Capítulo 25.- Es mi turno

39K 1.1K 490
                                    

Este día comenzó de una manera peculiar, me froté los ojos para tratar de despejar la vista y logré ver una mañana clara pero nublada, los rayos del sol hacían esporádicas apariciones entre las nubes grises que cubrían el cielo, hacía más frío de lo normal por eso lo primero que hice al salir de la cama fue coger un gran abrigo de mi armario, luego entré al cuarto de baño para poder verme en mi espejo; mi cara no era precisamente lo que esperaba, pero por lo menos tampoco estaba tan mal como pensaba, me lavé el rostro lo más ágil que pude y apresuré en ponerme mi uniforme.

Una semana había pasado desde que mi primo se fue de la casa, una semana pasó desde que leí esos mensajes de textos donde el confabulaba junto con Luck para hacerme daño, el dolor que sentí en ese momento era indescriptible, mi corazón estaba roto y doblemente a causa de dos personas por las que antes hubiera dado todo, pero que ahora solo significaban una cosa para mí, “Desprecio”.

Saqué el móvil para hacer la última llamada que pensaba realizar para lograr una explicación, aunque ya sabía cual sería el resultado, desde que leí los mensajes intenté comunicarme con Marcos un indefinido número de veces aunque siempre era lo mismo, él no contestaba el teléfono, esta sería la llamada final luego de esto no volvería ni a pronunciar su nombre.

-Diga – contesto Tyfani, mi prima.

-Hola soy yo, de nuevo – hablé con la voz un poco ronca por la hora – Quería saber si ya tenías noticias de tu hermano.

-Nada de nada – me dijo sin darle mucha importancia al asunto – Pero ya sabes como es él, a veces desaparece así por su trabajo, pero estoy segura que pronto tendremos novedades – hizo una risa tonta – ¿Quieres que le diga que le estás buscado?

-No, olvídalo – vi la hora en el celular – Ya es tarde, es más olvida toda esta semana, si lo ves no le digas nada de que estuve tratando de comunicarme con él.

-Como quieras, oye la semana pasada vi un perrito hermoso y me lo tuve que comprar, mi amiga me dijo que no porque ya sabes tengo dos, pero yo pienso que uno más no importaría y…

-Tyfani – la detuve porque una vez que mi prima empezaba a hablar no había nada ni nadie que pudiera detenerla – Ya es tarde, me tengo que ir, hablamos luego bye.

Colgué el móvil sin esperar a que ella respondiera algo. Guardé el teléfono en mi maleta y revisando que todo estuviera en su sitio salí del cuarto para tomar mi desayuno.

-¿Te sientes preparado para hoy? – Livia se acercó a mí ni bien bajé.

-No estoy seguro – admití – pero ya he faltado una semana, no puedo seguir así.

-Bien, así me gusta – respondió Livia con una gran sonrisa y luego enganchó su brazo con el mío para dirigirnos al comedor.

Al llegar a la mesa pude ver que Galdi ya estaba sentada, quien al verme realizo una amplia sonrisa y se paró para recibirme con un gran abrazo, luego me llevó hasta mi asiento y se sentó al lado mío. Livia quien no se quedó atrás hizo lo mismo y se acomodó al otro lado de mi asiento.

-Que bueno que ya te encuentres mejor – Galdi me cogió de la mano – Pero aún no entiendo cuál era esa extraña enfermedad que no te dejaba salir de tu habitación.

-Es muy extraño verdad – intervino Livia – Es una de esas enfermedades raras que duran como una semana y son altamente contagiosas, por eso nadie podía estar cerca de él.

-Pero tú entrabas a su dormitorio cuando te daba la gana – la encaró Galdi.  

Livia por un momento perdió la sonrisa que tenía en el rostro y se notaba que trataba de buscar una buena excusa para eso.

MPO - ReeditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora