Capítulo 2

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—Oh... Hola. Tu debes de ser la vecina de al lado, encantada de conocerte—le devuelve el saludo mi madre, después se dan dos besos.

La mujer que por lo visto se llama Mary Hangs, le da el bizcocho de chocolate que trae en las manos y le dice a mi madre que sabía que nos habíamos instalado aquí porque fue a tirar la basura y vio luces encendidas y claro, en esta casa hace tiempo que no vive nadie.

Cuando Mary le cuenta que es la vecina de la casa de la derecha, me sonrojo al recordar el chico que me vio en el ventanal de mi cuarto.

Mi madre invitó a la vecina a pasar y como si se conocieran de toda la vida, comenzaron a hablar sobre sus cosas.

Escuché que mi madre le ha contado sobre el accidente del camión de la mudanza y cuando empezó a decirle sobre mi pequeña obsesión con la higiene, me quería morir de vergüenza. Mary se ofreció a darme una camiseta pero me negué y entonces mi madre insistió y ahora, estoy aquí, en la puerta de Mary.

—Tengo ropa de mi hija... Tranquila, ya no vive aquí.

Su voz suena un poco apenada. Me muero de ganas por preguntar que pasa con ella pero sé que la acabo de conocer y no quiero ser una entrometida.

—Gracias por... dejarme la camiseta— sonrío agradecida.

—No me des las gracias cariñosaca un manojo de llaves y abre la puerta—Sube las escaleras, continúa el pasillo y a la derecha está la habitación, toma las llaves.

Cojo las llaves y subo al cuarto que me mencionó, no sé cómo estoy haciendo esto. Debería morirme de la vergüenza por entrar así sin más en la casa de alguien que no conozco, pero Mary es muy amable. Sé vamos a llevarnos bastante bien.

Cuando entro en la habitación veo un montón de cajas empaquetadas con mucho polvo y varios muebles intactos y perfectos pero llenos de suciedad, así que puedo deducir que aquí hace tiempo que nadie pisa un pie.

Entre cajas y muebles veo un armario viejo, lo abro y ahí se encuentran las camisetas colocadas en unos percheros, eran largas y anchas, de colores pasteles, cuando voy a coger una, escucho atrás mía crujir la madera del suelo  provocando que  casi se me salga el corazón por la boca.

Al girarme, descubro quién ha hecho ese ruido y es nada más y nada menos que aquel chico de la ventana.

Los latidos de mi corazón comienzan a acelerarse.

Lo primero que me impacta es su  altura, fácilmente me podría sacar una cabeza. Su cabello es castaño como el de Mary y sus ojos verde agua me hipnotizan. Trago saliva al mirar sus labios.

El chico carraspea para llamar mi atención.

—Que haces aquí—Su voz suena tan  grave que me produce escalofríos por todo mi cuerpo.

—Y-yo estoy aquí porque...

Incapaz de conseguir acabar la frase, siento que me pongo rojo como un tomate. ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí?

—No sabes hablar o que niña.

Ahora me quedo sin palabras. ¿Cómo puede hablarme así? Me muerdo la lengua para no soltar alguna barbaridad.

—¿Ryan? Pensé que estabas en tu habitación

Mari se queda en la puerta y mira a Ryan. Él, mirándome fijamente dice:

—Sí, pero vi que se encendió esta luz y me he encontrado con una intrusa.

Frunzo el ceño ante su comentario.

—Yo no soy ninguna intrusa.

—Lo que tu digas—Se da la vuelta y se va.

¿Por qué es tan maleducado?

—Lo siento por mi hijo, él es así con la gente siempre.

—No pasa nada, tranquila.

(...)

Después de haber cogido la camiseta llego a mi casa. Ceno y me doy una ducha rápida. Al ponerme la camiseta como pijama veo que es más grande de lo que parece, me llega por los muslos.

Al entrar a mi habitación, veo la luz del cuarto de Ryan encendida pero él no está.

Me quedo embobada mirando la ventana pensando hasta que lo veo.

Está solo con un pantalón, parece que acababa de salir de la ducha. Mis ojos viajan de sus pelos alborotado y mojados hasta su abdomen y...

—Basta Alisson, ha sido un idiota contigo—me digo a mí misma con los ojos cerrados.

Cuando vuelvo a mirar por la ventana él sigue ahí, secándose el pelo con una toalla y entonces me mira ,sí, acabamos de hacer contacto visual. Echo las cortinas con prisa para que no me pueda ver más.

Me tumbo en mi cama para dormir o al menos intentarlo porque no dejo de pensar en cómo un idiota arrogante salió así si su madre es totalmente diferente a él.

(...)

Por la mañana, al despertarme, me dolía un poco la cabeza. Me asusté al no ver mi habitación de siempre pero entonces recordé todo. Creo que esta vez, me voy a adaptar más rápido al cambio.

Hoy debo ir a mi primer día de clase por eso he decido arreglarme un poco más, solamente para causar buena impresión. A partir de mañana iré como siempre.

No quiero ir a clases. El primer día siempre es el peor y más cuando eres nueva. Todos te miran como si fueras un bicho raro.

Desayunando mis celereales preferidos, mi madre me observa y me dice:

—Tranquila Alisson, todo va a salir bien y harás nuevos amigos.

No se como lo hace aveces para saber lo que pienso en cada momento pero tiene toda la razón, me tengo que tranquilizar porque seguro que alguna amiga o amigo haré pero también pienso que eso no ocurrirá.

Ayer hablé con Evan, Crystal y Tina sobre mi llegada y lo de la vecina y aquel chico idiota. Los tres me desearon suerte para mi primer día y vaya que si la voy a necesitar.

Me he levantado temprano para llegar antes a clases, siempre he sido una chica puntual.

Voy caminando sola por la calle escuchando música con los auriculares enchufados al móvil mientras la canción Salvage love se  reproduce, voy cantándola por el camino sin echar cuenta a donde voy realmente.

Estoy tan distraída cantando que de pronto choco con alguien. Su espalda ancha y dura se estampa contra mi pecho.

Maldigo por lo bajo porque aunque haya sido culpa mía, me ha dolido.

Voy a disculparme y seguir con mi camino pero cuando la persona se gira y veo quién es, me pregunto por qué tengo tan mala suerte.

—No puede ser—Sin poder remediarlo, pongo una mueca de asco

—No te vas a disculpar o que enana.

Habla el hombre de negro, anda mira, ya tengo un apodo para el idiota.

Editado

Mi Idiota Vecino✔️[COMPLETA] (EN EDICIÓN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora