Joder! Ella es MI chica

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NARRA KYLE:

Después de la charla que tuvimos por la mañana, al fin pude llevar a Kathia al hospital para que le revisarán el dedo e hicieran un chequeo completo a su cuerpo. Y aunque en un principio me negué a que las chicas nos acompañaran, después de esperar con ellas a que terminaran la revisión de Kathia, me di cuenta de que no había sido tan malo como pensé que sería. Todo lo contrario, realmente lograron sacarme mas de alguna carcajada por alguna de sus ocurrencias, lo que fue bastante genial poder sentir como intentaban evitar que me ahogara en un vaso lleno de agua a la espera de mi chica.

A pesar de todo, Kathia paso gran parte del viaje de ida y vuelta en un profundo silencio. Y aunque en mas de una ocasión regaló sonrisas fugaces en mi dirección, las cuales no pensé dos veces en devolver, sabía que solo estaba aparentado que todo iba bien. Pero solo lo deje pasar, jurando que luego lo resolvería.

Una vez llegamos de vuelta de la revisión, con un yeso en el brazo de Kathia y con una licencia de 5 días con reposo absoluto. Bajamos de la camioneta, a la espera de que los chicos terminaran de empacar mientras que las chicas se dedicaban a cocinar los últimos aperitivos para el viaje.

Acompañé a Kathia a la que era su habitación, para ayudarla en lo que necesitase. Pero a penas pusimos un pie en el cuarto se me lanzo encima. Alcance justo a agarrar sus piernas afirmandola y asegurandola a mi alrededor mientras que ella cruzaba su brazo bueno alrededor de mi cuello y lo besaba.

Sonreí.

- que crees que estás haciendo? - pregunté mientras caminaba a la cama y me sentaba en ella.

- solo quería estar mas cerca tuyo - sonrió.

- sabes que hay otras maneras de hacer eso y mas ahora que debes estar en reposo - frunci el ceño a la vez que acomodaba un mechón de cabello detrás de su oreja - maldición! cada vez que te prohíben hacer algo, tu vas y rompes la jodida regla.

Se largó a reír mientras echaba la cabeza hacía tras libremente. Negué con la cabeza y suspiré resignado a que siempre sería así con ella.

La observe, realmente la observe.

Su pelo castaño, largo y un poco revuelto por el viento de la mañana, sus ojos cafés y las pequeñas pintas mas oscuras que se hacen presentes cuando la luz se concentra sobre su rostro, su nariz respingada, sus pómulos afilados pero normalmente sonrojados y esos labios rellenos que te tientan constantemente a conocer su textura. La hacían una de las mujeres mas hermosas que había conocido, sin siquiera considerar su anormal y extravagante personalidad. Que por lo general logra sacar todo de mí, independiente de si es bueno o malo.

- porque me miras así? - preguntó

- así como?

- así como lo estabas haciendo? - susurro a centímetros de mis labios.

- realmente quieres saberlo? - pregunté mientras pasaba mis manos por su rostro.

- quiero saber todo de ti - respondió antes de robarme un pequeño beso.

- solo admiraba lo hermosa que eres y el afortunado hijo de puta en el que me has convertido, después de haber aceptado seguir conmigo - apoye mi frente sobre la suya - te quiero, lo sabes cierto? - susurré con los ojos cerrados, esperando su respuesta.

- si, lo se - dijo mientras repartía besos por todo mi rostro.

*. *. *.

Para cuando llegamos al departamento de las chicas, el sol ya se estaba ocultando detrás de la gran cantidad de edificios de la ciudad.

Deje las maletas de Kathia en su habitación mientras ella se despedía de los chicos abajo. Me quedé rondando en la habitación el tiempo suficiente para que ella llegara, pero después de unos 10 buenos minutos sin aparecer decidí ir a ver que pasaba, me gire en dirección a la puerta cuando por poco no voy con ella, el yeso y todo al suelo.

La tenía agarrada de su cintura y estaba bastante enterrada entre el espacio de mis piernas con una sonrisa pegada en el rostro mientras sostenía su brazo malo sobre su estómago. Negué con la cabeza.

- joder Kathia, por poco no termino aplastandote - la reñi, a la vez que la colocaba sobre sus pies.

- eso sería fantástico - dijo mientras alzaba ambas cejas de forma coqueta y sugerente.

Me quede petrificado, por el descaro de su comentario. Por lo general soy yo quien coquetea y lanza indirecta a las chicas, nunca había conocido a alguna que jugase el mismo juego que yo. Pero maldita sea, si no fue caliente.

Sonreí.

- tu vas a volverme loco - hable mientras la tomaba de sus caderas y la pegaba a mi cuerpo.

- espero que sea en el buen sentido - habló acompañado de un sexy juego de pestañeo.

- oh nena, no tienes idea de que tan buen sentido provocas en mi.

Sin darle la oportunidad de responderme, tome posesión de sus labios y la bese. Pero esta vez no solo fue un simple beso, en el iba transmitido todo lo que ella realmente significaba para mi.

Un cambio, un corazón, un sueño, esperanzas, oportunidades, una vida.

Mi vida.

Me Perteneces.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora