Esa misma tarde, de regreso a la sala común, no me encontré con ninguno de mis amigos. Intenté hacer la tarea, pero mi mente no dejaba de pensar en lo que había ocurrido horas antes. Era increíble que esto me estuviera pasando a mí; lo imposible no fue tan imposible, y Draco Malfoy, la persona que se supone que debía odiarme, sentía lo mismo que yo. Era una locura total.
Cuando el cielo se oscureció por completo y antes de la hora de Astronomía, Camille apareció en la sala común, agarrando su maleta con una mano y en la otra llevaba lo que parecía una carta. Al localizarme con la mirada, se acercó corriendo y se dejó caer a mi lado.
—¿Hay algo que me quieras contar? —me preguntó.
Solté la pluma sobre mi pergamino y la miré, tratando de no mostrar algún gesto de alarma.
—¿De qué hablas?
—Solo pregunto —sonrió mientras guardaba la carta en su maleta—. Preguntaba porque no te encontré en el lago. Se supone que estabas allá.
—Ah, sí, yo...
Me detuve un minuto, pensándolo seriamente. Camille tenía que entenderme, pero ¿sería así? ¿Y si terminaba odiándome toda la vida?
—Hacía mucho frío, así que mejor regresé.
—Mmmh, ok, te creo —su tono no era natural, pero seguía sonriendo; ella no lo sabía, tal vez se trataba de otra cosa.
—Te noto muy feliz, ¿de quién era esa carta?
Camille ensanchó aún más su sonrisa y se aclaró la garganta. Mi angustia se disipó por el cambio de conversación.
—Era de Egil, la recibí esta mañana, pero no tuve tiempo de leerla.
—¿Y qué dijo? —pregunté con entusiasmo.
—Parece que vendrá de visita a Londres, y dice que le gustaría verme.
—¡Es genial! —solté un grito de entusiasmo.
—Sí, lo único que espero es que mis padres no decidan salir, ya sabes que siempre sacan vacaciones justo al mismo tiempo en el que nosotros terminamos el año.
—Quizá podrías hablar con Egil y quedar de acuerdo, incluso puede ir a donde tú estarás; seguro entenderá. Además, por lo que sé, él ya se va a graduar y no tendría mucho lío.
Camille suspiró y se arrimó al sillón tras nosotras.
—Eso espero, por lo pronto no le diré nada de esto, estamos muy bien a pesar de solo hablarnos por cartas, aunque sí me gustaría verlo justo ahora.
—Ya habrá tiempo, se nota que Egil te quiere muchísimo.
—Ajá —murmuró con una tierna sonrisa—. Y bueno, Gall, ¿qué sucedió con Draco?
Ahí va de nuevo, cuando creí que al fin me había librado, el tema salía a relucir tan brillante como una estrella.
—Nada... no pasó nada —contesté sin mirarla. Si lo hacía, soltaría todo, y aún no quería arriesgarme a nada. Prefería esperar un poco, encontrar un momento adecuado para hacerlo. Además, rodeada de tantas personas no sería fácil, y menos con el escándalo que se podría armar.
Para no sentirme tan mal por mentirle, empecé a guardar mis cosas en la maleta con pesar. Parecía una niña deprimida.
—¿Por qué no me quieres contar?
—Es que no hay nada que contar —volví a mentir. Sonaba convincente, pero mi actitud no era tan natural.
—Te diré algo antes de ir a Astronomía —susurró.
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Perdida en tu Mirada
FanfictionAmbientada en la historia de Harry Potter, esta novela se desarrolla desde el libro 4, "El Cáliz de Fuego", hasta el libro 7, "Las Reliquias de la Muerte". El mundo de Gallery Grant se centra en su familia y amigos, la mayoría de los cuales son de G...