CAP 13

16 0 0
                                    

GALLERY

Al día siguiente, las cosas en clases no mejoraron del todo. La mañana estaba nublada y fría, por lo que hoy fue casi imposible levantarse. A la hora del desayuno, tomé un café caliente para tratar de calentarme y despertar completamente.

En Transformaciones, la profesora McGonagall se tomó una hora completa de la clase para hablarnos sobre los TIMOS. Parecía más un regaño para que estudiáramos sin descanso. Era el examen más importante y de esto dependía todo nuestro futuro, por ese motivo los profesores insistían tanto en el tema.

—Siento que me va a dar un colapso —susurró Thomas. Yo me exalté y recorrí todo su rostro con la mirada tratando de buscar algún indicio de que estuviera enfermo.

—¿Ahora?

—No, en los TIMOS —aclaró. Ahora más tranquila, seguí con la vista al frente.

—También me da nervios, cada que lo pienso tengo pesadillas.

—¿Sueñas que repruebas?

Por un instante no dije nada.

—Sí —mentí.

Tenía pesadillas ciertos días; era la misma que había soñado en cuarto año, solo que con ciertas variaciones pero igual de desconcertantes.

—Bueno... no me hagas caso con eso del colapso —trató de tranquilizarme—. Nos irá bien, a ti en especial, eres una de las mejores estudiantes en Hogwarts.

Miré el libro cerrado sobre la mesa y pensé en sus palabras. Todo ese esfuerzo de ser una de las mejores era por mis padres, también lo habían sido cuando estudiaban en Hogwarts. Quería que se sintieran orgullosos de mí o que al menos mi familia no me criticara tanto para compararme con Peter.

Al finalizar las dos horas de Transformaciones, bajamos por el jardín cerca de la casa de Hagrid para encontrarnos con la profesora Grubbly Plank y recibir la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas. El cielo estaba algo oscuro y seguía haciendo frío; a mitad del camino llegó un viento gélido que me hizo sacudirme ligeramente en un escalofrío.

Al llegar a nuestro lugar de destino, todos hicimos silencio para empezar con la clase.

—¿Quién puede decirme cómo se llaman estas cosas? —preguntó la profesora señalando un montón de ramas pequeñas que tenía delante. Hermione levantó la mano con entusiasmo para responder. A unos cuantos pasos a mi derecha se encontraba Draco junto a Pansy. Me giré porque noté que empezó a burlarse de Hermione imitándola y dando saltitos. Pansy rió en una carcajada, a lo que yo solté un suspiro y rodé los ojos como si me pareciera lo más ridículo. Draco lo notó, trató de aclararse la garganta y parecer serio. De repente, su carcajada se convirtió en un grito cuando las ramas empezaron a moverse. Al verlos detenidamente, se podían notar unos pequeños duendecillos de color oscuro.

La profesora Grubbly Plank esparció lo que parecían pequeños insectos sobre la mesa, y los duendecillos se abalanzaron sobre estos para comerlos.

—A ver, ¿alguien sabe cómo se llaman estas criaturas? —volvió a preguntar, y Hermione volvió a levantar la mano. "Bowtruckles", dijo Hermione, "son guardianes de árboles; generalmente viven en los que sirven para hacer varitas".

Después de una casi aterradora explicación de los Bowtruckles sobre llevar comida si necesitábamos hojas o ramas de árboles donde ellos habitaban, de lo contrario, podían ser muy peligrosos y sacarnos los ojos con sus afiladas garras. Sonaba tétrico para ser unas pequeñas criaturas.

—Bueno, ahora hagan grupos de tres y agarren un puñado de cochinillas y un Bowtrucke para que puedan examinarlo mejor —dijo la profesora. Le mostré una pequeña sonrisa a Thomas y Camille, asegurándoles que seríamos compañeros de trabajo como siempre—. Antes de que finalice la clase, quiero que me entreguen un dibujo con todas las partes del cuerpo señaladas.

Perdida en tu MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora