ÔŇĚ-ŠHÔŤ

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Miraba al siguiente rey de Camelot, su armadura cubria por completo su cuerpo, su estatura era mayor a la mía y menor que a la mi "esposo", podria ser cualquier joven de algun reino pero había algo en el que llamaba la atención y no era por haber sacado a Excálibur ni mucho menos por haber ocultado su presencia, no, aquel joven poseia algo que llamaba mi atención. El actual rey de Camelot estaba furioso, su trono estaba ahora siendo reclamado por desconocido quien se ha atrevido a traer la Excálibur consigo.

— Mi reino es solo mío, no lo entregare a niños que no tienen una pizca de conocimiento del reinado — burlesco y "autoritario" saco su espada listo para atacar, yo me aleje, no queria salir herida — Si osas pelear por este trono lo haré, ganaré y seguiré reinando este lugar a lado de mi mujer. Excálibur solo es una espada, una historia inventada

— No demuestres tu temor, muetra clemencia hacia tu nuevo rey — aparte la espada y camine hacia el joven, mi esponjoso vestido naranja sonaba siendo arrastrado — Mi amo, perdone las insanas palabras que el a dicho, el trono es para quien posee a Excálibur y no para un jóven de aires de grandeza — me incline ante el mostrándole piedad, mi cuerpo actuo por si solo, las palabras salían tan naturales que no demostraba la felicidad por irme de aqui

— La reina...

— Ella no es alguna reina — mi "esposo" clavo su espada a un lado mio, mi cuerpo tembló miedosamente mientras mi falso cabello era tomado — Mi esposa jamás sera una reina al igual que tu, este reino merece a un monarca verdadero

— Le pido que suelte a esta damisela, ella no posee culta de su miedo

Tome el valor desde el fondo de mi ser y me atrevi a alejar su mano con un manotazo, ambos me miraron podia divisar la furia y sorpresa del actual monarca mientras que yo no podía divisar la mirada del otro jovén. Me lance ante los pies del siguiente monarca rogando por mi libertad, su armadura fria tocaba mi piel herida mientras la lagrimas hacian el contacto con ella, el dorado de la armadura resplandecía un poco pero no lo suficiente para opacar las joyas de mi "esposo".

— Monarca, ayudeme por favor, ese hombre que se hace llamar "esposo" es un vil y temeroso hombre — me retire rapidamente el vestido dejando mi cuerpo desnudo al aire, las marcas y heridas de mi cuerpo se relucían — Por favor, ayudeme...

— ¿Te osas demostrar tu cuerpo desnudo ante un hombre desconocido? ¡Eres una maldita barata de mierda!

— No le permito que hable asi de una dama, el monarca de Camelot ahora soy yo — su mano sostuvo mi cintura para levantarme y colocarme a su lado, Excálibur apuntaba al cuello ajeno mientras la capa del ahora proclamado rey cubria parte de mi cuerpo desnudo — Acepto esa pelea, pero este damisela se ira conmigo, permanecera bajo mi techo y cuidado hasta que Camelot tenga a su verdadero monarca. Me retiraré sin alguna batalla.

🍎 ~

Miraba el calido hogar del chico, una pequeña choza en la cual se podía sentir la calidez del amor y el cariño, mi cuerpo temblaba de frio mientras era cubierto –a duras penas – con la capa, mis hebras cabelleras se encontraban sucias y sueltas  provocando unos gajos rebeldes.

— Suelo dormir aqui junto a quien me entrena pero por ahora me encuentro solo — ingrese al lugar con su permiso, era chico pero muy bien acomodado — No es tan grande como el palacio pero te librara del frio de esta noche

— No me quejaré ante la ayuda que me has brindado, este lugar es comodo y calido como lo has dicho, te agradesco joven monarca

— Es lo menos que podia hacer por una dama, cuando era más joven perdi al amor de mi vida — me detuve, mis manos tocaban un garabato en la silla, un corazón perfectamente bordado — Tal vez no deberia contar esto pero el verte allí provoco que sintiera la necesidad de protegerte. Lo siento, es incomodo

— N–no, es solo que, he recordado un nombre desde hace dos años, todas las noches pido que el me rescate sin saber quien es

— ¿Podría saber que nombre es?

— No creo que se pueda

🍎 ~

Cuando era pequeña solia leer historias romanticas por el día, por la noche solia imaginar mi historia de amor a lado del hombre que fuera fuerte, aclamado por todas y valiente, yo queria un hombre perfecto. La señorita Merlin decia que era una perdida de tiempo y que el verdadero hombre que me haria feliz estaba frente a mi, aquello lo dijo mirando a una cabra que estaba comiendo una flor naranja.

— Arthur, ¿Quien eres en realidad? —
me hundí en el agua fria mientras mi cabello flotaba en el agua, la vela que iluminaba la habitación seguia flameante, tan viva e iluminando su zona

Mi vida estaba cambiando, ayer habia despertado en una habitación de la realeza mientras era sostenida de la cintura por el que se hace llama mi esposo, mañana despertaré en un lugar distinto, un lugar calido y cariño a lado de un jovén que me ha salvado la vida, al parecer la luna habia concedido mi deceo por salir de aquel lugar. Mordí mi dedo pulgar para apagar el primer sollozo, estaba feliz, habia obtenido ahora mi libertad, seguia casa si, pero cuando este jovén tome el lugar del monarca dejare de ser su esposa y sere libre, podria conocer el mundo, sus misterios y sus pecados.

— Soy libre

🍎 ~

Mire al chico, cabellera rubia, ojos morados y una sonrisa expectacular, mi cabello mojado goteaba sus gotas innecesarias, el vestido que me habia dado para dormir se mojaba por las gotas al igual que el suelo.

— Yo, he tomado un pequeño baño, deje todo limpio tal y como estaba — me sente a un lado de el con cuidado de no mojarlo, mis manos se colocaron en la mesa de madera y mire discretamente lo que tenia entre sus manos — ¿Es un poema hacia el amor de tu vida?

— No, ella solia escribirme poemas antes de irme, su letra era tan perfecta que jamás se a igualado con la de alguien más — me extendio la hoja y la comence a leer, palabras dulces y llenas de amor — Se que ella sigue viva, lo se, mi corazón me lo dice

— Debes de amarla demaciado para seguir creyendo eso

— La amo como no tiene ni idea. Solia pasar mi tiempo a su lado, ella solia leer y yo entrenar para protegerla

— "Prometo ser yo quien te proteja" ¿Solías decirle eso? — tome sus manos, las mias eran tan pequeñas a lado de las suyas — Y solías regalarle una manzana, la más roja del árbol que encontrabas

— Si, ¿C–cómo sabes eso?

— Dime, ¿Cual es tu nombre joven chico? Dimelo

🍎 ~

El corazón sabe que es un pecado cuando juras amor hacia una persona equivocada, sabe que mientes y te haces daño, trata de evitar que cometas el error pero tu te aferras a falsas promesas para no sentirte sola, triste y falsa. La mente esta consiente del daño que te haces y aun asi pide que sigas, le encanta la tortura y el dolor que las palabras producen, mientras que tu solo caes en la redes de las falsedades por su culpa, eso me paso a mi, jure un amor falso hacia alguien que no amaba de verdad y su consecuencia fue el haber sido torturada por segundos, minutos, horas, días, semanas, meses.

— Mi nombre es (T/n) Fumi y te he estado buscando, Arthur Pendragon — mire esos bellos ojos morados, sus labios temblaban mientras su impresión comenzaba a invadir su expresión facial — Solia jugar contigo en un hermoso riachuelo cerca de donde solías entrenar, solías decirme lo hermoso que me quedaba un vestido rojo y amabas que yo entrenara a tu lado, lograbas hacerme dormir cuando yo no quería — inicie a llorar, la tristeza de aquellos recuerdos olvidados venian a mi, seque mis lagrimas y absorviendo mis mocos mire a Arthur — Me prometiste protegerme una hermosa tarde, los rayos solares se iban mientras tu prometias con dulces palabras cuidarme

— Eres tu, (T/n)

— Soy yo, Arthur, he regresado a casa

Lo abrace con fuerza, sus manos en mi cintura lograban pegarme a el y alejarme de mi sufrimiento, habia encontrado a Arthur, el dueño de mis sueños y desvelos, de mis promesas y mis esperanzas, era el.  Me aferre a el como una niña pequeña temiendo por una pesadilla, mi refugio era el.

— Prometo ya no irme más — susurro en mi oido mientras acariciaba mi cabellera — Prometo no dejarte más mi dulce manzana

╰─►⸙͎ ❝ ᥲᥒιmᥱ ᥆ᥒᥱ ᥉h᥆t ❞ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora