Capítulo 39.- Preguntas y respuestas

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Al abrir los ojos todo parecía extraño, la cabeza me dolía un poco y sentí un leve pinchazo en el estómago al acomodarme sobre mi cama, me costó un par de segundos darme cuenta de la hora que era y lo que había pasado. El verme desnudo, solo cubierto por un delgada frazada hacía que me cohibiera por la vergüenza, abrí la boca sin poder creer lo que había hecho y un ligero tic empezó a invadir mi ojo derecho, estaba comenzando a alterarme pero solo me bastó con girar la cabeza y contemplar al hermoso ser que dormía a mi costado para calmarme. Luck tenía una almohada bajo su cabeza y sus ojos cerrados no impedían que pudiera ver lo bello de su rostro, su respiración era pacífica y acompasado, parecía sin preocupaciones y él al igual que yo solo se cubría por la sábana blanca. Solté un ligero suspiro e intenté moverme lo mas cauteloso posible para que no despertara, alcé mi cabeza y aparté su brazo con el cual me abrazaba por la cintura, sentí su piel caliente y a la vez delicada rozarme, posé su brazo sobre su cuerpo y me acerqué lentamente hacia su rostro para descifrar si era verdadero o si aún seguía soñando, pude escuchar el aire salir por su nariz y una sonrisa tímida escapó de mí, era la imagen más perfecta que podía imaginarme; él parecía no notar mi presencia y seguía durmiendo, le di un beso en los labios muy despacio y apoyándome de la cama me levanté sin hacer ruido. Ya era de noche y al parecer nos habíamos quedado dormidos luego de acostarnos, giré la mirada y lo vi tirado en mi cama, como una estatua griega caída, posé mi mirada sobre su cuerpo y me sonrojé inmediatamente, sacudí la cabeza para quitarme la estupidez y fui a mi armario a ponerme algo con lo que cubrirme, una polera ancha y unos jeans rotos bastaron,  me los coloqué aprisa, como para que Luck no pudiera verme desnudo al despertar y terminado de hacerlo fui corriendo hacia el baño, abrí el grifo con cuidado de que el chorro de agua no hiciera demasiado ruido y me la lavé la cara, luego cogiendo mi cepillo procuré que todo rastro de porquería se esfumara de mi boca, me cepillaba con tal fuerza que en cualquier momento se me caería uno de mis dientes, para estar más seguro de mi aliento cogí un poco de la pasta dental y la coloqué sobre mi lengua. Torcí el gesto al notar el mal sabor que tenía y con mucho resentimiento la pasé por el resto de mi boca. Escuché un ruido y como reflejo volteé para ver hacia mi cama, Luck seguía ahí durmiendo, me había tensado por un segundo pero me calmé al notar que solo fue mi imaginación. El reflejo de mi cara en el espejo no era el que me hubiera encantado, así que lanzando maldiciones intenté aplanarme el cabello para lograr peinármelo y que no tuviera la forma pajosa que tanto asco me daba. Luego de varios minutos tuve que toparme con la triste realidad de que no había nada mejor que pudiera hacer, además era de noche, la luz no era tan fuerte, así que cualquier defecto de recién levantado podría camuflarse, otro ruido volvió a interrumpirme, volví a ver hacia mi cama y tuve que contener el grito ahogado que luchaba por salir de mí, mis ojos estaban abiertos como un par de platos y el pestañear se me complicaba demasiado, sentía mis latidos avanzando de manera apresurada y las yemas de los dedos ya comenzaban a humedecerse a causa de los nervios. Él ya no estaba ahí, mi cama estaba vacía y no había rastro de Luck en esta; me quedé quieto tratando de pensar a donde pudo haber ido, pero las ideas me había abandonado, no se me ocurría nada. Comencé a dar unos pasos para salir del baño y ver lo que había pasado. ¿Cómo era posible que se haya ido sin que me diera cuenta? Traté de buscar su ropa que antes estaba tirada por los suelos al igual que la mía, pero ahora ya no estaba, mientras caminaba muy lento para acercarme a la cama comencé a sentir un poco de frío y al levantar la mirada me di cuenta que la ventana estaba ligeramente abierta, fruncí el ceño tratando de recordar si yo lo había dejado así, o fue Luck quien lo hizo en su intento de escapatoria, ¿Acaso Luck se escapó? No tenía ni un sentido. Llegué a la cama y comencé a verla como queriendo que esta me diera algunas respuestas, todo estaba igual, la sábana blanca que antes nos cubría ahora yacía tirada al costado de la cama y todavía se podía percibir en el colchón el hundimiento de nuestros cuerpos. Me quedé quieto un instante y el silenció invadió el lugar, parecía estar solo. Me agaché un poco para recoger la manta y unas manos por la espalda me cogieron y me cubrieron la boca impidiéndome moverme, me paralicé del susto y un pequeño grito salió de mí, pude ver mi vida correr a través de mis ojos hasta que este sujeto me volteó para mostrarme su rostro.

MPO - ReeditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora