Capítulo 37.- Esperanzas

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Las luces de colores eran como pequeños fuegos artificiales y el sonido estruendoso de la música no me permitía pensar en nada, era justo lo que necesitaba. La máquina de espuma ya había empezado a funcionar llenando todo el piso de la casona con burbujeante espuma blanca que hacía que el lugar pareciera de fantasía. Las esculturas de hielo poco a poco dejaban de tener forma mientras se iban derritiendo y goteaban para formar extrañas figuras.

Ni bien entré a la casona busqué a mis amigos casi de manera desesperada, pasé por el costado de varias caras que había visto andando por el Classt, pero de las cuales no tenía ni idea de sus nombres. Todos ya estaban más que alegres por las bebidas que habían tomado y yo no me quería quedar atrás. Vislumbré a lo lejos la morena piel de Cary y enseguida me acerqué a ella con algo de dificultad por el tumulto de personas que se interponían. Una vez a su lado la saludé y ella me dio un gran abrazo deseándome felicidades por el año que estaba cumpliendo, le sonreí como agradecimiento y pasó lo mismo con Ledka que hoy, como cada semana, lucía unos nuevos lentes. Ambas se veían muy arregladas, con vestidos ajustados, tacones que les daban varios centímetros de altura y un maquillaje sutil pero necesario para una fiesta. Nicolás por su lado me estrechó la mano de manera neutral, cosa, que tratándose de él, era un gran gesto. Cary tenía su vaso a la mitad y se notaba que ya estaba algo picada porque la sonrisa que traía y sus mejillas sonrojadas la delataban, ella me acercó el vaso como preguntándome si deseaba beber y no lo dude al tomar el contenido de este sin saber lo que era, el sabor amargo de la cerveza pasó con cierta facilidad por mi garganta y al vaciar el contenido arrugué la nariz como reflejo. Empezamos a conversar de cosas banales, en realidad la mayoría del tiempo tuvimos que gritar porque el volumen de la música nos impedía tener una conversación normal.

-¿Dónde está Sebástian? – grité preguntando a su enamorada. Mientras me movía al compás de la canción que sonaba.

-Tuvo un pequeño percance – me respondió ella de igual manera – Ya no debe de tardar.

Ledka por su parte estaba cruzada de brazos dándole la espalda a Nicolás que no hablaba con nadie y sostenía su vaso como si su vida dependiera de ello.

-¿Quieres bailar? – Ledka parecía sorprendida al ver mi mano estirada hacia ella.

Ella pestañó un par de veces como para ver si era real lo que estaba pasando, luego asintió con tal euforia que por un momento temí que se fuera a romper el cuello. Miré a Cary sonriendo y ella encogió los hombros mientras se acercaba a Nicolás bailando, este ni se inmutó por su presencia y siguió en la misma posición. Cary comenzó a bailar a su alrededor haciendo movimientos graciosos para que se riera, pero Nicolás parecía hecho de piedra. Luego de un momento se dio por vencida y se fue hacia la mesa de tragos a servirse más alcohol.

-No tienes que hacerlo si no lo quieres – me dijo Ledka algo tímida mientras se acercaba a mí.

-No pasa nada – respondí con una sonrisa – Somos amigos ¿No?

-Sí – afirmó acomodándose los lentes.

Empezamos a bailar y la música era algo movida, no era un experto en lo que se refería al baile pero al costado de Ledka yo parecía un profesional, ella daba un pasito adelante y otro atrás muy cohibida, miraba a todos lados como fijándose de no chocar con nadie y tenía las manos demasiados tensas. Me dio algo de ternura verla de esa manera, ella era como una de esas nerds de laboratorio pero con la diferencia de que tenía un muy buen estilo de la moda.

-¿Cómo te sientes en tu fiesta? – preguntó cuando la música se puso algo más lenta.

Me tambaleé un poco a casusa de la sorpresiva pregunta.

-No me quejo – fue lo único que atiné a decir - ¿Y tú? ¿Te estás divirtiendo?

-No estoy acostumbrada a este tipo de cosas, pero no la estoy pasando mal-

MPO - ReeditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora