Perdida en tu Mirada

CAP 11

SEGUNDA PARTE
GALLERY

Este verano transcurrió un poco caótico. La primera semana de vacaciones, papá había pasado con nosotras. Debo decir que no estaba nada contento por mi amistad con Draco, aunque trataba de aceptarlo. Decía que al menos yo había dado un paso ante los prejuicios, viniendo de mi papá era un gran cumplido si se trataba de algún Malfoy.

Como decía antes, mi padre se quedó una semana en casa. El lunes por la mañana entró a mi cuarto para darme un beso en la cabeza y de inmediato se marchó. Sabía que se encontraría con algunos miembros de la Orden. Las cosas en el Ministerio estaban agitadas después de que Harry afirmara que Lord Voldemort había regresado; para su mala suerte, algunos de ellos lo habían tachado de mentiroso.

Mientras tanto, un día a la semana llegaba a mi ventana el búho de Draco, dejando una carta sobre mi escritorio. Sinceramente, no creí que fuera a escribirme, pero el primer día que recibí una de sus cartas me sentí extrañamente feliz. Me contaba más que todo su día a día, lo hacia de una forma graciosa y a veces hasta exagerada, me encantaba. 

En cuanto a Thomas, él iba a visitarme o yo iba a su casa; salíamos casi todos los días. Se había vuelto mucho más cercano, de una forma diferente. Cada día parecía que crecía y se volvía mucho más atractivo. Camille se encontraba en un viaje con sus padres en un pequeño pueblo donde vivía su abuela. Por su parte, recibía muchas cartas y a veces dulces deliciosos que preparaba con su abuela. La extrañaba mucho; no podía esperar el día para volver a verla.

A pesar de que todo sonaba perfecto, no fue así. Peter y mi tía también estuvieron presentes en esos días. En una ocasión, mamá preparó un almuerzo con la familia; mis abuelos paternos, por desgracia, no pudieron asistir, pero Thomas y sus padres también estuvieron invitados.

—¿Supieron que Gallery es amiga de ese Malfoy? —dijo mi tía en plena comida, fingiendo hacer una plática casual con Pam, la madre de mi mejor amigo. Todos hicieron completo silencio.

Por poco me atraganto con la comida; tosí un par de veces, Thomas me dio pequeños golpecitos en la espalda, también sorprendido por lo inoportuno del comentario de mi tía.

—Sí, ya nos había platicado Evana —respondió Pam con una sonrisa.

Al instante, todos me miraron, algunos molestos; a la abuela Emma le faltaba poco para retirarse de la mesa.

—Aaron debe estar muy orgulloso de Gallery, ¿no es así, Evana? —dijo el padre de Thomas, intentando alivianar la situación.

—¿Orgulloso por qué? ¿Cómo podría estar orgulloso de que su única hija se lleve con ese chico, sabiendo de qué familia viene? —terció mi tío, el padre de Peter. 

—Tampoco entiendo de qué podrías estar orgullosa, Gallery —intervino mi abuelo Jacob—. Por tantos años hemos sido una familia respetable para que ahora nos asocien con esos... —negó con la cabeza y soltó un gruñido frustrado.

Mi primo parecía estar muy satisfecho; le encantaba verme en el suelo, pisoteada y avergonzada.

—No pienso lo mismo. Deben estar orgullosos porque parece que es la única en esta mesa que es inteligente y no tiene prejuicios hacia un muchacho que no conocemos —respondió Pam. Yo y mamá le sonreímos agradecidas por la ayuda.

—Y sin contar que Gall es muy sociable —intervino Thomas. Por su mirada, supe que lanzaría algo para hacer quedar mal a Peter—. A Peter solo lo conocen por ser el primo odioso de Gallery; literalmente así lo llaman todos en Hogwarts. Escuché que a duras penas recordaban su nombre en su propia casa.

El rostro de Peter y el de su madre no tenían precio. Tuve que aguantar la carcajada que amenazaba con salirse. Muchos soltaron risitas nerviosas, como si fuera una broma.