Capítulo 10.- Un vaso de ron

39.9K 1.2K 269
                                    

Si hubiera una categoría en los Oscar a situaciones bochornosas, estoy seguro que está se hubiera ganado la estatuilla dorada. Ahí estábamos los tres, inmóviles. Nadie decía nada, nadie se movía. Después de medio minuto Luck soltó mis manos y se apoyó contra la pared, despeinándose un poco su cabellera castaña, aparentemente estaba tranquilo, él no se inmutaba por la escena que acaba de protagonizar.  A diferencia de mí, que estaba más nervioso que nunca, tanto que me costó unos segundos darme cuenta que a pesar de que mis manos ya estaban libres yo seguía en la misma posición. Cuando observe ese detalle rápidamente me alejé de la pared y pegué mis manos al costado de mis piernas como si fuera un soldado. Rafael dividía su mirada entre verme a mí y ver a Luck. Sacudió la cabeza  como queriendo despertar de un sueño, o mejor dicho una pesadilla, pero cuando se dio cuenta que era real se acercó a mí con pasos largos y me agarró de la mano acercándome a él. Rodeó su brazo alrededor mío y fue como si construyera una barrera imaginaria contra cualquier cosa que hubiera en el exterior, incluyendo a Luck.

-Creo que es momento de que se retire – Su voz era grave y seca.

Luck solo se dedicó a mirar como Rafael me tenía entre sus brazos y luego esbozó una sonrisa burlona. Se acomodó la corbata y se acercó para despedirse o eso parecía. Al instante que estuvo frente a nosotros alargó la mano hacia Rafael para estrecharla, pero este le ignoró, no me soltaba. Luego Luck extendió la misma mano para aparentemente acariciarme una vez más la mejilla y entonces Rafael improvisadamente lo detuvo cogiéndole la mano fuertemente en el aire.

-Yo que tú no lo haría – amenazó apretándole aún más la mano.

-Pero decidamos que Braul lo decida – dijo él con una risa entre dientes – Parece que él no se opone a la despedida.

-Claro que me opongo – mentí – Es hora de que te vayas – repetí lo mismo que dijo Rafael. En ese momento no me vino nada más a la mente.

Él me quedó mirando un poco sorprendido por mi respuesta, Se alejó con pasos pesados y fue hacia su auto, abrió la puerta y nos dio una última mirada antes de subirse, puso todo el volumen que podía en su radio y arrancó el motor haciendo mucho ruido, para luego desaparecer por el camino. Me quedé ahí un momento, observando como el auto se iba empequeñeciendo mientras se alejaba y pensando en lo que había ocurrido y lo que significaría. Después de un tiempo regular me percaté que Rafael me seguía abrazando. Hice un ruido con la garganta como excusa para alejarme de él. Y me soltó un poco avergonzado.

-¿Me puedes explicar la situación? – me dijo confuso.

-No hay nada que explicar – respondí mientras me acercaba a la puerta de entrada – Luck es un idiota y le gusta molestar, nada más.

-¿Antes ya había pasado algo así? – siguió preguntándome – ¿Ha pasado cosas más fuertes que lo que vi?

¿Qué? No, claro que no – abrí la puerta y me metí en la casona para evitar esa conversación.

Cerré la puerta para asegurarme que Rafael no me siguiera. Marcos seguía ahí sentado, tomando su vaso con ron. Estaba recostado en el mueble con  las piernas puestas sobre la mesa de centro. Al verme sonrió y me hizo un gesto con la mano para que me acercara. Lo hice, cuando estaba lo suficientemente cerca boté sus pies de la mesa con un golpe suave y luego me senté a su costado.

-¡Hey, que agresivo! – dijo exagerando de sobremanera el dolor.

- La mesa no es para poner los pies – respondí un poco inquieto.

-Pero que geniecito tienes hoy – Me miró fijamente un instante – ya sé lo que necesitas.

Se paró durante un momento y se acercó a la mesa donde tenía los tragos de mi padre, agarró un vaso y colocó dos hielos en el, luego sirvió ron. Regresó hasta el mueble y me extendió la mano en la que tenía el vaso nuevo. Al ver que yo no respondía a su invitación agitó el vaso para que los hielos pudieran provocar un sonido. Yo me quedé observándolo, fruncí el ceño y le dije.

MPO - ReeditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora