue un abrigo Kathia, que está mal contigo?

- no quiero tu ayuda, Kyle, solo entiéndelo - dijo mientras se acomodaba el bolso sobre el hombro, antes de girarse para marcharse.

La agarré de su chaqueta y la viví hacía mí, presionandola contra mi pecho y aprisionandola con mis brazos - a donde crees que vas? - gruñí sobre su cabeza.

- bien lejos de tí - gruñó de vuelta, mientras trataba de soltarse de mí.

Me largue a reír por su respuesta y logrando llamar su atención levanto el rostro y alzo una de sus cejas - que es tan gracioso? - preguntó.

- que creas que te vas a alejar tan simple de mi.

- eres un idiota - dijo mientras golpeaba mi pecho.

- pero, soy el idiota que te gusta - respondí a centímetros de su boca.

- que te hace creer, eso?

- que aún sigues pegada a mí, a pesar de que ya deje de retenerte - sonreí.

Y estaba en lo cierto, porque mis brazos los tenía sobre mi cabeza mientras que era ella quien los tenía al rededor de mi cuerpo.

Suspiro y gruñó, antes de apoyar su cabeza en mi pecho. Luego sobre la tela de mi polera habló - lo siento - levantó el rostro y apoyó sus manos a cada lado de mi rostro, haciendo que bajara mis manos y la acercara hacía mí - no debí haberte reclamado por querer ayudarme.

- mmm hhmm - asentí con la cabeza.

- y siento haberte gritado - susurró.

- y? - pregunte con una ceja alzada.

Rodo los ojos y negó con la cabeza - y siento haber dicho palabrotas. Estoy, perdonada? - preguntó con grandes ojos suplicantes.

Sonreí.

Besé su frente y sus labios, mientras la levantaba y la colocaba sobre mis cadera, envolviendo sus piernas a mi alrededor.

- claro que sí, nena - susurré sobre su boca, para después besarla.

Me Perteneces.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora